domingo, 15 de noviembre de 2020

"Organízate o nos organizamos o al ¡carajo!". Manel Aisa Pàmpols

Democracia, fascismo, Europa, competitividad, los mercados fuera de control, ¡no hay espacio!,   la robótica, la China, El 5-G, policías y ladrones, Trump, Bolsonaro, Vox, PP, PSOE, el Torra. …

La no intervención humana, la demografía, las religiones, el control del Sistema o el Sistema que nos controla, la nanotecnología, cambio climático, ¡la sexta extinción!, si

sí, ¡la sexta extinción! Ahí estamos, cuando los hombres y mujeres de la primera Internacional hablaban de “Asociación o muerte”, no significa nada más que o te organizas con los de tu misma clase o la muerte.

Y estamos ahí otra vez, en esa encrucijada de caminos que nos indica que es necesario volver a creer en las utopías para cubrir las necesidades esenciales del ser humano y su entorno, todo debe ser posible todavía, sólo hay que poner el empeño y la creatividad en conseguirlo, aunque evidentemente cada vez es más complicado.

Así nos lo cuenta Joan Martínez Alier y Jorge Wagermsberg cuando en un momento, para ellos muy normal, pero para mí de mucha lucidez absoluta, nos dice uno de ellos en su debate

“J.W.: La evolución de la materia es la historia más bella de todas las historias. De golpe crea materia viva, de manera que la selección fundamental da un salto inmenso y empieza a funcionar la selección natural … ¿Por qué existe algo en lugar de nada? … Y la historia más bella del mundo no acaba aquí, porque si parte de la materia inerte se hace materia viva, parte de la materia viva se hace materia culta. Otro gran salto, porque ahora no bastan la estabilidad y la adaptabilidad. ¡Ha llegado la hora de la creatividad!”. (1)

Siguiendo los pasos del conocimiento y la creatividad ha llegado la hora de la organización horizontal desde lo más abajo posible, es decir, desde los barrios, los pueblos, dentro de una sociedad consciente y que trabaje en la línea del respeto al otro y su entorno.

A partir de aquí y con una premisa básica entender las necesidades esenciales para la vida de todos los ciudadanos sin exclusión.

La Alimentación (agricultura), la vivienda, el conocimiento, la salud, el entorno natural (aire, agua, los árboles) el clima, el modo de cubrir el cuerpo (vestir). Estas son las necesidades reales de todos nosotros.

Cómo organizar la vida teniendo en cuenta esas necesidades vitales para la subsistencia de la vida en comunidad, insistimos que se trata de todos y cada uno de los seres vivos del planeta de un modo equitativo.

Es importante saber qué nos estamos jugando, son temas que no se puede estar especulando desde ningún concepto.

Desde ciudades, barrios o pueblos, quien vive en ellos tiene que tener la capacidad organizativa desde la base y establecer la línea de trabajo tangencialmente realizable,   y saber en todo momento las necesidades de lo colectivo, es decir, a partir de lo acumulado en el proceso histórico de los tiempos y las necesidades del momento que deben en un principio corregirse con los propios medios y donde este lenguaje y actitudes no sea posible  interrelacionarse con otros grupos, ciudades, barrios o pueblos similares e intentar el intercambio a  modo de producto, el Federalismo entendido como ya nos dejó dicho  Félix Carrasquer o el propio Felipe Alaiz trataba de explicarnos.

En ese entorno de necesidades puede estar la verdadera lucha por la vida, en la que nos jugamos el todo, por una oportunidad para la dignidad de todos.

La alimentación, la Vivienda, el Conocimiento y la salud, estos son los pilares de la verdadera lucha por la vida, y en eso debemos estar todos por desterrar de nuestro entorno a aquéllos que quieren especular con nuestra propia sangre y vaciar nuestro contenido de vida en provecho de castas que dirigen esta sociedad de privilegiados mientras otros cada vez son más los desclasados.

Por el momento, y viendo la monstruosidad de los Estado Nación en todo el planeta, es probable que, todo y la vulnerabilidad de la especie humana como hemos visto recientemente con el Covid-19, aun así, no tengamos capacidad para dar un vuelco a la situación social existente hoy día debido a los entresijos perversos que sostienen el sistema y a la cultura manipuladora de hoy día, carente de todo compromiso.

