miércoles, 28 de octubre de 2015

EN DEFENSA DEL ANARCOSINDICALISMO, POR LA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA Y EL COMUNISMO LIBERTARIO




El anarcosindicalismo es el conjunto de experiencias y reflexiones que la clase trabajadora ha ido acumulando en su evolución y desarrollo histórico en lucha contra la explotación capitalista y contra la opresión del Estado. Así, el anarcosindicalismo se ha presentado como la conclusión del movimiento obrero en lucha contra sus enemigos más encarnizados, presentándose como la síntesis de las ideas anarquistas y el sindicalismo revolucionario.

Frente al sindicalismo que aspira a mejoras dentro del sistema de explotación capitalista (sin importar que sea, capitalismo de Estado o capitalistamo privado) sin llegar a cuestionar el núcleo esencial de la explotación, el anarcosindicalismo representa la organización de finalidad revolucionaria que aspira a transformar la sociedad y a abolir el Estado y el capitalismo. Es por ello que, la doble tarea del anarcosindicalismo es la de perseguir en la lucha revolucioanria diaria el mejoramiento económico, social e intelecutal de la clase trabajadora dentro de los cuadros de la sociedad actual y, por otro, su objetivo final: el de la reorganización de la vida social sobre la base del Comunismo Libertario: una sociedad asamblearia y libremente federada, donde los medios de producción y los servicios sean autogestionados por sus trabajadores, sin clasepolítica, ni empresarial.

Para alcanzar la finalidad revolucionaria, la clase trabajadora ha reconocido que solamente laorganización asamblearia de los trabajadores puede ser la única que represente sus verdaderos intereses y los defienda de cualquiera que fuese ajeno a aquellos. Por tanto, el anarcosindicalismo se opone a toda organización centralista y burocrática en la lucha de la clase trabajadora. El anarcosindicalismo se presenta como el más firme enemigo de la integración del sistema parlamentario y delegacionista en el sindicalismo, representado por las Elecciones Sindicales, los Comités de Empresa y el conjunto de los sindicatos que se presentan a ellas. Esta integración parlamentarista en el sindicalismo representa el triunfo del capitalismo sobre la clase trabajadora, ya que destruye la iniciativa y la finalidad revolucionaria de la clase obrera, que son sus más importantes armas, integrándola a la pérfida estrechez de las instituciones del Estado y comprando con prebendas a sus teóricos representates; a la vez que robando la voz y arruinando la acción directa que pudiera llevar a cabo, sustituyéndola por la acción mediada de las instituciones de colaboración con el sistema capitalista: Elecciones sindicales, Comités de Empresa, aparato judicial, partidos políticos, subvenciones, etc.

Las anarcosindicalistas entendemos que la independencia, de las organizaciones revolucionarias de la clase trabajadora, es incompatible con las subvenciones del Estado ni de la patronal, ya que suponen una pérdida de la independencia económica de la lucha, aceptando el alimento de nuestros enemigos, que la historia demuestra envenenado. Haberlo aceptado hoy, por el conjunto de los Sindicatos subvencionados, ha supuesto la pérdida de casi todo lo conquistado en más de un siglo de lucha obrera.

La principal herramienta de la clase trabajadora es el apoyo mutuo y la solidaridad, ya que es ahí donde se reside la verdadera fuerza del sindicato. El sistema de explotación se propone como una finalidad fundamental la división y el enfrentamiento dentro de la clase trabajadora, para desarticular las fuerzas existentes del resultado de nuestra unión, poniendo obstáculos para ello (partidos políticos, sindicatos burocráticos, racismo, sexismo, patriotismo, nacionalismo, etc.), buscando confundir y distorsionar el verdadero origen y responsable de la condición de explotada de la clase trabajadora.

Frente a todo esto, el anarcosindicalismo rechaza toda actividad parlamentaria y toda colaboración con los organismos legislativos. Ya que el sufragio más libre no puede hacer desaparecer las flagrantes contradicciones políticas, económicas y sociales, existentes en el seno de la sociedad actual; ya que el sistema parlamentario no tiene más objeto que el representar un simulacro de derecho legal al reino de la mentira y de la injusticia social y de inducir a la clase trabajadora a dar su consentimiento voluntario sobre su condición de esclavos, de ciudadanos siervos.

Solo en el seno de las organizaciones económicas revolucionarias de la clase obrera se halla la fuerza capaz de realizar su emancipación y la energía creadora necesaria para la reorganización de la sociedad, ya que la libertad no puede ser el objetivo ni la finalidad de ninguna organización autoritaria, así como de ningún Estado.

CNT-AIT, Albacete