sábado, 30 de mayo de 2020

USA: el afroamericano George Floyd, engrosa la larga lista de asesinados a manos de la policía




El asesinato a sangre fría de George Floyd, afroamericano de 46 años, a manos de la policía de Mineápolis (Minnesota), grabado por una testigo y difundido por las redes sociales, ha provocado fuertes disturbios en la ciudad. Esta muerte no es un caso aislado, sino una estrategia planificada de exterminio de la población marginal y más desprotegida de las clases subalternas, que está dejando de ser un fenómeno particular y único de los Estados Unidos.

Dentro de la fuerza policial estadounidense, ocupa un lugar destacado la cofradía de los killercops. Bien nutrida de fascistas, miembros o simpatizantes del Ku-klux-klan y psicópatas de vario pelaje, en el alegado paraíso de las libertades democráticas y los derechos civiles, dicha cofradía posee carta blanca de los poderes públicos para disparar antes de preguntar, para ser jueces y ejecutores a un tiempo.

Todos los años, en torno a un millar de personas mueren a manos de estos killercops. Eso aparte de las muchas más que son brutalmente asaltadas, apaleadas y torturadas y viven para contarlo. Pero la última de las 400 de sus víctimas mortales en lo que va de año, no ha podido hacerlo.

Se llamaba George Floyd, trabajador afroamericano de 46 años. Sospechoso de haber usado un billete falso en una tienda, a Floyd le detuvo la policía de Mineápolis (Minnesota) el lunes pasado, 25 de mayo.



En el vídeo que una testigo grabó, se ve perfectamente cómo, una vez arrojado al suelo boca abajo y esposado a la espalda junto al coche policial, el agente Derek Chauvin hinca la rodilla en el cuello de Floyd donde la mantiene apretando durante siete minutos, a pesar de que la víctima suplica porque no puede respirar, y a pesar de las increpaciones de los testigos para que lo soltara, porque veían claramente que lo estaba matando. En efecto, Floyd primero quedó inconsciente y cuando le llevaban en camilla al hospital era ya cadáver. De los otros tres agentes, ninguno hizo nada por evitar esta muerte.

La policía de Mineápolis tiene un largo historial de brutalidad, lo que la equipara a la de otras muchas ciudades. Su actual jefe de policía, el afroamericano, Medaria Arradondo había denunciado en el pasado a los responsables de su departamento por tolerar el racismo, y al tomar el cargo prometió que trabajaría por mejorar las relaciones con la comunidad negra. Se ve que no ha tenido mucho éxito. Contra problemas estructurales vale poco la buena voluntad individual.

Ante la evidencia del asesinato de Floyd, lo único que ha podido hacer Arradondo es pedir una investigación del F.B.I y despedir a los cuatro agentes, lo cual es más de lo que muchos otros hacen en similares circunstancias, teniendo en cuenta que el castigo inmediato que suelen recibir los killercops cuando son grabados comentiendo sus crímenes es el de unos días de vacaciones pagadas para apartarlos de la presencia pública.

El asesinato de Floyd ha encendido las iras de quienes llevan mucho tiempo siendo víctimas o testigos de la brutalidad policial en la ciudad. El martes miles de personas salieron a las calles en protesta y se encontraron con la policía anti-disturbios disparando botes de humo, bolas de goma y granadas aturdidoras. “Es un despliegue repugnante”, dijo el concejal Jeremiah Ellison, “Estoy aquí en la zona sur, ayudando a la gente como puedo con leche, agua y toallas. Hasta ahora, no he podido evitar que la policía dispare indiscriminadamente a la multitud. Hace unos momentos puse una toalla en la cabeza de una adolescente que estaba sangrando.”

El miércoles por la noche se repitieron las manifestaciones y la misma represión policial. Esta vez grupos de manifestantes incendiaron varias tiendas y hubo saqueos en algunas. El jueves por la mañana continuaron los incendios y se produjeron concentraciones frente a la casa del agente que detuvo a Floyd y la del fiscal local. Las protestas se han repetido en otras ciudades como Memphis y Los Ángeles, donde se bloqueó una autopista.

Las fuerzas policiales no se emplearon con la misma contundencia cuando a finales de abril un nutrido grupo de seguidores de Donald Trump, armados con rifles de asalto, irrumpieron en la Cámara de representantes de Michigan, mientras estaba en sesión, para impedir que se aprobara una ley de medidas especiales para frenar el contagio de coronavirus. Todos salieron de allí contentos e ilesos. No hace falta decir que no eran negros, ni pobres.

Como siempre en estas situaciones, los políticos se dedican a hacer las rituales declaraciones públicas de condena por lo sucedido, hasta la vez próxima. El alcalde de Mineápolis, el demócrata Jacob Frey, se mostró muy consternado: “Lo que vimos es horrible, absoluta y declaradamente perturbador”. El miércoles el presidente Trump, con la floreada oratoria que le caracteriza, se limitó a decir que era un “suceso muy, muy triste”. Y el presidenciable demócata, Joseph Biden, se atrevió a declarar que la muerte de Floyd es “parte de un ciclo sistémico y engranado de injusticia que todavía existe en este país”. Hablar no cuesta y siempre se queda bien.

Más tibia se mostró en sus declaraciones la senadora de Minnesota, la también demócrata Amy Klobuchar, a la que Biden tentó para ir de vicepresidenta en las próximas elecciones. Habló de “policía implicado en tiroteo”, expresión que usa normalmente como eufemismo de "asesinato por la policía de un hombre desarmado", y que los grupos anti-violencia policial denominan “copaganda” (palabra compuesta de cop -policía- y propaganda).

La senadora Klobuchar pidió una “completa y exhaustiva investigación externa en lo ocurrido, y que los implicados en este incidente respondan por ello”. Pero es bastante improbable que esto ocurra, sobre todo si de ella dependiera, ya que, siendo fiscal jefe del Estado entre 1999 y 2007, se negó a procesar a más de dos docenas de agentes que habían matado a ciudadanos estando de servicio. Entre ellos estaba el propio Chauvin, el asesino de Floyd, que, como destacado y conocido miembro de la cofradía de los killercops, disparó mortalmente a Wayne Reyes en 2006 y después lo haría contra otros civiles.



Más clara y contundente, la presidenta de Comunidades Unidas Contra la Brutalidad Policial, Michelle Gross, ha dicho sobre la muerte de Floyd que “El hecho de que estos agentes estuviesen siendo grabados por testigos presenciales y aun así persistieran en su conducta lo dice todo sobre la cultura del Departamento de Policía de Menéapolis (…) Se sienten inmunes a cualquier clase de castigo. Creen que pueden salir indemnes”. Lo creen, lo saben y por eso dan rienda suelta a su sadismo.

Según los datos de la propia ciudad de Mineápolis, sólo en torno al 1 por ciento de las quejas elevadas contra agentes de policía desde 2012 han resultado en algún castigo disciplinario. Kevin Chauvin, a pesar de haber cometido varios homicidios, nunca ha sido castigado. Por el contrario, en 2017 un colega suyo afroamericano fue sentenciado por homicidio por haber disparado fatalmente a una mujer blanca, Justine Ruszczyk, a cuya familia se la indemnizó con $20 millones.

El asesinato de Floyd recuerda mucho al de Eric Gardner, el afroamericano que en 2014 vendía cigarrillos sueltos en una calle de Nueva York y fue por ello estrangulado hasta morir por el agente Mike Pantaleo, a pesar de que, como Floyd, usó su último aliento para suplicar: “I can't breath” (no puedo respirar). Pantaleo fue absuelto por un jurado y todavía, después de cinco años, se halla libre y sin cargos. La familia de Gardner ha sido indenmizada con $4 millones, que, como de costumbre, salen de los bolsillos de los contribuyentes.

