lunes, 18 de julio de 2022

En defensa de la prensa anarquista y anarcosindicalista






No es ninguna novedad que el movimiento libertario, durante toda su historia, se ha destacado siempre por haber dado una importancia enorme a su prensa con la finalidad y el objetivo siempre de conquistar una autonomía e independencia, tanto en sus opiniones como en su propio movimiento.

En el pasado, el anarquismo y el anarcosindicalismo tuvieron que enfrentarse a calumnias y tergiversaciones, insultos y denuncias en otros periódicos, que buscaban desorientar a la clase trabajadora y engañar al pueblo sobre las ideas del anarquismo. De esta forma el movimiento anarquista se erigió como un defensor de la libertad de prensa y un firme partidario del periodismo ácrata y libertario.

Sin embargo, desde hace algún tiempo, el movimiento anarquista ha visto enormemente mermada su capacidad periodística y su difusión e influencia por medio de la prensa. En el pasado, el movimiento anarquista se destacó enormemente, frente a otros movimientos y corrientes políticas, por el elevado número de revistas y periódicos que se publicaban y por los enormes esfuerzos humanos y económicos que se dedicaban a la prensa anarquista y anarcosindicalista.

Lamentablemente, en el presente, el movimiento anarquista no es lo que era. La prensa libertaria ha vivido en estos últimos años las consecuencias de la sociedad de consumo, y ha sufrido también la influencia de una concepción particular del individuo y de la militancia libertaria. La sociedad de consumo, la sociedad de lo efímero y de lo inmediato ha cambiado no solamente los medios de comunicación, sino también los formatos en los que se comunica la sociedad.

Al mismo tiempo, esa concepción particular de la militancia libertaria, que se generó a finales del Siglo XX, ha generado un cambio importante en los valores del movimiento libertario. En el pasado, la militancia libertaria se batía implacablemente contra la necesidad más imperiosa, vivía en un conflicto constante, en una psicología del combate, en una lucha de clases, donde los valores del esfuerzo, el compromiso, la responsabilidad y el espíritu de sacrificio eran valores intrínsecos que definían a la militancia anarquista.

Sin embargo, en el presente, el concepto de militancia se bate contra otro concepto, el de activismo, que quiere imponerse en el discurso de los movimientos sociales, incluso en el discurso del movimiento anarquista. Un concepto vaciado completamente de los matices históricos e ideológicos, al margen de una tradición de lucha.

El hecho es que ha habido una transformación del concepto de militancia libertaria que ha pasado de una especie de estoicismo revolucionario a una especie de hedonismo revolucionario.

A diferencia del pasado, en el presente, muchas compañeras y compañeros han adoptado el discurso e ideología de los cuidados, que incluyen, entre muchos otros, valores como la búsqueda de la felicidad, la búsqueda del sentido, sentirse bien, cuidar a los demás, escucharse y cuidar de sí mismo, en muchos casos, evitar el conflicto y, en definitiva, el discurso e ideología de la no violencia.

Es claro que esta concepción ha modificado no solamente las formas de organización, basadas en el compromiso y la responsabilidad colectiva, el espíritu de sacrificio y la magnanimidad frente a una organización fundada, principalmente, en grupos de afinidad, de corta duración, que dependen en muchos casos de la situación sanitaria de las personas y que resultan incapaces de mantener proyectos colectivos a largo plazo.

Esta manera de entender la militancia tiene también sus consecuencias en la prensa, como proyecto colectivo. Las publicaciones, revistas y periódicos han sufrido mucho, en este sentido, sobre todo con las nuevas formas de comunicación instantánea y el periodismo de consumo.

Son pocas las publicaciones anarquistas que se están publicando en la actualidad o que se mantienen en el tiempo, y en muchos casos, esta estabilidad supone ingentes cantidades de esfuerzos y recursos, la mayoría de ellas impulsadas tan sólo por unas pocas personas apoyadas en colaboradoras y colaboradores que permiten o ayudan a salvar diversos obstáculos.

