En un hecho que está siendo investigado, tres supuestos militantes de la organización racista estadounidense Ku Klux Klan (KKK) quemaron a una joven negra de 20 años, Sharmeka Moffit, quien se encuentra grave, en Winnsboro, Louisiana.
La joven tiene más de la mitad del cuerpo quemado. Según la prensa
local, la propia víctima llamó a la policía y denunció que había sido
atacada por tres hombres con la cabeza cubierta con la tradicional
capucha blanca del grupo racista.
La mujer fue rociada con un líquido inflamable y luego le prendieron
fuego en el parque de Winnsboro, en el condado de Franklin Parish,
Louisiana, uno de los Estados del profundo sur norteamericano que
siempre se destacó por su racismo.
El sheriff local, Kavin Cobb, definió la agresión como “un evento
repugnante”. Mientras que el alcalde de Winnsboro, Jackie Johnson,
afroamericano, pudo en duda lo ocurrido: “No debemos sacar conclusiones
apresuradas. No estoy totalmente convencido de que se trate de una
agresión racista. Debemos mantenernos al margen de la investigación
hasta que la policía encuentre a los responsables”.
Los investigadores, que no disponen aun de pistas o testigos, tampoco
determinaron si se trata de un ataque arbitrario o si la víctima había
sido elegida con premeditación. La agresión causó vivas reacciones,
principalmente en las redes sociales.
Otis Chisley, presidente de la sección local de la National
Association for the Advancement of Colored People, uno de los grupos
anti-racistas más reconocidos del país, dijo que “el racismo y las
actividades del KKK son una triste realidad en Louisiana”. “Es un
fenómeno escondido, pero que existe”, sostuvo.