Si, en el caso del agente Chauvin, todo quedara finalmente en un despido, sería otro castigo sumamente leve para un asesinato premeditado y a sangre fría, cuando en muchos Estados hay personas cumpliendo largas condenas de cárcel por simple tenencia de marihuana o por delitos no violentos. De estas está llena la prisión más grande del mundo, donde las cárceles privatizadas sacan suculentos beneficios por tener encerrada a una población de casi dos millones y medio, en su inmensa mayoría pobres.

La violencia policial, en todas partes donde se produce, se dirige invariablemente contra las clases subalternas. Es verdad que hay un claro componente racista por el cual la población no blanca sale peor parada. En Mineápolis, los propios datos policiales muestran que, mientras los afroamericanos componen el 18% de los habitantes de la ciudad, suponen casi la mitad de las personas a las que paró la policía, mientras que entre los blancos este porcentaje fue del 21%, cuando representan el 60% de los habitantes. Igualmente, el 62% de los cacheos y el 63% de los registros en coches se realizaron a personas negras. No obstante, casi todos ellos comparten la característica de ser trabajadores pobres.

Que no es un problema exclusivo de racismo lo demuestra el hecho de que también hay killercops negros que matan a negros, y blancos que matan a blancos; o que, en las protestas de estos días en Mineápolis se ha visto a trabajadores y jóvenes de todos los colores, que comparten la misma rabia y la misma determinación por poner fin al horripilante tratamiento policial que acabó con la vida de George Floyd.

Pero no creamos que este es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. En Europa occidental, otro supuesto faro de las libertades democráticas, estamos viendo cómo las fuerzas policiales están adoptando, cada vez de forma más generalizada, maneras muy similares. Aunque aún en menor medida, ocurre en Francia, en Reino Unido y está ocurriendo también en España. En medio de la crisis capitalista, la clase dominante necesita mantener a las clases subalternas sometidas y atemorizadas.

Recientemente, en Cataluña, hemos sido testigos de cómo cuatro mossos de'Esquadra -uno de ellos mujer- detenía y esposaba a una trabajadora dominicana cuando salía de su jornada de trabajo en uno de los hoteles medicalizados de Barcelona. Sin darle tiempo a que presentara el certificado de que trabajaba allí como limpiadora, no sólo la arrojaron al suelo violentamente y uno de ellos le hincó la rodilla sobre la cabeza, sino que también la insultaron espetándole “¿Tú eres doctora o una puta?”. Después, según la víctima ha denunciado, una vez en el furgón policial la llamaron “animal” y le propinaron un puñetazo en la cara.

Estos agentes, ellos y ellas, si por origen provienen de clase trabajadora, dejan de serlo en el momento que deciden colaborar con la clase dominante, ponerse de su lado y defender sus intereses frente a los explotados y oprimidos, aunque para ello tengan que insultar, humillar, torturar o matar. Eso los convierte en nuestros enemigos.

Racismo, sí; machismo, también; homofobia y transfobia no faltan, como la mostrada en Benidorm (Alicante) por un agente local que ya ha sido detenido por delito de odio; pero siempre como ingredientes necesarios a la represión de clase, que es el objetivo prioritario. Sólo la unión, la acción concertada, la solidaridad de nuestra clase por encima de diferencias de color, sexo o nacionalidad puede parar esta agresión.

Fuente; Tita Barahona

Bakunin y el anarquismo



"Bakunin y el anarquismo". Bertrand Russell

Según el concepto vulgar, un anarquista es un hombre que tira bombas y perpetra otros atropellos, o porque es más o menos loco, o porque se sirve del pretexto de tener opiniones políticas extremistas para disimular tendencias crimina­les. 

Estos conceptos son, naturalmente, de todos modos, inadecuados. Hay anarquistas que creen en la eficacia de las bombas; hay otros que no creen en ella. Hay hombres de casi todos los matices de opinión que creen en el bien de tirar bombas en circunstancias convenien­tes: por ejemplo, los que tiraron la bomba en Sarajevo, que originó la Gran Guerra, no eran anarquistas, sino nacionalistas. Además, aquellos anarquistas que favorecen el tirar bambas no son por eso distintos, en cualquier principio vital, del resto de la comunidad, con excepción de una porción infinitesimal que adopta la actitud tolstoiana de pasividad.

Los anarquistas, así como los socialistas, generalmente tienen fe en la doctrina de la lucha de clases, y si se sirven de las bombas es del mismo modo que los gobiernos se sirven de la guerra: por cada una de las bombas fabricadas por un anarquista se fabrican por los gobiernos muchos millones de bombas, y para cada uno de los hombres muertos por la violencia anarquista mueren muchos millones por la violencia de los Estados. Por consiguiente, podemos dejar de pensar en la violencia, que tiene tanta importancia en la imaginación popular, pues no es ni esencial ni particular para los que adoptan la posición anarquista.

Anarquismo, como su etimología indica, es una teoría que se opone a todo género de autoridad impuesta. Se opone al Estado por ser suma de las fuerzas emplea­das en el gobierno de la comunidad. Para el anarquista es un gobierno tolerable el que es libre, no meramente en el sentido que tiene la mayoría, sino en el que con­tiene a la totalidad.

Los anarquistas protestan, contra los organismos poli­cíacos y las leyes penales, por medio de las cuales la voluntad de una parte de la comunidad es forzada por la otra.

Desde su punto de vista, la forma democrática de go­bierno no es más preferible que otras formas mientras que las minorías sean llevadas por la fuerza o sean some­tidas potencialmente a las mayorías.

La libertad es el supremo bien, según el credo anar­quista, y se busca la libertad por el camino directo de la abolición de toda imposición de control de la comunidad sobre el individuo.

El anarquismo, en este sentido, no es una doctrina nueva. Ha sido expuesta admirablemente por Chuang Tzu, un filósofo chino que vivió hacia el año 300 antes de nuestra era:

“Los caballos tienen cascos para caminar sobre la es­carcha y la nieve, para protegerse contra el frío y los vientos. Comen hierba y beben agua, brincan en el campo: tal es la naturaleza de los caballos. Las mansio­nes palaciegas no sirven para ellos.

“Un día apareció Po-Lo, diciendo:

“- Yo se amaestrar caballos.

“Entonces los marca con un hierro candente y les es­quila las crines, les corta las pezuñas y les pone bridas, los amarra por la cabeza y les ata las patas, separándolos en los establos; resultando que, de cada diez, dos o tres morían. Los guarda encerrados, hambrientos y sedientos, o los hace trotar y galopar; los rastrilla y cepilla la cabeza; el dolor de los arreos y las borlas de los ador­nos, y detrás la constante amenaza del látigo, hasta que más de la mitad caen muertos.

“El alfarero dice:

“- Yo puedo hacer lo que quiero con el lodo; si quiero hacerlo redondo uso el compás; sí rectangular, la es­cuadra.

“El carpintero dice:

“- Yo puedo hacer lo que quiero con la madera; si quiero hacerla curva, uso el arco; si derecha la regla.

“¿Pero por qué razones podemos pensar que el lodo y la madera desean estas aplicaciones de compases y escua­dras, de arcos y reglas?

“No obstante, cada época elogia a Po-Lo por sus habilidades en la doma de los caballos; a los alfareros y carpinteros por sus trabajos en el barro y la madera. Analizo ahora el gobierno del imperio desde un punto de vista completamente opuesto. El pueblo tiene ciertos naturales instintos: teje sus trajes él mismo, ara la tierra por sí mismo.

“Esto es común a toda la humanidad y todos estamos de acuerdo sobre que así es.

“Estos instintos son llamados ‘dones del cielo’; y así, por los días en que los instintos naturales prevalecían, el hombre se moría tranquilamente y se miraba sin in­quietud.

“En aquella época, en que nosotros no teníamos cami­nos que atravesasen las montañas, ni barcos, ni puentes sobre el agua.

“Todo esto lo hemos producido nosotros, cada uno por sí y en su propia esfera.

