Desde hace años un tsunami inmobiliario azota la costa de Chiclana y prácticamente a todo su el término municipal: miles de hectáreas de pinares, viñedos, huertas, zonas agrícolas y espacios naturales han sucumbido a una ola de hormigón y asfalto que amenaza con destruir a todo el patrimonio medioambiental de nuestra ciudad.
La destrucción lucrativa de la naturaleza, el pelotazo inmobiliario, el enriquecimiento rápido y sin moral , son los causantes de este desastre, y del futuro aún más negro y desolador que nos espera, todo esto se está llevando acabo con la complicidad de los políticos gobernantes.
La proliferación de urbanizaciones legales o seudo legales, en zonas de alto valor ecológico y la construcción de 40.000 casas ilegales, millones de árboles arrancados, destrucción de huertos y viñas, reducción drástica de las zonas agrícolas para la construcción de campos de golf, hoteles, chalets, apartamentos y viviendas, todo esto es consecuencia de una política medio ambiental desastrosa.
El Pinar de Hierro espacio de gran valor ecológico es uno de los últimos reductos naturales que nos quedan, pulmón verde de la bahía de Cádiz, corre la amenaza inminente de la destrucción de gran parte de su masa arbórea para la construcción de cientos de chalets y apartamentos.
En año 2000 en el PGOU, este espacio natural contaba con la protección de espacio protegido, sin embargo en el plan actual ya se permite la edificación de gran parte de esta zona natural. La cuarta parte del pinar va a ser edificada, y el ayuntamiento quiere hacernos creer que esto es una gran conquista para nuestra ciudad, por que una parte del pinar va a pasar a titularidad municipal, o sea que va a estar en manos de políticos sin escrúpulos que lo podrán recalificar como más le convenga y viendo la trayectoria de despropósitos que llevan ya sabemos el futuro que nos espera. Si no lo evitamos pronto se materializara uno de los crímenes ecológicos más grandes de Chiclana, para beneficio de unos pocos y perjuicio de todos los demás; antes ya sucumbieron a la vorágine inmobiliaria los pinares de
Chiclana no es Marbella, paraíso de la corrupción urbanística, pero cada día se le parece más.
Que no nos sermoneen más con lo del desarrollo sostenible, todo es mentira, cuando nos dicen que van a poner en valor algún lugar es que tienen pensado edificarlo, o sea destruirlo desde un punto de vista medioambiental, y si va aumentar en algo su valor es solamente para los que los pocos que se vayan a beneficiar económicamente.
¡ NO A
CNT de Chiclana.