Entre todas estas publicaciones, encontramos: Todo por Hacer, Solidaridad Obrera, Fragua Social, Revista Orto, Ekintza Zuzena, Tierra y Libertad, Siembra, Asturies, etc. Es posible que haya algunas más, pero el movimiento libertario no cuenta con muchas más publicaciones, y algunas de ellas se mantienen con grandes dificultades o viéndose en la obligación de reducir su contenido, ediciones o ejemplares.

Una de estas publicaciones que lucha contra viento y marea, es la Revista Orto, que lleva años dando ejemplo y siendo referente para muchos compañeros y compañeras libertarias, aportando a debates actuales y reflexiones sobre cuestiones abordadas desde el pensamiento libertario.

Uno de los debates más interesantes que se podrían impulsar dentro del movimiento libertario actual es la cuestión de la prensa anarquista y el movimiento libertario, y sobre todo la relación que existe entre nuestra prensa libertaria en formato impreso y la difusión por medio de redes sociales y contenido digital.

Esta situación ha causado un duro golpe al movimiento, en muchas ocasiones, por falta de colaboradores, financiación, o compañeras y compañeros que pudieran comprometerse con la dirección del mismo. Un golpe que, en muchos casos, impide el relevo generacional, la transmisión de conocimiento y experiencia, y, sobre todo, pone freno a que se pueda entregar el testigo.

Muchos problemas y sobre todo malas soluciones.

Entre ellos, reducir la cantidad de ejemplares por falta de financiación, suscriptores o interés por parte del movimiento libertario; aumentar el período entre publicación y publicación, entre otras cosas por falta de contenido, colaboradores, financiación, problemas técnicos, etc.; o directamente acabar con la publicación impresa y sólo publicar una edición digital.

Pero una edición digital no está exenta de problemas. La mayoría de las veces, los esfuerzos de la dirección, el trabajo de los colaboradores, traductores e ilustradores no merece la pena a una mera edición digital. Una publicación digital tiene los días contados.

Como estrechos colaboradores del periódico anarcosindicalista Fragua Social, sabemos muy bien la cantidad de trabajo que supone cada una de las ediciones de nuestro periódico. Dirigir el periódico, recopilar los artículos, redactarlos, traducir algunos, ilustrar, editar y maquetar, financiar, administrar las suscripciones, e imprimir.

Otro de los problemas más importantes a los que se enfrenta nuestra prensa, es la gran falta de organización de nuestro movimiento.

La falta de organización y articulación del movimiento anarquista en muchas comarcas y localidades está dificultando la extensión de nuestra prensa y de nuestras organizaciones libertarias. Todo esto, además, se encuentra con un obstáculo añadido, la falta de organización entre los anarquistas, y, sobre todo, en muchos casos, la confusión, la falta de formación y preparación ideológica, y, sobre todo, el poco interés entre muchos compañeros y compañeras que esto genera.

Por el contrario, los anarquistas deben entrar en contacto entre sí, organizarse, crear y fundar Ateneos Libertarios, Centros de Estudios Sociales, Centros Obreros, Ateneos Racionalistas, etc. Espacios donde se puedan organizar cuantas actividades culturales se puedan, con la finalidad de crear e impulsar un panorama cultural anarquista. La militancia anarquista debe hacer un esfuerzo por fundar espacios de cultura libertaria, dedicando recursos y no escatimando en esfuerzos, desde donde poder generar un tejido asociativo y cultural, fundado sobre la cultura y la ética del apoyo mutuo.

Todos estos espacios deben ser también puntos de distribución y venta de literatura y prensa anarquista.
Sin ninguna duda, el movimiento libertario debe hacer un gran esfuerzo por apoyar, colaborar, financiar, distribuir y leer la prensa anarquista y anarcosindicalista. Todos los esfuerzos que se puedan hacer en ese sentido son pocos, y solamente nos permitirán dar un poco de vitalidad a nuestra prensa libertaria.


Un CeNeTista

Revista Orto