“Los pájaros y los animales se multiplican; los árboles y los arbustos crecen. Los primeros venían a vuestras manos y vosotros podíais subir a los árboles y ver en el nido al cuervo. Porque toda la creación era una, con pá­jaros y animales.

“En la que no había distinción entre el hombre bueno y el malo. Desconociendo todos la virtud, no podían con­fundirse. No teniendo, igualmente, ningún deseo malo, se encontraban en un estado de integridad natural de la perfección de la existencia humana.

“Cuando aparecieron los sabios, pusieron la zancadilla a las gentes al hablarles de caridad, encadenándolas con la idea de amor al prójimo; la duda hizo su entrada en el mundo.

“Entonces, la exageración extrema del entusiasmo por la música y los remilgos por la etiqueta hicieron que el imperio llegara a dividirse contra sí mismo” (1).


“El anarquismo moderno, en el sentido en que nosotros nos ocuparemos de él, está asociado con la creencia en la propiedad común de la tierra y el capital; así, en esta importante faceta se acerca al socialismo. Esta doctrina se llama propiamente comunismo anarquista, pero con­tiene en sí casi todo el anarquismo moderno y, por con­siguiente, podemos dejar de tratar del anarquismo totalmente individualista y concentrar nuestra atención en la forma comunista.

El socialismo y el comunismo anarquista, por igual, han nacido del concepto de que el capital privado es una fuen­te de tiranía de ciertos individuos sobre los otros. El socia­lismo ortodoxo cree que el individuo será libre si el Estado se convierte en el único capitalista. El anarquismo, por el contrario, tiene miedo de que en ese caso el Estado here­daría las tendencias tiránicas propias del capital privado. Por eso busca un medio para reconciliar la posesión comu­nal con la mayor disminución posible de los poderes del Estado y, como fin, la abolición completa del Estado. Ha nacido, principalmente, dentro del movimiento socialista como si fuera su ala extrema izquierda.

“De la misma manera que se puede considerar a Marx como el fundador del socialismo moderno, Bakunin puede ser considerado como el fundador del comunismo anarquis­ta; pero Bakunin no ha producido, como Marx, un cuerpo acabado y sistemático de doctrina.

Lo que se puede recoger de su doctrina debemos buscar­lo en los escritos de su discípulo Kropotkin (2), y daremos después la historia de sus disputas con Marx, un breve relato de la teoría anarquista, expuesta parcialmente en sus escritos, pero en su mayor parte sacada de las obras de Kropotkin.

Miguel Bakunin nació en 1814, de una familia aristocrá­tica rusa. Su padre era un diplomático, que por los días del nacimiento de Miguel se había retirado a su pueblo, situado en el gobierno de Tver.

Bakunin ingresó en la Escuela de Artillería de Petersburgo a la edad de quince años, y a la de dieciocho fue enviado como abanderado de un regimiento destinado en el departamento de Minsk. La insurrección polonesa de 1830 acaba de ser ahogada en sangre. “El terrorífico espectáculo de Polonia -dice Guillaume- impresionó y actuó con fuerza en la mente del joven oficial y contribuyó a inspirar en él el horror del despotismo”. Esto le hizo abandonar su carrera militar después de dos años de prácticas.

En 1834 deja su empleo y vuelve a Moscú, en donde dedica seis años a estudiar filosofía. Como todos los estudiantes de filosofía de aquella época, Bakunin es un hegeliano. En 1840 va a Berlín a continuar sus estudios, con la intención de prepararse para ser profesor. Algún tiempo después, sus opiniones e ideas sufren un cambio radical.

Cree Bakunin que es posible aceptar la teoría hegeliana de que todo lo que existe es racional; y en 1842 emigra a Dresden, donde se asocia con Arnold Ruge, el autor de “Deutsche Jahrbuecher” (Anuario Alemán); es en esta época cuando se convierte en un revolucionario, y al año siguiente provoca la hostilidad del gobierno sajón contra él. Esto le hace marcharse a Suiza, donde se pone en contacto con un grupo de comunistas alemanes; pero la policía suiza le importuna y el gobierno ruso pide su extradición; marcha a París, donde reside desde 1843 a 1847.

Estos años de París influyen mucho en la formación de sus creencias y opiniones. Allí hace amistad con Proudhon, que ejerció considerable influencia sobre él; también con George Sand y con otras muchas personalidades renombradas. Fue allí, en París, en donde conoció a Marx y Engels; es contra ellos que el destino le obligaría a luchar toda su vida. Más tarde, en 1871, él escribe el siguiente relato de sus relaciones con Marx en aquella época:

“Marx era mucho más avanzado que yo; hoy se encuentra mucho más atrasado, incomparablemente más atrasado, incomparablemente más atrás que yo; yo no sabía nada de economía política. No había leído las abstracciones metafísicas y mi socialismo era completamente instintivo. Era él ya un ateo, un materialista preparado, un socialista bien conceptuado. Fue justamente por este tiempo cuando elaboraba los primeros fundamentos de su presente sistema. Nosotros nos entrevistamos bastantes veces, porque yo le respetaba mucho por su preparación apasionada y su gran elevación (simple mezclada, no obstante, de vanidad personal) por la causa del proletariado, y yo buscaba ávidamente su conversación, que era siempre instructiva e inteligente, cuando no era inspirada por el rencor mezquino, lo que desgraciadamente le ocurría demasiadas veces. Pero no hubo nunca una intimidad franca entre nosotros. Nuestros temperamentos no lo permitían. Él me llamó un idealista sentimental, y tenía razón; yo le llamé un hombre vanidoso, pérfido y pícaro, y yo también tenía razón”.

Bakunin no podía vivir mucho tiempo en ningún sitio sin incurrir en la persecución y enemistad de las autoridades. En noviembre de 1847, como resultado de un discurso en el que elogiaba la sublevación polonesa de 1830, fue expulsado de Francia a petición de la embajada rusa que, a fin de privarle de la simpatía pública, propalaba la insidia de que era un agente secreto del gobierno ruso, destituido por demasiado extremista. El gobierno francés, con un silencio intencionado, fomentaba esta historia, que que­dó adherida a él casi toda su vida.

Obligado a abandonar Francia fue a Bruselas, donde rea­nudó sus relaciones con Marx. Una carta suya, escrita por este tiempo, muestra aquel odio atroz que tenía contra Marx, con mucha razón:

“Los alemanes artesanos Bornstedt, Marx y Engels -y sobre todo Marx- están aquí haciendo su daño habitual. Vanidad, despecho, chismes y altivez acerca de las teorías: pusilanimidad, en la práctica -reflexiones sobre la vida, la acción y la sencillez, y una ausencia completa de vida, acción y sencillez-; artesanos literarios y disentidores, con una coquetería repulsiva en ellos. ‘Feuerbach es un burgués’, y el término ‘burgués’ aumentado en un epíte­to repetido ‘adnauseam’; pero cada uno de ellos, desde la cabeza hasta los pies, en absoluto, totalmente es un bur­gués provinciano. En una palabra, mentira y estupidez, es­tupidez y mentira. En esta sociedad no hay posibilidad de tomar aliento amplio y libre. Yo me mantengo apartado de ellos y he declarado decididamente que no me afiliaré a su unión comunista de artesanos y no tendré nada que ver con ella.”

La Revolución de 1848 le hizo volver a París y desde allí a Alemania. Tuvo una disputa con Marx sobre una cues­tión en la cual él mismo confesó más tarde que Marx te­nía razón. Se hizo miembro del Congreso eslavo en Praga, donde intentó, sin éxito, promover una sublevación eslava. Hacia el fin del año 1848 escribió un “Llamamiento a los eslavos”, exhortándolos a unirse con otros revolucionarios para destruir tres monarquías tiránicas: Rusia, Austria y Prusia. Marx publicó un ataque contra él, diciendo, en efecto, que el movimiento para la independencia de los bohemios era inútil porque los eslavos no tenían porvenir, por lo menos en aquellas regiones donde estaban sujetos a Alemania o Austria.

