martes, 22 de mayo de 2007

Arbeit macht frei (El trabajo os hará libres)


Eso es lo que ponía en la puerta del campo de exterminio nazi de Auswitch-Birkenau.

Las personas que sufrieron esta tortura mental, física y moral, no sabían en absoluto lo que les esperaba dentro de aquellas verjas, nada mas traspasar aquel slogan que la presidía. Sin animo alguno, de comparar una situación con otra, este slogan lo podemos trasladar a la actualidad, y nada más y nada menos que al mundo del trabajo, pues existen muchos factores equivalentes, de lo que es un campo de trabajo nazi, al mundo laboral que hoy por hoy debemos de aguantar las personas, con dos dedos de frente, y ahora me explicaré.

Nada más empezar, si comparamos el slogan del trabajo os hará libre, supuestamente, hoy y bajo nuestra ideología, debemos de aceptar de que así es, pero lo fundamental es el engaño que se hizo de él, pues ni a ellos los hizo libres, ni nosotros somos libres. Para escapar de esa situación, antaño, la única manera de escapar de ese infierno era la muerte, a través del humo de un chimenea, hoy la única manera de escapar del centro de trabajo es mediante la aceptación de las normas impuestas, que son igual de fascistas, y nazis que en la década de los cuarenta. Tenemos un jefe de campo, que en nuestro caso es el empresario, que no se pasea por él en un lindo corcel purasangre, sino en un costoso y lujoso coche comprado con el sudor de sus trabajadores-esclavos, pero a igual manera te mira con desprecio como si tu no valieras nada para él…. Se sabe de que no vales nada para él, sólo eres un productor que hará que su nivel de vida sea de lo mas sibarita, y que su boyante cuenta corriente suba más y más, proporcionándole ese status jerárquico que querrá mantener por el resto de su vida, sin importar cuantos se lleve por delante. Si para uno era importante el nacionalsocialismo, y la supremacía de la raza aria, para este nazi de pacotilla, lo importante es el capital, y su vida a todo tren. En el campo existía gente de mala catadura moral, que en su casa eran unas bellísimas personas, y en el centro de exterminio era un verdadero sádico, que no le importaba en absoluto caer en lo más bajo de la moral del ser humano, por llevar las simpatías del jefe de campo y del partido hacia él…. Podía ser cualquiera que estuviera en los batallones de castigo(sonderkommandos), o en las unidades totemkopf, lo importante para él, era al igual emplear la fuerza bruta, con cualquiera a su alcance, para llevar los hechos a su fin, es decir, el fin no justifica los medios, por lo tanto, ultrajaba, asesinaba, torturaba para que el sistema establecido por ellos se mantuviera… Hoy lo podemos trasladar al igual a cualquier empresa, pero de vez de llevar un uniforme negro, lleva un casco blanco…. Sus fines no justificaran sus actos, siempre y cuando el capital, y su amo (el empresario) no pierda su status…. No te asesinará, pero si puede putearte si te sales del tiesto… Otro personaje, era el cappo…. Un prisionero que no dudaba en venderse a los asesinos para mantener unos ciertos privilegios, dentro del orden demencial, más comida, menos trabajo, mujeres etc.… Vendía a sus compañeros prisioneros a sus torturadores, para él era indiferente si era judío, rojo, homosexual…. Daba igual. Su única misión mantener los privilegios y salvar su vida… a costa de cientos y cientos de compañeros torturados y masacrados, igual le daba una paliza, que los delataba, o incluso el mismo los metía en los hornos crematorios…. Un personaje vamos…. Por desgracia, cualquiera con un poco de mente lo puede trasladar al mundo laboral, el compañero que te vende, el “sindicalista” traidor y conspirador, ambos reflejan que todavía hay gente que hace de cappo, uno por ser casi imprescindible en la empresa, y otro por no doblarla…..es patético pero cierto. Por último, los prisioneros…. Anarquistas, liberales, homosexuales, gitanos, judíos, socialistas, disminuidos, etc.…. Y todo aquel que sin ser nada de esto, simplemente molestaba al sistema… Para zanjar el asunto solución final…. Todo aquello peligroso para su status, y su sociedad debía de ser aniquilado, sin dejar rastro, a base de muerte y destrucción, así como su propaganda embustera, que hizo que muchos miles de personas aceptara como normal la barbarie…. Hoy las victimas es el trabajad@r que no entre en su juego, que se rebele contra su orden establecido, al sindicalista sin comillas, al que no ríe las gracias al jefe de campo y sus secuaces…. Al que canta las verdades del barquero, esa es la victima, esos que hacen que sus ideales, y su forma de vida se tambalée, o aquel que diga que su sociedad está en peligro, porque algún día la cambiará, y mucho deben de rezar a su Dios (got mit uns… Dios con nosotros decían los nazis) para que su chiringuito pase a ser una mera anécdota. El pueblo que lo permitió, es hoy la clase trabajadora, que permite todo, todo, sin ánimo de rebelarse y de seguir el juego a estos fascistas, a cambio de una “vida mejor” de una “sociedad de bienestar”, de lujos y placeres absurdos, siguiendo su política de pan y circo, a cambio del abuso de sus semejantes y compañer@s, al fin y al cabo tragandose su basura propagandística. En fin y recapacitando pensamos que ... Aún sigue habiendo nazis.

El miliciano.