La campaña recuerda a los grafittis más ofensivos de los años 70. El tono empleado es el mismo de aquellas pintadas que advertían: 'No Irish, no blacks, no dogs'" (Prohibida la entrada a los irlandeses, los negros y los perros). Hace apenas medio año arreciaron también las críticas contra otro programa insólito para prevenir una posible oleada de inmigrantes de Bulgaria y Rumanía, advirtiéndoles que el clima del Reino Unido es terrible y que allí los sueldos son bajos.
Los carteles rodantes recorren desde esta semana las calles de siete distritos londinenses con un mensaje así de contundente, dirigido contra los inmigrantes ilegales: 'Go home or face arrest!' ("¡Vuelvan a sus países o les detendremos!"). Los anuncios, remolcados por furgonetas, informan además puntualmente y sobre la marcha: "106 detenidos en este barrio en las últimas semanas"...
Se trata de un programa piloto del Ministerio del Interior británico, que ha arrancado en Londres con un exiguo presupuesto de 12.000 euros y que tiene previsto extenderse a a otras partes del país.
"El objetivo es dar la oportunidad a quienes estén aquí ilegalmente para dejar el país voluntariamente y de un modo digno", ha declarado el ministro de Inmigración Mark Harper, que insiste en la segunda parte del mensaje (los carteles ofrecen un teléfono y una línea de ayuda para tramitar los papeles y poder abandonar el país sin pasar por la cárcel). Sin comentarios.