Bakunin acusó a Marx de patriota alemán en esta cues­tión, y Marx a Bakunin de ser paneslavista; reproche in­dudablemente justo en ambos casos. Pero antes de esta disputa hubo una mucho más seria. El periódico de Marx, la “Neue Rheinische Zeitung”, afirmó que George Sand tenía papeles que probaban que Bakunin era agente del gobierno ruso y uno de los responsables de la reciente detención de muchos poloneses. Bakunin, naturalmente, re­pudió la acusación, y George Sand escribió a la “Neue Rheinische Zeitung” negando la afirmación en todo. Las negociaciones fueron publicadas por Marx, reconciliándose aparentemente; pero desde aquel momento en adelante no disminuye realmente la hostilidad que existía entre los dos caudillos rivales, que no volvieron a entrevistarse hasta el año 1864.

Mientras tanto la reacción había avanzado en todas par­tes. En mayo de 1849, una sublevación en Dresden hizo que los revolucionarios se adueñaran de la ciudad; dominaron durante cinco días, estableciendo un gobierno revolucio­nario. Bakunin era el alma de la defensa que hicieron contra las tropas prusianas. Pero fueron vencidos y al fin Bakunin fue capturado cuando intentaba escaparse con Heubner y Richard Wagner, quien, afortunadamente para la música, no fue capturado.

Empieza ahora un largo período de encarcelamientos por muchas cárceles de varios países.

Bakunin fue condenado a muerte el 14 de enero de 1850, pero su sentencia fue conmutada después de cinco meses y fue entregado a Austria, que pretendía el privilegio de castigarle. Los austríacos, a su turno, le condenaron a muerte en mayo de 1851, y otra vez su sentencia fue con­mutada por la de prisión para toda la vida. En las cár­celes austríacas llevaba cadenas en las manos y los pies, y aún más: en una estuvo encadenado al muro por la cin­tura. Parece que había un placer personal en castigar a Bakunin, pues el gobierno ruso, a su tiempo, pidió su ex­tradición a los austríacos, que se lo entregaron. En Rusia estuvo detenido, primero en la fortaleza de Pedro y Pablo y después en la de Schlusenburg. Allí padeció el escorbu­to, cayéndosele todos los dientes.

Su salud quedó completamente aniquilada y le fue casi imposible asimilar alimentos. “Pero si su cuerpo se había debilitado su espíritu aún se conservaba inflexible. Temía, sobre todas las cosas, encontrarse un día rendido por el sufrimiento extenuante de la cárcel a una condición de degradación de la cual Silvio Pellico es un ejemplo conocido. Temió que dejaría de odiar, que sentiría apagarse en su corazón el sentimiento de rebeldía que le sostenía, que acabaría perdonando a sus perseguidores y sometiéndose y resignándose a morir. Pero este miedo era sin fundamen­to, pues su energía no le abandonó un sólo día y salió de su celda exactamente igual que cuando entró” (3).

Después de la muerte del zar Nicolás, hubo una amnis­tía para muchos de los presos políticos, pero Alejandro II borró con su propia mano el nombre de Bakunin de la lis­ta. Cuando la madre de Bakunin logró tener una entre­vista con el nuevo zar, éste le dijo: “Tiene usted que sa­ber, señora, que mientras viva su hijo no podrá nunca ser libre”. A pesar de esto, en el año 1857, después de ocho años de prisión, fue enviado, con una relativa libertad, a Siberia. Desde allí, en el año 1861, logró escapar al Japón, y después, a través de América, llegar a Londres. Había sido encarcelado por su hostilidad frente a los gobiernos; pero, ¡cosa rara!, sus sufrimientos no habían tenido el efecto intentado de hacerle amar a los que se los causa­ron. Desde este momento en adelante se dedicó a difundir el espíritu de la rebelión anarquista, sin ser detenido otra vez. Durante unos años vivió en Italia, donde fundó, en el año 1864, la “Fraternidad Internacional” o la “Alianza de Socialistas Revolucionarios”. En esta asociación se alis­taron hombres de muchos países, pero, al parecer, ninguno de Alemania.

Se dedicó, en Italia, principalmente a luchar contra el nacionalismo de Mazzini. En el año 1867 se marchó a Sui­za, en donde el año siguiente colaboró en la organización de la “Alianza Internacional de la Democracia Socialista”, de la cual él redactó el programa. Este programa da un sucinto y buen resumen de sus opiniones.

“La Alianza se declara atea; desea la abolición definiti­va y absoluta de las clases, la igualdad política y la igua­lación social de los individuos de ambos sexos. Desea que la tierra, los instrumentos de trabajo, como todo capital, sean propiedad colectiva de la sociedad entera, no pudiendo ser utilizados más que por los trabajadores, es decir, por las asociaciones agrícolas e industriales. Reconoce que todos los Estados existentes actualmente, políticos y auto­ritarios, reduciéndose más y más a las funciones mera­mente administrativas de los servicios públicos en sus paí­ses respectivos, tienen que desaparecer en la unión universal de las asociaciones libres, tanto agrícolas como industriales”.

La Alianza Internacional de la Democracia Socialista quiso hacerse una sección de la Asociación Internacional.


Notas

1.- “Meditaciones de un místico chino”. Selecciones de la filosofía de Chuang Tzu. Con una introducción por Lionel Giles, M. A. Coxon, “La sabiduría del Este”. Serie John Murray, 1911, páginas 66-68.-.

2.- Un relato de la vida de Bakunin se halla, desde el punto de vista anarquista, en el volumen II de la edición completa de sus obras: Michel Bakounine, Oeuvres, tome II. Avec une notice biographique, des avant-propos et des notes, par James Guillaume, París, P. V. Stock, Editeur, pp. V. LXIII.

3.-Ibid, p. XXVI.


*Este texto es el capítulo II del libro “Los caminos de la Libertad, de Bertrand Russell, que está dedicado a Bakunin. Bertrand Russell nunca se dijo anarquista, pero siempre sintió una simpatía especial por nuestras ideas, las cuales estudió con particular atención y cariño.

Regional de Levante: Si sus lujos son nuestra miseria nos negamos a producirlos



En los últimos meses hemos asistido a un espectáculo dantesco: la privatización nos ha mostrado las vergüenzas de un sistema que prima el beneficio de las empresas sobre las personas. ¿Resultado? Millares de muertes, como no, concentradas en barrios obreros, personal sanitario, de cuidados, de limpieza, de transporte, de servicios y población geriátrica. Precisamente, la población más indefensa y endémicamente inmersa en la precariedad y la exclusión.

Vivimos tiempos inciertos; un pequeño virus ha venido a evidenciar lo que ya sabíamos: somos carnaza para el capitalismo salvaje. Una vez más, seremos sacrificad@s en la defensa de los privilegios de unos pocos y de sus beneficios de mercado.

Sus recetas para la cura vuelven a ser las de siempre: Millones de despidos, retroceso alarmante en libertades y derechos, más precariedad, ayudas a la banca y las empresas mientras la clase trabajadora muere en sus tajos o en la soledad y el abandono de un hospital de campaña. Por no hablar de quienes mueren en sus casas esperando una ayuda que nunca llega a los barrios del arrabal urbano.

El Estado y Capital han ido recortando derechos laborales que habíamos conseguido con anterioridad, y nos tememos que con la excusa de la epidemia que estamos viviendo, políticos y empresarios quieran apretarnos aún más, si cabe, la soga que ellos nos ponen en el cuello, con el fin de poder seguir exprimiendo y explotándonos cada día más.

¡NO LO PERMITIREMOS! ES HORA DE RECLAMAR LO QUE ES NUESTRO.

No pagaremos esta crisis porque se hace en vidas humanas y ya hemos pagado demasiadas. Si sus beneficios son privados ¿por qué siempre nos toca socializar sus pérdidas?

