A pesar de la relativamente baja tasa de desempleo en Bulgaria - la situación económica del país, los bajos salarios, la falta de perspectivas, en especial la estratificación entre las principales ciudades y zonas pobres del interior, obliga a muchas personas a trabajar en el extranjero.
Más de 2,5 millones de búlgaros trabajan en el extranjero. La mayoría de ellos, están en riesgo de explotación, siendo los trabajadores poco cualificados los más vulnerables, ya que salen por primera vez al extranjero, y a menudo no conocen ni el idioma del país al que llegan ni sus derechos laborales.
A pesar de la eliminación de las restricciones a los trabajadores de Bulgaria en la UE, la mayoría de ellos permanecen en un sector informal, tejido en redes de intermediarios clandestinos y de trabajos forzados. En muchos casos, trabajan a cambio de sueldos muy por debajo del salario mínimo garantizado, en pésimas condiciones y horarios de trabajo irregulares de hasta 15-16 horas al día. Son muy frecuentes los casos de trata de personas en los que la documentación de los trabajadores son retenidos por los patronos y se ven obligados a realizar trabajo esclavo de forma gratuita.
Con la creciente ola de xenofobia y el ascenso de la extrema derecha en el contexto de la crisis de refugiados en Europa, los trabajadores búlgaros en el extranjero están bajo una presión aún mayor.
Con la creciente ola de xenofobia y el ascenso de la extrema derecha en el contexto de la crisis de refugiados en Europa, los trabajadores búlgaros en el extranjero están bajo una presión aún mayor.
Varios países de la Unión Europea han empezado a adoptar leyes que limitan los derechos de los trabajadores de Europa del Este tras el Brexit en Reino Unido y la histeria anti-migrante que campa a sus anchas por el continente. Los ciudadanos búlgaros están cayendo cada vez más víctimas de ataques racistas y la exclusión social a causa de su origen. La legislación restrictiva, el sentimiento anti-migrante y el modo de movilidad impuesto por los países europeos aumentan los requisitos previos para la explotación de los trabajadores migrantes.
En este contexto, nosotros, los trabajadores del Sindicato Autónomo de Trabajadores hemos lanzado una gran campaña para proteger a nuestros compañeros en el extranjero. Gracias a la experiencia en conflictos laborales de precarización de la mano de obra migrante, que hemos ganado en los últimos años, y los contactos internacionales que hemos establecido en la mayoría de países europeos, hemos decidido intervenir y liderar una lucha activa contra la explotación laboral que a menudo se pasa por alto por los sindicatos colaboracionistas y locales. A partir de 01 de enero de 2017 nuestros locales en todo el país se convertirán en centros de información, donde cada obrero con la intención de trabajar en el extranjero sea capaz de obtener toda la información que necesita antes de salir fuera. Mantendremos una línea telefónica para contactar y tener noticias de nuestros compatriotas en el extranjero, que han sido o son víctimas de explotación laboral.
Junto con estas iniciativas, tenemos la intención de dar un paso más. Una de las perspectivas de esta campaña es organizar a los trabajadores migrantes búlgaros en su propio sindicato, más allá de las fronteras nacionales y a través del cual puedan defender sus derechos, tanto en Bulgaria como en cualquier otro lugar en Europa. También nos esforzaremos para poner las herramientas de lucha necesarias en las manos de los trabajadores migrantes búlgaros en el contexto más amplio de la resistencia contra las políticas neoliberales y las reformas estructurales que están minando los sistemas sociales y los derechos de los trabajadores en la escala pan europea.
