A pesar de que los miembros de comité de empresa de la compañía minera se mostraron ayer contrarios a que sus compañeros adoptasen esta medida, los cuatro trabajadores encerrados han decidido radicalizar su postura.
Los cuatro mineros de la Hullera Vasco Leonesa encerrados desde el día 13 en el Pozo Aurelio de la Hullera Vasco Leonesa han decidido iniciar una huelga de hambre, para presionar a las administraciones a que lleguen a un acuerdo que permita acceder a los fondos para el cierre ordenado de la mina de interior de la empresa en liquidación. Una solución que permitiría trabajar a buena parte de los mineros que a partir del próximo 31 de julio se quedarán en el paro.
Álvaro Rodríguez, Elías Ortega, Daniel Garduño y Sócrates Fernández llevan 16 días encerrados en la mina para exigir que se permita a la empresa acceder a estos fondos, y con ellos se mantenga algo de actividad en la cuenca.
A pesar de que los miembros de comité de empresa de la compañía minera se mostraron ayer contrarios a que sus compañeros adoptasen esta medida, los cuatro trabajadores encerrados han decidido radicalizar su postura. Aunque la Junta de Castilla y León asegura que mantiene contacto permanente al más alto nivel con el Ministerio de Industria, en un intento de acelerar la orden que convoca las ayudas, y modificar las bases para que la empresa pueda acceder a los fondos a pesar de tener deudas con Hacienda y la Seguridad Social, los días pasan sin que se firme ningún acuerdo concreto.
La administración concursal ha convocado esta semana al comité de empresa para iniciar la negociación del expediente de extinción para más de 200 trabajadores de la plantilla de la Vasco. Un despido que se hará efectivo el próximo 31 de julio.
La concesión de las ayudas no sólo permitirá un cierre ordenado de la mina de interior, lo que evitaría los problemas de avenidas de agua y explosiones de las que ya ha advertido el administrador concursal, y que han sido trasladadas al ministerio al frente del cual se encuentra en funciones Luis de Guindos.
Estos fondos darían lugar también a que alrededor de 75 mineros pudieran seguir trabajando durante otros 36 meses en esas labores, lo que aliviaría la difícil situación en la que se encuentran los trabajadores. Y con ellos la economía entera de la cuenca minera de la montaña central, que depende de la actividad del carbón.