El nivel de desempleo existente, y el que seguramente se avecina sino lo remediamos, nos debe obligar a plantearnos que salida queremos: incrementar todavía más los niveles de explotación, despilfarro y contaminación en esta absurda carrera por el crecimiento infinito en un planeta de recursos limitados; o por el contrario, un reparto justo y racional de la riqueza.

Para acabar con el paro no puede mantenerse una jornada laboral de 40 horas de hace más de un siglo. La productividad, tecnología y automatización de hoy en día nada tiene que ver con la de entonces. Y se traduce en un continuo ahorro de las empresas en mano de obra. Todos esos beneficios se los quedan los capitalistas. Es hora ya de que una parte de las ventajas de los avances tecnológicos en las empresas vayan a la clase trabajadora que todo lo produce.

Por ello, para terminar con el nivel de paro, es vital la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial (reparto del trabajo y de la riqueza), la abolición de la horas extra y la jubilación a los 55 años, para que pueda trabajar la gran
cantidad de jóvenes en desempleo. Y al igual que la conquista de la jornada de 40 horas hace más de un siglo, mediante la huelga de la Canadiense, no nos van a conceder nada sin lucha.

Por lo que se hace necesaria una huelga general indefinida.

SI SUS LUJOS SON NUESTRA MISERIA NOS NEGAMOS A PRODUCIRLOS.

Nuestros gobernantes se han dedicado a expoliar la sanidad pública, dejándola en un estado deplorable, privatizando y despojándola de todos los recursos.

Sus políticas anti-obreras nos han dejado en la más absoluta pobreza. Ya lo estamos viendo: las diferencias entre explotados y explotadores se hacen ahora más palpables para el pueblo; miles de personas hoy no tendrán con que llenar la nevera.

Los dirigentes conocen en que va a derivar esta situación, por ello sacan a pasear a sus fuerzas represoras, que como bestias aprovechan cualquier situación para multar, intimidar, detener y golpear a la clase trabajadora.

Vivimos un momento histórico, o apuntalamos nuestros derechos y obtenemos nuevas conquistas que beneficien a nuestra clase, o nos sumimos en el terror patronal y estatal.

REDUCCIÓN DE LA JORNADA LABORAL A 25 HORAS.
● ABOLICIÓN DE LA HORAS EXTRA.
● JUBILACIÓN A LOS 55 AÑOS.
REPARTO DEL TRABAJO Y DE LA RIQUEZA.

¡HUELGA GENERAL E INDEFINIDA!

CNT AIT Regional de Levante

martes, 26 de mayo de 2020

Para leer





"La matanza del cuartel Carlos Marx"
Bellaterra mayo de 1937
Autor: Agustín Guillamón

Los doce cadáveres, abandonados el 8 de mayo de 1937 por una ambulancia en la carretera de Cerdanyola a Bellaterra, eran personas que habían sido detenidas en las cercanías del cuartel Carlos Marx, durante las Jornadas de Mayo. Los cadáveres presentaban señales de haber sido torturados bárbaramente y posteriormente rematados con tiros en la sien o en la cara, único medio de ocultar el salvajismo practicado. Diez de los doce asesinados fueron finalmente identificados. Uno de los dos desconocidos no identificados tenía unos dieciocho años y vestía una camisa azul con las letras CNT bordadas en rojo.

Calumnia Edicions, Colección Colossus, 13, Mallorca 2020
89 págs. Rústica 18×13 cm
ISBN 9788412036282

Gabriel Pombo Da Silva en el Estado Español




Nuestro compañero ha sido entregado al Estado Español el pasado 13 de Mayo y actualmente se encuentra en la cárcel de Badajoz (Extremadura). Él se encuentra bien y está fuerte como siempre. Seguramente tendrá que quedarse 14 días en cuarentena obligatoria para luego, se supone, ser trasladado en otra cárcel. En ese sentido seguirán más informaciones.

Aunque no tengamos garantías de que el correo vaya a funcionar con regularidad, ¡es obvio que no será un virus el responsable de que puedan no llegar las cartas de sus seres querid@s y solidari@s!, sería mejor enviar cartas certificadas (también a raíz de los recientes problemas ocurridos en la cárcel de la Policia Judiciaria de Oporto donde, solo documentando los envíos certificados, Gabriel pudo recibir la correspondencia).

Gabriel Pombo Da Silva
Carretera de Olivenza, km 7.3
06001 Badajoz
España

GABRIEL LIBRE!
TOD@S LIBRES!
QUE VIVA LA ANARQUÍA!

CNT-AIT, Cádiz: por una Sanidad Pública, sin privatizaciones ni recortes





El lunes 25 de mayo se realizó una concentración a las puertas del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, por parte de los sindicatos de CNT-AIT de Cádiz y Chiclana, en apoyo de la Sanidad Pública, contra privatizaciones, recortes y precariedad en el Sector. 

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto la precariedad de la sanidad en España debido a los recortes y las privatizaciones realizadas por políticos sin escrúpulos que ha convertido la salud en un negocio. 

La CNT- AIT de Cádiz reclama que se refuerce la Sanidad Pública para acabar con las listas de esperas y se garantice la mejor atención posible a todas las personas que la necesiten y que se pueda responder adecuadamente ante una pandemia como la padecemos que ha puesto de manifiesto la debilidad de nuestro sistema sanitario, debido a décadas de recortes y privatizaciones. 

Exigimos condiciones laborales dignas, que se doten de los medios de protección necesarios para que los profesionales de la sanidad puedan trabajar con garantías. Contratos dignos, que se acabe con la temporalidad y los bajos salarios. Aumento inmediato de la plantilla, que en la mayoría de hospitales está bajo mínimos, repercutiendo negativamente en la calidad del servicio. No podemos permitir que la Sanidad se convierta en un negocio en el que empresas privadas, multinacionales y los fondos buitres se lucren a costa de la salud y la economía de todos los españoles y sobre todo de los trabajadores. 
La sanidad es un bien común que no se pude gestionar con criterios capitalistas ni neoliberales. 

Por una Sanidad Pública, autogestionada.

Disponible nº7 del periódico de la Federación Local CNT-AIT, Madrid





¿Elegir Salud o trabajo?

Estos dos meses de pandemia mundial han puesto a la sociedad actual ante el dilema de elegir entre la economía y la vida. Aunque estamos viendo que no es así en otros países como Brasil o Estados Unidos, en España durante los momentos más duros de la epidemia solo unos pocos se atrevieron a decir que la economía era lo primero. Pese a que todas sabemos que para las élites económicas nuestra vida solo tiene valor en cuanto al beneficio que puedan extraer de ella.

Cuando parecen haber pasado los momentos más duros de la epidemia, se presenta un panorama donde la organización de la clase trabajadora se hace más imprescindible que nunca para encarar la nueva crisis que las élites intentarán hacer recaer en el pueblo trabajador. Todo pese a que la crisis ha evidenciado de una manera descarada dos cosas: primero, que un país puede vivir sin Amancios Ortegas, ni Felipes VI e incluso sin políticos (al fin y al cabo, los diferentes partidos políticos han pugnado bochornosamente por una gestión más desastrosa mientras los hospitales se autoorganizaban para salvar todas la vidas posibles), pero, sin embargo, un país no puede vivir sin personal sanitario, sin transportistas, ni trabajadoras de tiendas de alimentación, jornaleras, etc. En segundo lugar, la economía, es el término bajo el que se esconde la palabra capitalismo, ha demostrado que no se articula para cubrir las necesidades de las personas, ya que mientras dure la crisis la clase trabajadora va a seguir generando riqueza que acumularán las clases privilegiadas, porque en tiempos de bonanza reparten las migajas y en tiempo de crisis nos repartimos las pérdidas de “sus empresas” que nosotras ponemos en marcha todas las mañanas. La élite más conservadora ya está organizada con sus banderas haciendo salir a sus huestes por las calles para mostrar su poder y sacar todo el rédito económico y político (de retroceso de derechos) a la crisis.

