El alcalde de Cádiz, José María González, tuvo que suspender ayer viernes el pleno municipal después de que, al menos dos botes de humo, hayan impactado en el interior del Ayuntamiento durante una protesta de la Policía Local, que ha obligado al desalojo.
Además, dos concejalas han tenido que ser atendidas en un centro de salud debido a la inhalación de humo.
El regidor de Cádiz ha condenado el ataque intolerable a la soberanía popular y los actos violentos que han inundado de humo varias dependencias municipales, tras lo que ha acordado aplazar el pleno al próximo lunes para preservar la seguridad y salud de los trabajadores y representantes del Ayuntamiento.
Todas las reivindicaciones me parecen legítimas, pero tengo que condenar la actitud de los manifestantes en la medida que la violencia siempre hace que se pierdan los argumentos y la razón, ha dicho González.
El alcalde cree que un policía local tiene que serlo siempre, esté o no esté de servicio, y no puede consentir este tipo de actitudes.
El pleno municipal, celebrado de manera telemática pero con varios concejales en dependencias del Ayuntamiento, se estaba desarrollando mientras en el exterior los sindicatos de la policía local UPLBA y SPLCA, que demandan mejoras salariales, protestaban con pancartas y gritos.
Durante la protesta se ha lanzado un bote de humo que ha llegado al balcón municipal, en cuya planta se encontraba el alcalde, mientras que otro ha entrado por la puerta principal, con lo que el humo se ha extendido rápidamente por todo el Ayuntamiento.
Representantes del sindicato Autonomía Obrera fueron insultados por la policía.
Ello ha provocado que la portavoz del gobierno municipal, Lorena Garrón, yla socialista Mara Rodríguez, hayan precisado ayuda médica, por lo que han sido trasladadas a un centro de salud.