"El eco de las muletas. Una aproximación a Manuel Escorza del Val", de Dani Capmany, es el primer trabajo de investigación centrado en la figura de Manuel Escorza del Val, máximo responsable de la Comisión de Investigación de la CNT-FAI en Cataluña.
Más de trescientas páginas a través de las cuales el autor catalán deshace la madeja de los mitos y medias verdades que alimentan la leyenda de un personaje, Escorza del Val, que desde bien temprano fue blanco de las iras de fascistas, nacionalistas de todo pelaje, comunistas, socialistas y, por qué no decirlo, algunos dirigentes del movimiento libertario. Hablamos, por tanto, de un trabajo que pone negro sobre blanco cada acusación, revisando sistemáticamente la historiografía, cuestionando algunas versiones y planteando preguntas que nadie parece especialmente interesado en contestar.
Manuel Escorza del Val es uno de esos personajes históricos maltratados y difamados por un interminable ejército de historiadores, periodistas y escritores aposentados sobre cómodos mitos revestidos de verdades. Y ello desde que estalló, aquel 19 de julio de 1936, esa gran revolución de signo libertario que buscaba transformar la sociedad de raíz, haciéndola más justa y libre. Quizá es por esto, por la defensa que el primero realizó de ese proceso revolucionario, por lo que muchos siguen empeñados en alimentar la leyenda negra que sigue oscureciendo al personaje, magnificando su participación en las tareas represivas durante los primeros meses de la Guerra Civil.
Lo cierto es que Manuel Escorza tuvo que lidiar con todo tipo de violencias: con la de los fascistas y emboscados tras la derrota del golpe, con la desatada por las potencias extranjeras y sus servicios de inteligencia, con la puesta en marcha por el resto de organizaciones de la retaguardia republicana y, por si fuera poco, con la “violencia amiga” de la militancia afín (cuando esta escapaba al control de las propias organizaciones libertarias). Y las enfrentó con inteligencia y dureza, en tanto que todas empujaban los hechos hacia un destino común: el fracaso de la Revolución social en marcha.
Pero Escorza fue mucho más que todo eso: propuso nuevos caminos, desbarató complots, fomentó pactos y alianzas, negoció la formación de gobiernos y no quitó la cara en la lucha, mucho más que política, que se estaba librando en las cloacas de la sociedad… Hablar de Escorza es, en definitiva, aproximarse a los servicios de inteligencia de la CNT-FAI durante la Guerra Civil Española.