En CNT-AIT Madrid, te esperamos para fortalecer una organización que plante cara la explotación del día a día entre iguales (porque no tenemos/queremos liberados sindicales y somos asamblearias) haciendo realidad la autogestión como semilla de un mundo nuevo.

Sumario:

P. 2 -   Nos ha dejado Santi
P. 3 -   1º de Mayo. Nosotras o el sistema.
P. 3 -   El virus no frena la explotación en MRW.
P. 5 - Frente a la insensatez, la experiencia. Análasis de la situación hospitalaria en el momento crítico de la pandemia.
P. 7 -  Condenada la Universidad Rey Juan Carlos por usar falsos becarios.
P .8 -  CNT-AIT contra el cese de los llamamientos de docentes interinas.
P. 8 -   Plan Internacional. Crónica de una mala gestión anunciada.
P. 9 -   Nace la Plataforma de Captadoras de Madrid.
P. 10 - Victoria en el conflicto con el Concello de Oia.
P. 12 - A patronal, sindicatos y partidos, ¡Ni un euro de subvenciones!
P. 13 - Nuevo núcleo en Mazarrón.
P. 11 - Este sistema nos está enfermando.
P. 12 - Esperanto y anarquismo.
P. 14 - Un año después de la Operación Arca, más que nunca, solidaridad con las encausadas.
P. 14 - Gabriel Pombo da Silva libertad.
P. 16 - Solo el pueblo salva al pueblo.

sábado, 23 de mayo de 2020

SOV CNT-AIT, Chiclana: Reapertura de consultas presenciales en el sindicato




Salud compañer@s!

Informamos de la reapertura de permanencia para consultas presenciales en el local del Sindicato de Oficios varios de CNT-AIT de Chiclana, calle Cuesta del Matadero, 32. La asistencia a la misma será siempre con aforo limitado a una persona siendo atendido por un compañero o si preferís cita previa concertada con el sindicato por e-mail y se podrán realizar en el siguiente horario:

Lunes, 20:00h. – 22:00h.

Para ello hemos habilitado un e-mail nuevo para tal función del SOV. :

chiclanacntait@g.mail.com

¡Salud y Anarquía!

jueves, 21 de mayo de 2020

Colectivismo e individualismo, por Salomé Moltó



Cuantas veces nos habremos preguntado qué hace que los pueblos se muevan, que fuerza interna los empuja hacia una u otra finalidad.

Observamos colectivos empujados por ilusiones determinadas hacia metas definidas, no siempre progresistas, aunque quieran aparentarlo. Ilusiones y proyectos que enardecen a un colectivo determinado como a individuos particulares.

Por eso nos llama tanto la atención que, dentro de un colectivo, artístico, económico, político y de la índole que sea, alguien destaca más que los demás, la idea fundamental que los anida, parece que fluye más en una sola persona que en todo el resto empujando con más fuerza en el proyecto emprendido, ¿qué fuerza empuja a ese individuo más que al resto del grupo? ¿por qué este violoncelista interpreta mejor este sólo? Porque es el virtuoso, como suelen decirle. Y bien es verdad que esta persona destaca del resto del conjunto por su gran habilidad, pero se apoya y se nutre del conjunto, porque nace de él y a él se debe.

Este suele ser el argumento que se esgrime para hacerte comprender que “no todos somos iguales” y aquí se aplica que, por lo tanto, unos merecen más recompensa que otros, de ahí, toda esa gama de injusticias que vivimos. Hay que montar un argumento, estructura política o lo que sea que de forma piramidal justifique la diferencia abismal entre los que están abajo, sosteniendo normalmente todo el edificio, y los que están arriba, ordenando algo y llevándose la mayor parte de los beneficios.

Visto así, parece un argumento sólido, el cual no se puede discutir. Durante la “guerra fría”, se dieron grandes debates con arreglo al individualismo, identificado por los EE.UU., en donde el valor individual era sinónimo de triunfo, tanto personal como económico. En cambio, el sistema colectivo se identificaba con la Unión Soviética, o sea con el comunismo. Si tuviéramos que presentar un estudio de uno u otro sistema el trabajo sería exhaustivo por los elementos que se pueden poner del lado de un argumento como del otro.

Hoy ya se puede afirmar, por lo menos así lo hacen muchos politólogos y sociólogos, que el individualismo le ha ganado la batalla al colectivismo. Nosotros no estamos tan seguros. Primero, porque en Rusia gobernaba una dictadura y de colectivismo nada, eran los planes quinquenales planeados a miles de kilómetros, lejos de la realidad del espacio físico y humano en el cual se querían aplicar. Luego hay un concepto al que se le ha dado poca importancia; en cambio, nos parece que a la hora de llevar a cabo cualquier proyecto cobra importancia total, ese es: la propiedad.

Así es, el concepto de propiedad, que tan profunda y detalladamente expuso Pierre-Joseph Proudhon, nos da un elemento de reflexión: Existe una gran diferencia cuando una persona ejecuta una orden que emana de un jefe superior o cuando esa persona realiza un trabajo porque lo hace suyo, en fin, porque le pertenece, porque es de su responsabilidad, porque lo interpreta como algo que le pertenece. He aquí la fuerza de un concepto de propiedad que hace que las cosas se muevan con más firmeza. De tal forma que tanto los grupos políticos, ideológicos y, mayormente los religiosos, toman una fuerza inusitada.

Pero seguimos preguntándonos: ¿qué da la fuerza al ser humano para empujar al colectivo hacía un progreso constante? Bien es verdad que las capacidades son muchas y diversas y la voluntad de un proyecto igualmente lo es.

También nos gustaría proponer que: ¿por qué no intentar conjuntar los dos conceptos? Preñados de individualismo hacia un bien colectivo en donde el valor de cada uno sea respetado, fomentado en un bien común, eso sería, en esencia, una vía abierta hacia el federalismo. A veces los proyectos nacen de sueños o de ideas que se pretendían utópicas pero que con ellas el progreso no se ha detenido en absoluto.

Colectivismo e individualismo
Artículo de Salomé Moltó
Revista Orto nº 196

Estado español: el innecesario gasto militar se dispara a 55 millones diarios (aunque no te lo creas)



En tiempos de coronavirus, con miles de trabajador@s inmersos en ERTES y las colas en los Bancos de alimentos se engrosan día a día,  el gasto militar mundial que ya se disparó en 2019 y alcanza los 20.050 millones en España. 

El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, SIPRI por sus siglas en inglés, acaba de publicar su prestigioso informe anual. En el informe también ha participado el Centro Delàs de Estudios por la Paz.

El año pasado, la industria armamentística batió su récord histórico. Según el SIPRI, en el 2019 se destinaron 1,917 billones de dólares a compras de armamento. El gasto militar global de 2019 fue un 7,2% más elevado que el de 2010, corroborando la tendencia de crecimiento de los últimos 10 años. Para Nan Tian, uno de los investigadores responsables, es “el nivel más alto de gasto militar desde la crisis financiera mundial de 2008 y probablemente constituya un punto máximo». Los cinco países con más gasto fueron Estados Unidos, China, India, Rusia y Arabia Saudí. Juntos representan el 62% del total, aunque, más de la mitad del gasto militar mundial está en manos de países de la OTAN. La factura militar total de los 29 estados miembros de la organización militar llega hasta los 1,035 billones de dólares.

Según el informe, una partida importante de todo ese gasto lo componen los Programas Especiales de Armamento (PEA), iniciados en 1997 y comprometidos hasta 2031, con un importe que a principios de 2019 se estimaba en 41.396 millones de euros.

A nivel europeo, el ranking del SIPRI está encabezado por Alemania. El año pasado, el Gobierno de Angela Merkel destinó más de 49.000 millones de dólares a la cuenta armamentística, lo que supuso un aumento de un 10%.

