martes, 22 de noviembre de 2016

Avivando el fuego: Editorial del nº 1 de "Fragua Social"

 
Presentamos el Nº1 del órgano de expresión de la Regional de Levante (CNT-AIT). Puedes leerlo y descargarlo AQUÍ.
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Editorial Nº1 FRAGUA SOCIAL- Noviembre 2016:

“En la historia del anarcosindicalismo, toda respuesta a unos hechos concretos y circunstanciales coordinada ha tratado de madurarse a conciencia, desde el criterio de la afiliación, de abajo arriba, con garantías de formar unos pilares sólidos sobre los que construir un futuro en el que, no pocas veces, nos jugamos todo.

El 5 y 6 de Noviembre en Benissa (Alicante), una serie de sindicatos conscientes y coherentes con la lamentable situación, ya ampliamente descrita por toda clase de foros hasta el día de hoy, coordinan la organización de un Congreso por medio de un llamamiento de participación en el mismo. Comicio orgánico en el que culmina una parte del camino hacia la reestructuración de la organización anarcosindicalista revolucionaria, que nunca ha de dejar de serlo mientras exista, la CNT.

Los hechos internos a los que enfrentamos nuestra resistencia, voluntad y compromiso, ya han sido planteados en parte, como decimos, numerosas veces. Hechos que han consumado un alejamiento de los principios y un acercamiento premeditado a la colaboración de clase.

De modo externo, otro enfrentamiento surge del análisis que concluye en afirmar que seguimos atrapados en las telarañas de la transición. Algunos, dicen que hay una nueva etapa política que trasciende el bipartidismo, a sus ojos foco de todos los males, y justifica así el control de la disconformidad social ya encaminada en el cauce partidista y parlamentario. Paradójicamente se prestan como oposición a la vieja guardia, otrora casta (PP-PSOE-IU), erigida ya como gobierno pese al “no” o a la “abstención” consintiendo, tanto o más que en un “sí” rotundo, al Rajoy de turno. Este supuesto callejón sin salida que tratan de vendernos como mal menor, se asienta en la negación de la memoria revolucionaria libertaria.

En ausencia de ésta, no hay proyección utópica y se impone una inmediatez de carácter competitivo, conservador e insolidario. La abstención electoral, en general, es también pasiva y muy posiblemente reaccionaria, podría volverse en fascismo mañana mientras que hoy continúa el estado de las desigualdades sociales sin una alternativa bien presentada y defendida.

Aún así queda la duda, como picor alejado de nuestra mano, si aún hoy, en las miserables circunstancias sociales que atravesamos, en las horas bajas de confianza y compañerismo que parecemos sufrir, es posible sentir la energía que alimenta nuestros movimientos libertarios, allá donde se muevan. Esa solidaridad expresada en acción, en apoyo, que refuerza nuestros principios de la única manera que nos es propia.

Existen compañeros de lugares alejados que nos demuestran que les incumbe nuestra circunstancia tanto como sienten común la Idea. Así mismo hemos de reaccionar ante el colapso al que, los mismos actores de la corrupción de la CNT, quieren llevar a la Internacional y conocer, para poder apoyar en consecuencia, a compañeros en sus propias y particulares realidades.

Seremos lo que sigamos diciendo que somos, y nosotros lo decimos en un Congreso con las características específicas del anarcosindicalismo. Absténganse los faltos de empuje y voluntad con la certeza de que quedarse en los sindicatos mirando hacia el suelo, justificando la falta de acción y reacción por la escasa motivación, en una bajada de hombros escandalosa, ya es difícilmente defendible. No se trata sólo de conservar unas ideas y un legado, quizá la única herencia que aceptamos como anarquistas, sino que hemos de demostrar lo actual de sus principios y la necesidad de ponerlos también hoy en práctica, en las formas que bien sepamos discernir, plantear y, en definitiva, acordar a través de nuestros Congresos que determinan la CNT como una herramienta del proletariado, no sólo en luchas por mejorar las condiciones de vida, sinoen sus aspiraciones de cambiar la sociedad hacia una más humana y justa.

Como Fragua tratamos de seguir avivando las ascuas latentes, los fuegos incipientes o las hogueras de flamígeras dimensiones que sean afines a la transformación revolucionaria de la sociedad. Si planteamos un triángulo del fuego social concluiremos que el combustible lo forman las estructuras e instituciones del poder, el calor la confianza y solidaridad activa de los compañeros y el oxígeno las ideas que transportamos con aliento y fuelle, si es necesario. Las mismas ideas mantenidas en el espíritu de hombres y mujeres que, como escribió Eduardo de Guzman a las puertas del quinto Congreso: “…muertos, en el exilio, las cárceles o el paredón, transmitieron a las nuevas generaciones una antorcha de libertad y rebeldía que continúa y continuará ardiendo”. Este 5 y 6 de Noviembre tenemos la oportunidad de comprobarlo, también, en Benissa.”