miércoles, 6 de abril de 2016

(USA) Perdiendo el norte: La Biblia, a un paso de ser declarada como libro oficial de Tennessee


Primero declararon al rifle del calibre 50 el arma oficial del estado. Ahora los legisladores de Tennessee dieron su aprobación final para nombrar a la Biblia como el libro oficial del estado.

Steve Southerland, el senador republicano que redactó el proyecto, argumenta que la ley tiene como propósito "el reconocimiento de la Biblia por sus contribuciones históricas y culturales", y descarta que se pretenda usar el sagrado texto como una especie de ley religiosa cristiana, al estilo de la sharia o ley islámica que reivindican algunos grupos extremistas musulmanes como el Estado Islámico. Esto ni él mismo se lo cree.

Otro senador Kerry Roberts defendió la propuesta de su compañero de bancada, bajo el argumento de que "este libro ha hecho más para llevarnos a donde estamos hoy que cualquier otro libro en la historia de la humanidad ".

Por otro lado el fiscal general del estado, Herbert Slattery, ha planteado dudas acerca de la constitucionalidad de la legislación. El año pasado, Slattery emitió un dictamen que sugiere que la medida violaría la separación de las disposiciones de la iglesia y del estado en las constituciones federales y estatales.

Pero más allá de lo estrictamente religioso o lo moral, también cuenta una variable política: Tennessee, un estado sólidamente republicano, suele dar "mucho peso a Dios y a las armas", sobre todo en un año electoral.

A principios de este período de sesiones, la Asamblea Legislativa aprobó una resolución para añadir el calibre 50 rifle de francotirador Barrett al conjunto de símbolos oficiales del estado. La empresa fabricante, con sede en Murfreesboro, está dirigida por un "prominente republicano", Ronnie Barrett, que suministra sus armas de fuego a las fuerzas del orden, ciudadanos privados y más de 70 militares en todo el mundo.

Al final, todo esto es un ejemplo desagradable y peligroso privilegio del extremismo religioso cristiano. No puede haber ninguna duda de que lo que la Biblia sea el libro oficial del estado es un ataque directo a los ateos, agnósticos y librepensadores, así como otras minorías religiosas o raciales.