Enseñanza e Intervención Social, CNT-AIT, Madrid: Ganamos el juicio contra la Universidad Rey Juan Carlos por usar falsos becarios



En estos tiempos que muchas no imaginamos que nos tocase vivir, nos ha llegado la comunicación de la primera victoria de nuestra campaña contra la Universidad Rey Juan Carlos. No lo vamos a negar, teníamos ya ganas de demostrar también en esta universidad, una de las pocas que teníamos pendiente de las universidades públicas de la Comunidad de Madrid, la explotación que suponen sus «becas de colaboración».

El caso concreto es el de un «becario» que ha estado casi un año trabajando para la URJC realizando tareas que son propias del Personal de Administración y Servicios. Así ha quedado probado en la sentencia:

Se trataba de un trabajo administrativo que se realizaba bojo el control y la dirección de la responsable del departamento.

Se prestaba un servicio necesario para la URJC y la Universidad se beneficiaba directamente.

No se recibía ninguna formación mas allá de la implícita del propio trabajo. Dicha formación estaba totalmente desvinculada de sus estudios.

Finalizó sus estudios antes de la finalización de la beca y, sin embargo, siguió trabajando para la URJC.

De todo ello se deduce que la relación era laboral ordinaria y de tiempo indefinido. Por ello, el “cese de la beca” ha sido declarado como un despido improcedente.

La URJC ha sido condenada a pagar al trabajador la indemnización correspondiente por despido improcedente y, además, tendrá que pagarle la diferencia salarial existente entre lo que percibía en concepto de «beca» con el salario estipulado en el convenio colectivo de aplicación.

Esperamos que a esta primera victoria en esta universidad se unan muchas más y que sirva de ejemplo para las trabajadoras que están soportando la realización de un trabajo sin los derechos que debe llevar de forma implícita. Debemos romper la normalización de la precariedad en los «primeros empleos». Si no se le planta cara a la «precariedad inicial», lo que vendrá después será más precariedad.

Sindicato Enseñanza e Intervención Social, CNT-AIT, Madrid

Fed. Local CNT-AIT, Madrid: Guía Práctica CRISIS COVID 19. Análisis de las medidas legales adoptadas.



Os presentamos una guía práctica elaborada por Abogad@s en Red S.C.A donde se recopilan todos los artículos publicados durante el Estado de Alarma decretado por el gobierno por la crisis sanitaria provocada por el COVID 19. En dichos artículos se analizan las medidas legales adoptadas desde una perspectiva práctica. Con ella pretendemos compilar las novedades normativas y ayudar dar respuesta a todos los interrogantes jurídicos surgidos a raíz de la situación que atravesamos.

Guía Práctica CRISIS COVID 19 Análisis de las medidas legales adoptadas: https:// cntmadrid.org/wp-content/uploads/2020/05/GU%C3%8DA-MEDIDAS-LEGALES_abogadxs-en-red.pdf …


sábado, 16 de mayo de 2020

Navantia: un juez falla contra la deficitaria empresa pública por hostigar a trabajadores




El jefe de Recursos Humanos amenazó a 14 empleados con el despido o trasladarles tras saber que habían demandado a la deficitaria compañía pública; la mitad cedió a las presiones y desistió.  El objetivo del jefe de Recursos Humanos de Navantia a través de las mencionadas presiones, según considera probado la sentencia, era dar una reprimenda "ejemplarizante" a los 14 " trabajadores atrevidos"  con el fin de cortar por lo sano y "evitar futuras demandas de otros subcontratados".

El juzgado de lo social 2 de Cartagena ha condenado a Navantia por tomar represalias contra un ingeniero que había demandado a la empresa pública. El juzgado obliga a la mercantil a devolverle a su puesto y a indemnizarle por daños y perjuicios. Además, la sentencia relata que el "hostigamiento" que sufrió el ingeniero también lo experimentaron otros seis compañeros que, como él, habían denunciado que trabajaban subcontratados por otras mercantiles cuando en realidad lo hacían para el astillero de Cartagena.

El juzgado considera probado que en un primer momento fueron 14 los trabajadores (ingenieros todos) que iniciaron acciones legales contra la compañía y que, tras las presiones, la mitad de ellos sucumbió y retiró sus respectivas denuncias. Los otros siete continuaron adelante y, por eso, sufrieron las "consecuencias". Dos fueron despedidos por su empresa, Primary Net, subcontratada por Navantia. Los cinco restantes —pertenecientes a las mercantiles Abance, Quest y Soologic— fueron trasladados por sus respectivos jefes a otras ciudades a petición del jefe de Recursos Humanos de Navantia, Álvaro T. E.

Las demandas de los 14 ingenieros que tanto molestaban a Navantia ponían en evidencia una situación que podría suponer un quebradero de cabeza para la empresa pública en el caso de que otros empleados subcontratados se animen a interponer más denuncias. En concreto, se trata de una supuesta cesión ilegal de trabajadores en la que se encuentran los ingenieros, que contractualmente dependen de mercantiles externas pero que en la práctica llevan años destinados en los astilleros de titularidad pública. El objetivo del jefe de Recursos Humanos de la compañía a través de las mencionadas presiones, según considera probado la sentencia, era dar una reprimenda "ejemplarizante" a los 14 'atrevidos' con el fin de cortar por lo sano y "evitar futuras demandas de otros subcontratados".


El conflicto se originó el pasado 4 de noviembre, cuando tres ingenieros de Soologic —subcontrata de Navantia— denunciaron ante el Servicio de Mediación de Cartagena que estaban contratados por la citada empresa pero que en realidad llevaban años trabajando para Navantia, por lo que eran víctimas de una cesión ilegal de empleados por parte de su mercantil a la sociedad pública. Ese mismo día, otros 11 ingenieros de cuatro subcontratas más (Primary Net, Abance Ingeniería y Servicios, Quest Global Engineering y Applus Norcontrol) ejecutaron en paralelo la misma acción ante el organismo de arbitraje.

Sus respectivas empresas y Navantia se enteraron de la iniciativa dos y tres días después respectivamente. La dirección de la empresa pública no esperó ni una jornada para mover pieza. El mismo 7 de noviembre, los responsables del departamento de Sistemas de Control comunicaron a los 14 denunciantes la decisión de la dirección tras conocer su iniciativa: o retiraban la demanda ante el servicio de mediación o "habría consecuencias", según recoge la resolución del juzgado de lo social 2 de Cartagena a la que ha tenido acceso este diario. Los jefes de los ingenieros 'rebeldes' les dieron a estos un ultimátum para desistir de sus pretensiones: el plazo para echar marcha atrás acababa el siguiente viernes, 9 de noviembre.

Los 14 hicieron entonces un proceso de reflexión interna sobre el aviso que les habían dado sus superiores. Siete de ellos optaron por retirar las demandas por cesion ilegal en el plazo establecido. El resto siguió adelante a pesar de las intimidaciones. Diez días después del plazo establecido como límite para desistir, el 19 de noviembre, al salir del trabajo, los vigilantes de seguridad de Navantia les pidieron las tarjetas de acceso a los siete 'atrevidos' que habían decidido hacer caso omiso a las amenazas, les indicaron que tenían instrucciones de sus superiores y que a partir del siguiente día no podrían entrar en el astillero.

La pelota estaba entonces en el tejado de las empresas subcontratadas de las que dependían contractualmente los empleados represaliados. El 12 de diciembre, el director general de Soologic y su jefe de operaciones, siempre según la sentencia, se reunieron con uno de los tres subordinados que habían interpuesto inicialmente la demanda. En concreto, con Alberto B. G., precisamente el único que había decidido seguir adelante con la acción judicial y al que habían retirado la tarjeta de acceso (los otros dos empleados de Soologic habían desistido por las presiones). Los directivos comunicaron al ingeniero 'díscolo' que el director de Recursos Humanos de Navantia le había prohibido la entrada mientras continuara con la demanda por cesión ilegal. "Era una imposición" de Recursos Humanos de Navantia, le indicaron los jefes, que añadieron que ante esta orden "no podían hacer nada".

