Campaña contra los CIE´s del SOV CNT-AIT, Cádiz |
Los Centros de Internamiento de Extranjeros, simplemente no funcionan. Estos Centros existen para desincentivar la llegada de gente que huyen de sus países por motivos bélicos, económicos o tantas otras razones más... Cárceles encubiertas.
España expulsó forzosamente a una media de 25,66 personas al día en 2016, y detuvo a casi cien personas por estancia irregular en el país. Son parte de las vergonzosas cifras de los Centros de Internamiento de Extranjeros.
Se produjeron 9.241 repatriaciones y 35.882 detenciones el año pasado. Y aunque estos números llaman poderosamente la atención, ni incluso ellos reflejan en su totalidad la pesadilla que viven muchos de los inmigrantes que llegan a estas tierras.
Tres de cada cuatro internados en los CIEs en 2016 llegaron al país en una patera. El número de menores en los Centros se triplicó el año pasado respecto a 2015, hasta un total de 51 menores. La cifra de mujeres internadas presenta una tendencia similar, aumentando en un año un 13% hasta un total de 513 mujeres.
La cifra de internamientos va en aumento también comparada con los dos últimos años, hasta un total de 7.597 personas, quienes pasaron una estancia media en estos Centros de 24,47 días. De estás más de siete mil personas, solo el 29,02% acabó siendo expulsadas finalmente. Los CIEs están siendo muy poco eficaces en cuanto a la que debe ser su función original: la repatriación.
Se produjeron 9.241 repatriaciones y 35.882 detenciones el año pasado. Y aunque estos números llaman poderosamente la atención, ni incluso ellos reflejan en su totalidad la pesadilla que viven muchos de los inmigrantes que llegan a estas tierras.
Tres de cada cuatro internados en los CIEs en 2016 llegaron al país en una patera. El número de menores en los Centros se triplicó el año pasado respecto a 2015, hasta un total de 51 menores. La cifra de mujeres internadas presenta una tendencia similar, aumentando en un año un 13% hasta un total de 513 mujeres.
La cifra de internamientos va en aumento también comparada con los dos últimos años, hasta un total de 7.597 personas, quienes pasaron una estancia media en estos Centros de 24,47 días. De estás más de siete mil personas, solo el 29,02% acabó siendo expulsadas finalmente. Los CIEs están siendo muy poco eficaces en cuanto a la que debe ser su función original: la repatriación.
Aunque en el año pasado se produjeron a un ritmo notablemente menor que el de años pasado, el número de repatriaciones aún llegó a un medio de 25,66 personas al día. En números brutos, un total de 9.241 personas que fueron expulsadas en 2016. En esta línea, así mismo, cabe señalar que las detenciones de personas en este país se produjeron en 2016 a un ritmo de casi cien diarias, hasta un total de 35.882 detenciones.
Los Centros de Internamiento de Extranjeros, simplemente no funcionan. Estos Centros existen para desincentivar la llegada de gente que huyen de sus países por motivos bélicos, económicos o tantas otras razones más.
¿Y cuál es la respuesta del Estado frente a la trágica realidad? En primer lugar, la respuesta más vergonzosa de todas. De las 770 solicitudes de asilo que recibieron las autoridades en 2016, solo admitieron el 20% a trámite.
Y aunque sigue negando estas solicitudes de asilo, el Estado sigue gastando el dinero de todos en el mantenimiento y gestión de los Centros. Solo en obras de mejora de las instalaciones de los CIE, por ejemplo, el Gobierno invirtió en 2016 más de 300.000 de euros, mientras que en la asistencia sanitaria a los internados la inversión fue alrededor de 730.000 de euros.
Igualmente vergonzoso es el hecho de que el negocio de los CIE coseche beneficios notables para las empresas privadas, quienes se hicieron en 2016 con contratos de suministros al valor de 62.000 de euros y de alimentación de 8.250.000 euros. El chollo más jugoso en la industria de los inmigrantes, no obstante, corresponde al flete de vuelos de expulsión de los repatriados: un contrato que valió en 2016 casi 12 millones de euros.