martes, 25 de octubre de 2011

Dejé CC.OO., por coherencia


Al sindicato Provincial de Pensionistas y Jubilados de CC.OO. en la provincia de Cádiz.


Estimados compañeros: No me resulta fácil ni grato ponerme en contacto con vosotros dada la naturaleza del contenido de esta carta.

Tras haber sufrido una enorme decepción el lo que al comportamiento de la Federación de Servicios a la Ciudadanía, FSC, ha venido realizando, según mi entender, en la defensa sin parangón de las tesis esgrimidas por el gobierno autonómico del PSOE, que pretende incluir dentro del seno de la Administración General de la Junta de Andalucía a no menos de 35.000 personas que no han pasado los mismos criterios selectivos que yo mismo he pasado, para acceder a un empleo en las mismas condiciones de igualdad, mérito y capacidad que el resto de los empleados públicos de la Junta, funcionarios o laborales, cada uno a su escala.

Ocurrido este primer hecho decidí “mantener las distancias” con esta federación, pese a las horas, esfuerzos e ilusiones dedicadas en la defensa de las siglas de mi organización sindical CCOO, en el ámbito de la administración pública andaluza.

Ya que mi compromiso con la Federación de Pensionistas y Jubilados era anterior, decidí dejar de compaginarlo, preferí volcar exclusivamente en esta labor mis modestos esfuerzos en lo que a la militancia sindical se refiere.

Pese a las dificultades obvias de las tareas a realizar, he de decir, que siempre se ha contado con la disposición de mis compañeros y compañeras en los distintos ámbitos organizativos de dicha federación de pensionistas, y finalmente en todos los casos se ha logrado superar las dificultades en pro de una causa, ese objetivo común que no es más ni menos que la defensas de los intereses de pensionistas y jubilados en general, con o sin vinculación sindical.

Los recientes acontecimientos llevados a cabo por el máximo órgano de decisión del sindicato CCOO, con la firma del acuerdo de reforma de las pensiones, que entre otras cosas viene a suponer un endurecimiento de las condiciones de acceso a esta prestación tan merecidamente contraída, así como de un detrimento en las cuantías a percibir en un futuro, hacen necesaria una reflexión en profundidad del papel que desempeñamos en el mismo.

No quiero entrar a valorar si de la “otra manera” hubiera sido peor, pero lo que sí digo es que no se hará nada más en contra de los intereses generales de la clase trabajadora con mi apoyo, ni directa ni indirectamente en este sindicato.

¿Acaso alguien ignora que para que a los trabajadores en su conjunto se le haya reconocido poco a poco, muy poco a poco, los derechos que por su condición de motor económico de las industrias y por ende del país, hemos de contabilizar de entre nuestro lado a muertos, vilmente asesinados por esos pistoleros blancos, reprimidos brutalmente por las cargas policiales que por aquellos años se ordenaban tal fácilmente por designio de los grandes patronos de las ciudades?

¿No es menos cierto que todo nos ha sido siempre arrebatado, obligándonos a mal vivir y morir de hambre y enfermedades, mientras otros gozaban del fruto de nuestro esfuerzo; sudor y lágrimas que con la sangre derramada acuñaban las fortunas de gente sin escrúpulos ni entrañas?

Este mismo sindicato, con valientes hombres que fueron encarcelados, aquel proceso 1001, en los que el valor, el coraje y sobre todo el convencimiento de lo justo y honesto de su causa les hacía encumbrarse a metas que ninguno de los actuales podrá nunca imaginarse.

Ellos con su esfuerzo consiguieron equilibrar algo la balanza, y vosotros en vez de perseverar en esa lucha os habéis dedicado a rentabilizarla, al igual que el caprichoso y malcriado heredero de la fortuna que otro hizo a base de su esfuerzo.

Lo de esta firma no es otra más, no es cambiar lo malo por algo menos malo, es simple y llanamente un antes y un después entre lo que habrá medio convencido y lo que ya no vale.

Han vivido de las rentas, de las luchas y conquistas de otros y otras que han pagado el alto precio por enfrentarse a lo establecido…todo lo contrario de lo que habéis estado haciendo los demás, en mayor o menor grado, pero todos, ahora se os ve y se os seguirá viendo… ¿qué puestos y cuanto cobráis por haber vendido nuestro presente y nuestro futuro, así como de los que de nuestra mano pasean por las calles?

CCOO hoy no sirve a los objetivos para los que se creo; en vez de confrontar, concerta; en vez de defender, vende.

No encuentro motivos para seguir militando en una organización que ya no sirve a sus intereses, sirve a los de algunos de sus miembros… ¿qué independencia tiene del Estado (Poder Opresor) cuando tanto los servicios de empleo autonómicos como estatales te derivan a UGT y CCOO al orientador laboral, a los centros de formación…? Son apéndices del Estado, son parte de nuestro problema, y no de la solución.

En todo caso no quiero que os llevéis una impresión errónea, mi relación con vosotros ha sido cordial, de compañerismo y es evidente que ni os hago responsables de lo acontecido ni os estoy recriminado nada, simplemente quiero dejar claro cuáles son los motivos por los cuales dejo la militancia activa en CCOO, así como del cargo de secretario de organización de pensionistas y jubilados de CCOO-Jerez.

Por último os reitero mi ofrecimiento personal, hacia vosotros de colaboración en cualquier cosa que podamos trabajar conjuntamente, pero a nivel personal. A nivel CCOO es evidente que no hay, es mi opinión, nada que hacer.

Un saludo afectuoso, de corazón.
Antonio Perez