Para muchos de los que somos asiduos usuarios de Linux los lanzamientos de nuevas versiones de Ubuntu siempre representan jornadas especiales. En esta ocasión, después de varios meses de espera, ya tenemos a disposición la edición 11.10. “Bienvenidos a un nuevo mundo” fue el lema elegido por Canonical para la presentación, dejando en claro que los desarrolladores se han jugado una carta muy fuerte con esta plataforma. Para muchos el lanzamiento de Oneiric Ocelot (el nombre elegido para esta edición) es una prueba de fuego ya que la versión anterior de Ubuntu no recibió el apoyo esperado. Si bien Natty Narwhal fue un muy buen sistema operativo la mayoría quedó disconforme por los elevados requisitos de hardware y por la implementación de Unity como entorno gráfico por defecto. Particularmente no me puedo quejar de Ubuntu 11.04, a pesar de que detesté Unity y lo reemplacé por GNOME a pocos minutos de haber instalado. Pero lo que realmente importa hoy es el lanzamiento de 11.10, edición que incorpora unas cuantas mejoras y que promete poner la vara un poco más alta frente a futuros lanzamientos. Si vemos las notas de la versión encontraremos una amplia lista de mejoras, aunque las más destacadas son: el pulido en el aspecto de Unity, GNOME 3 como interfaz gráfica alternativa, mejores herramientas de sincronización, renovación en el Centro de Software, optimización en el consumo de recursos, catálogo de aplicaciones por defecto más amplio y nuevos atajos de teclado. Por lo visto parece que Ubuntu 11.10 tiene todo lo necesario para cautivar a la comunidad de usuarios, pero lo mejor será probarlo por nosotros mismos. Cuando tengamos el SO instalado adjuntaremos capturas de pantalla a este post para mostrarles algunas de sus características más importantes.