Dentro de la oleada de patriotismo pepero con juras de bandera con olor a
naftalina por todo el territorio español destaca la del presidente
cántabro, Ignacio de Diego, que encabezó una 'tropa' de 262 civiles que
quisieron rendir honores al estandarte nacional en Santoña.
Fue el pasado 26 de abril y según explica la nota de prensa del Gobierno
de Cantabria, en la comitiva también participaron el delegado del
Gobierno, Samuel Ruiz; la consejera de Justicia, Leticia Díaz; y la
alcaldesa de Santoña, Milagros Rozadilla. A todos ellos se les preguntó:
“¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor, cumplir
fielmente vuestras obligaciones, guardar y hacer guardar la Constitución
como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y, si
preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España? Si cumplís
vuestro juramento o promesa, la Patria os lo agradecerá y premiará, y si
no os lo demandará”.
Más allá de las fotos oficiales, se muestra la imagen del
presidente cántabro saludando a un falangista tras recibir su diploma
de buen español en esta singular ceremonia marca PP. Era
uno de los civiles que participaron en el acto y acudió totalmente
uniformado: la camisa azul bordada con el yugo y las flechas, la boina
roja carlista, la corbata negra en duelo por Jose Antonio… Llevaba
además complementos de cosecha propia: pulsera y cinturón rojigualda.
¿Les suena verdad?