"La burguesía no nos permitirá implantar el comunismo libertario simplemente porque ése es nuestro deseo. La burguesía resistirá porque ella defiende sus intereses y sus privilegios. El único medio que tenemos nosotros para implantar el comunismo libertario es destruyendo la burguesía. El camino de nuestro ideal es seguro, pero hay que seguirlo con coraje."
Buenaventura Durruti
"Creemos no traicionar la memoria de Durruti afirmando que fué hasta el último instante de su vida el intrépido anarquista de sus primeros años". Esta evocación no es superflua, pues no es un secreto para nadie saber que diversos sectores políticos han intentado acaparar para su exclusivo uso el innegable prestigio del héroe de Aragón y Madrid. Se ha intentado hacer de él un gran militar convencido de la necesidad de una disciplina de hierro, acogiendo incluso con satisfacción la militarización de que ya se hablaba en noviembre de 1936. Sus últimas palabras: "Renunciamos a todo, menos a la victoria", se han convertido en la consigna de los combatientes, pero cada cual las interpreta según la necesidad de la política de su organización o partido.
No quiero entrar en polémica´porque la hora que vivimos no es para polemizar, pero en este conjunto de contradicciones y confusiones nacidas de la guerra misma, permítaseme decir como testimonio, lo que pienso.
Durruti, cuando hablaba de la victoria, pensaba, sin ninguna duda posible, en la victoria de las Milicias populares, venciendo a las hordas fascistas, pues rechazaba la idea de la victoria militar de una República burguesa que no conduciría a ninguna transformación social. Cuantas veces le había oído decir:"No valdría la pena disfrazarnos de soldados si debemos dejarnos gobernar de nuevo por los republicanos de 1931.Aceptamos hacer concesiones, pero no olvidamos nunca que es necesario llevar simultáneamente la guerra y la revolución".
Durruti no olvidó nunca su vida de perseguido: el drama de las persecuciones sufridas por la CNT y la FAI lo llevaba escrito con letras de sangre en su memoria. No tenía confianza alguna en los políticos republicanos, y rehusaba dar el nombre de antifascistas a hombres como Azaña. En una palabra, estaba convencido de que la burguesía española que se había aliado a la causa republicana no perdería ocasión para minar sin escrúpulos, incluso en plena guerra, las conquistas revolucionarias obtenidas por el proletariado.
Desgraciadamente los hechos le dan la razón... Durruti sentía horror y asco por la burocracia, y en el famoso discurso que pronunció en Barcelona antes de salir para el frente de Madrid, lanza un grito de alarma, sobre la corrupción que empezaba a manifestarse en la retaguardia, denunciando el parasitismo burocrático. Desgraciadamente él no vivió lo bastante ...y el burocratismo de los conformistas se desarrolló sin tapujos ni verguenza... Pero el pensamiento, el alma - permítaseme esta expresión - de Durruti, vive aún en el seno del proletariado español, que, a pesar de su martirio, no ha olvidado su consigna. Y es por esta razón por la que nosotros tenemos confianza en el potencial revolucionario del proletariado ibérico, que habrá de liberarse, en tiempo oportuno de sus "líderes" y "conductores".
Que el desorden del Frente Popular francés haga reflexionar a nuestros hermanos españoles: que no se hagan grandes ilusiones sobre la ayuda de las "grandes democracias europeas". La gran corriente de simpatía hacia los combatientes de la libertad no va más allá de un sentimentalismo pasivo y lagrimero. La victoria a la que Durruti hacia alusión, nuestra victoria, nosotros no podemos obtenerla más que con la ayuda del proletariado francés, libre de la tutela de sus partidos y por encima de toda la consideración de orden nacional. Nosotros no perdemos la esperanza en que al fin el proletariado francés comprenderá cúal es su verdadero deber de clase, y se liberará de la pausa que le predican sus líderes desde hace un cierto tiempo".
Le Libertaire, artículo de Emilienne Morin "Nuestra victoria", 17 noviembre 1938 ...
Y aquí acaba por hoy los pensamientos sobre la figura de Buenaventura Durruti, dejando en el tintero multitud de datos que ni por tiempo ni espacio nos es posible de adjuntar. Decir que a los 72 años del golpe fascista del 18 de julio y de la Revolución, a muchos y a quienes día a día hacemos este blog nos llama la atención el silenciamiento y la ocultación interesada que se hace desde los medios de comunicación, asociaciones y partidos, del papel protagonista del anarcosindicalismo y del anarquismo durante la República y la revolución social que siguió al golpe militar. Se magnifican los actos , hechos y protagonistas del bando republicano...excepto de aquellos, que militaron en las filas de la CNT y de la FAI.
Los anarcosindicalistas y los anarquistas, por el contrario, son tratados siempre de violentos, dados y llamados al desorden, a la indisciplina y a la represión incontrolada. Nada más lejos de la realidad. Se silencian siempre a los miles de hombres y mujeres, que bajo las siglas de la CNT, de la FAI, de las Juventudes Libertarias y Mujeres Libres tomaron las calles, alzaron barricadas, defendieron la libertad y pararon al fascismo. Cientos de miles de anarquistas y anarcosindicalistas pagaron con la vida y la represión el haber tenido tan cerca ese mundo nuevo que crecía en sus corazones. Es por estos motivos y razones lo que nos induce, a presentaros artículos como éste de Durruti, pues como ya se ha dicho, la CNT también tiene memoria. Salud y Anarquía.
El Miliciano, vocero de la CNT-AIT, Chiclana