En ese momento, los directivos de la subcontrata ofrecieron al ingeniero denunciante hablar por teléfono con el responsable de personas de la empresa pública, a lo que el ingeniero accedió. Fue en ese momento cuando el jefe de Recursos Humanos de Navantia, Álvaro T. E., según considera probado la sentencia, le dijo con claridad al represaliado que, si quería seguir trabajando en Navantia, "estaba obligado a desistir" de sus pretensiones judiciales. Le aseguró además que, si seguía adelante, sea cual fuera el resultado del pletio, no volvería al astillero.

En Navantia, al menos hay 300 ingenieros subcontratados en los diferentes astilleros. "Eso sin contar otros tipos de profesiones; en total, en todos los niveles, hay muchos más", aseguran las mismas fuentes. Se trata de un elevado número de personas en una situación complicada que, en el caso de que todos ellos decidieran ejercer su derecho y denunciar a la sociedad por cesión ilegal de trabajadores, generarían un gran problema para la empresa pública, extremo que el responsable de Recursos Humanos quería evitar a toda costa con las represalias descritas.

Como el ingeniero de Soologic hacía caso omiso a las coacciones que venían desde arriba por orden de aún más arriba, el 26 de diciembre el trabajador de la subcontrata "recibió una comunicación" de su empresa que le ordenaba su traslado a Sevilla "por indicación de Navantia". El cambio tendría una vigencia inicial de tres meses, la mercantil argumentaba "razones productivas y organizativas" y no descartaba ampliar la estancia en la capital andaluza más allá de ese periodo. Alberto B. G., sin embargo, no había sido el único que sufriño este tipo de represalias.

Una imposición de Navantia

Sus otros seis compañeros 'díscolos' que también habían decidido seguir adelante con sus demandas habían recibido un trato parecido por parte de sus respectivas empresas. Cuatro de ellos, que estaban contratados por Abance y por Quest, habían sido trasladados a Cádiz y a Ferrol. Los dos que trabajaban para Primary, por su parte, habían sido despedidos, ya que esta mercantil no contaba con delegaciones en ningún otro astillero de España. Todas estas decisiones habían sido "una imposición de Navantia", según recoge la sentencia del juzgado de Cartagena, al comprobar que los siete habian optado por seguir adelante con sus demandas.

Mientras llegaba la fecha en la que se hacía efectivo el traslado, Alberto B. G. fue enviado a una zona destinada a acoger empleados externos de control de acceso hasta el 31 de diciembre. El 7 de enero debía reincorporarse a la plantilla de Sevilla, pero decidió no hacerlo. Primero pidió una licencia sin sueldo y posteriormente, a partir del 4 de febrero, se dio de baja médica por ansiedad, una situación que la propia sentencia achaca al comportamiento hostil de la empresa. "Se han irrogado daños de orden material y moral al trabajador por el único y mero hecho de iniciar un proceso judicial que está amparado constitucionalmente", sostiene la resolución, que afirma que el ingeniero sufre desde noviembre y aún hoy una revancha en toda regla.

En concreto, valora la resolución, ha sido expulsado de su puesto "antes de que finalice el contrato" y "proscrito" a otro lugar "junto a los que estaban en la misma situación, y a su vez separado de los que no habían reclamado o habían desistido". Además, continúa, "se ve obligado a pedir una licencia sin sueldo, a estar expuesto a un desplazamiento temporal a 600 kilómetros sin saber qué va a pasar después y a darse de baja médica por ansiedad a causa de la situación creada". "Y todo ello por ejercer una acción judicial que no se sabe qué recorrido puede tener y dirigirla contra una empresa que para colmo es pública", subraya el juzgado, que ordena tanto a Navantia como a la mercantil subcontratada, a la que considera corresponsable por asumir la represalia sin oposición "ni discrepancia alguna", hacerse cargo de la indemnización solicitada por Alberto B. G., que se eleva a algo más de 6.000 euros.

Esta cantidad, defiende la sentencia, "está más que justificada". "El trabajador no puede ser objeto de represalia por haber interpuesto una acción judicial", entiende la resolución, que ordena "reponer" al ingeniero "en sus condiciones de trabajo y en su puesto tal como era antes" de las intimidaciones. "Los hechos relatados constituyen una vulneración del derecho fundamental de garantía de indemnidad", considera el juzgado, que califica la reacción de los responsables de Navantia tras conocer la acción judicial de los trabajadores como "expeditiva y radical". "Hay desatada una conducta empresarial dirigida a cercenar un derecho fundamental del trabajador", resume la sentencia.

Marca España

El abogado Andrés Galán, representante del ingeniero represaliado, considera en declaraciones que la resolución deja "rotundamente" claro que ha habido "una flagrante vulneración de derechos fundamentales de los trabajadores", algo "impropio de una empresa pública que pretende ser referencia de la marca España". "Ha quedado acreditado que las represalias y traslados forzosos obedecían exclusivamente a la reclamación previa por cesión ilegal de trabajadores y que han sido impuestas por Navantia", afirma.


El ERTE no es excusa: la empresa debe cumplir con las obligaciones previas que tenía con sus trabajadores




El Juzgado de lo Social n.º3 de Albacete ha obligado a una empresa en situación de ERTE a pagar los salarios atrasados que debía a sus empleados. 

En la sentencia (que puede consultar aquí), el tribunal considera que encontrarse inmerso en un expediente de regulación de empleo "no exime a la compañía de cumplir con las obligaciones previas que tenía con sus trabajadores". 

La Sala declara además la extinción de sus contratos de trabajo, como así solicitaron los demandantes. Lo hace en virtud del artículo 50.1 del Estatuto de los Trabajadores, que permite al trabajador cesar su contrato laboral voluntariamente y de forma unilateral siempre que se cumplan ciertas causas. Entre ellas, la "falta de pago o retrasos continuados en el abono del salario pactado".

Según recoge el fallo, la empresa, un taller de reparación de automóviles, llevaba aplazando los pagos de las nóminas a la plantilla, compuesta por ocho trabajadores, desde enero de 2018 hasta mayo de 2019. En ocasiones, los retrasos llegaron a ser de hasta cuatro meses. Cuando llegaban, solían hacerlo de forma fraccionada, por lo que los empleados recibían el sueldo repartido a lo largo del mes.

En este sentido, el juzgado entiende que la compañía ha incumplido de forma "grave y reiterada" su obligación del abono puntual de la nómina. Para el tribunal, este comportamiento debe ser condenable, "siendo totalmente ajenas las cuestiones empresariales que hayan podido determinar a la empresa a mantener tales retrasos", asevera. Por ello, obliga a la firma a abonar las nóminas que quedan pendientes.

El ERTE no es excusa

Igualmente, el juez sostiene que la presentación de un ERTE ante la autoridad laboral "no puede servir de óbice a las pretensiones ejercitadas por los demandantes" por dos motivos. Por un lado, porque la existencia de un expediente de regulación de empleo en ningún momento congela o anula las acciones que los trabajadores puedan ejercitar "en defensa de sus legítimos intereses". Por el otro, porque la presentación de un ERTE después de años atrasando pagos "no constituye un elemento que priva de eficacia a los incumplimientos previos".

Por el contrario, el juez argumenta que la propia tardanza en adoptar tal decisión "supone un claro elemento justificativo de la pretensión ejercitada por los empleados". Aunque la decisión empresarial tenía como propósito conseguir una salida a los problemas generados en su actividad, apostilla, "ello no puede suponer que los trabajadores tengan que soportar ya no meros retrasos, sino situaciones de deuda de hasta cuatro nóminas".

La sentencia, no obstante, distingue entre aquellos trabajadores que no se han visto afectados por el ERTE y aquellos que sí. Los primeros, indica, deberán percibir no solo las sumas atrasadas, sino también los salarios posteriores hasta la terminación de la relación laboral; mientras que los segundos recibirán únicamente los salarios retrasados. Así, el juzgado fija indemnizaciones a cada trabajador de entre 36.000 hasta los 80.000 euros.