Probablemente lo mejor sería cortar de raíz el sistema capitalista que nos ahoga para reorganizar alguna cosa diferente, y mucho más equitativa, que nos permitiera una vida mucho más digna, pero eso por el momento nos llevaría a situaciones muy drásticas y dramáticas, que por el momento parece que no hay capacidad para dar respuesta en ninguna parte, el poder del fascismo está bien armado y nosotros, por lo general, somos gente antibelicista.

Por el momento sólo tenemos el pataleo, de vez en cuando ¡en la revuelta!, ¡que está muy bien!, pero nos hace falta construir el siguiente paso, que es la revolución, y eso sólo se hace con paciencia y mucho sentido organizativo, es el más trascendental para construir una revolución y a ese escenario por el momento somos incapaces de llegar, al parecer en ninguna parte del planeta.

Tenemos el ejemplo de “la sociedad paralela”,  pasar lo más posible del Estado y dedicarse a construir  entre iguales, que fue la respuesta de aquella Barcelona de los años 20 y 30 a la sinrazón de la avaricia del Estado  y tomo como referencia “El Congreso Regional de la CNT en 1918, en Sans, que será la que tome nota e iniciativas en el campo y de impulso a las escuelas racionalistas, ateneos, los sindicatos de industria, las cooperativas de consumo, las cooperativas de construcción , los socorros mutuos , los economatos, etc.  Todo ello encaminado a tejer una respuesta social contundente que tenía por objetivo dignificar la vida de los humildes y del movimiento obrero y sus familias.  …” (2). ¡No hay otra!, hay que aprender y a ser consciente de que toca hacer una serie de cosas, siempre pensando en lo colectivo.

Como los de los obreros y obreras de mediados del Siglo XIX, cuando cansados de morir en la propia caldera de la fábrica, lanzaron la consigna de “Asociación o muerte”, esa es la verdadera lucha de ciudades como Barcelona y allí donde este la especulación de unos pocos sobre otros muchos.

En otro orden de cosas no hay que dejar de lado las experiencias que tuvieron lugar en otro tiempo y aunque es posible que algunas cosas sean diferentes, en síntesis, las necesidades del ser humano continúan siendo las mismas.

Pero sabemos que los movimientos sociales, y el anarquismo por descontado, necesitan saber del pasado, pero necesitan mirar más al futuro, probablemente será entonces cuando tengamos una oportunidad para construir un nuevo futuro para esa nueva sociedad, con necesidades reales.

Pero ahora centrémonos en experiencias que son ejemplo para salir del paso, por ejemplo en los 60 y 70 los Movimientos sociales de América del Norte, de lo que pudiéramos ser capaces de crear a nivel alternativo: “Así que Hess aprendió a soldar y a racionar sus ingresos, intercambiando trabajos de soldadura por comida y otros bienes y viviendo fuera de la economía monetaria …..  Recuperaba lavadoras estropeadas, les quitaba los motores y las conectaba a bombas de agua para crear una corriente contra la cual los peces pudiesen nadar. Estos crecieron rápidamente. Descubrió que un sótano urbano podía producir pescado -a menos de un dólar el medio kilo-” (3).

Cuando sepamos interrelacionar las experiencias del pasado y apostemos por el futuro entonces será probablemente cuando creatividad y utopía tengan alguna cosa que decir en el cambio: “Cambiar, por tanto, no es una opción sino una necesidad imperativa … La producción de necesidades”(4).

Es evidente que la Humanidad entera tiene el derecho, pero también el reto, de organizarse de tal manera para vivir sin autoridad.

Manel Aisa Pàmpols

Notas

1.- SOLO TENEMOS UN PLANETA: sobre la armonía de los humanos con la naturaleza. Joan Martínez Alier, Jorge Wagermsberg, ed. Icaria BCN, 2017 P.12.

2- Manel Aisa Pàmpols, La efervescencia social de los años veinte, Barcelona 1917-1923, Descontrol, BCN, 2016.

3- Ecología o catástrofe: La vida de Murray Bookchin, por Janet Biehl.  Virus 2017, P.329, 331.

4.- Claves del ecologismo social, ed. Libros en Acción, Madrid 2009, P.19.