Aunque parezca mentira, en pleno S.XXI y en este país, todavía tenemos gente que lejos de añorar la esclavitud, lo que añoran es el látigo, porque esclavos ya tienen, o eso se creen.
Es el caso de la Cafetería La Santina (situada en la calle Doctor Avelino González 3) y de su propietario Javier Pérez (alias “el esclavista” según parece).
Durante una década se ha comportado por como si fuera el faraón de su cafetería (Grupo Ranofer) y se ha distinguido por estafar a los trabajadores, estafar a la Seguridad Social y a todo lo que pudiera ponérsele por delante. O lo que es lo mismo, robar.
Hasta ahora le había salido bien la jugada, pero hace un mes, dos repartidores, hartos del trato que recibían en todos los sentidos (y que puedes ver explicado mas adelante), acudieron al sindicato para poner fin a esta situación. No aguantaban más el trato denigrante, las amenazas, las jornadas interminables, cobrar por debajo de convenio, las horas extras gratis, no cobrar los pluses del convenio y sobre todo, no tener tiempo libre alguno, ya que las escasas horas de descanso estaban supeditadas a que en cualquier momento tuvieran que volver a trabajar si eran requeridos por el jefe
¡En menos de 8 minutos!. Robar, robar y robar, tanto el dinero, como el tiempo libre y la alegría de la gente.
Y Javi “el esclavista” se creía y se cree, con el derecho a ningunear tanto a los trabajadores como al sindicato. Cuando éste se presentó a informarse por la situación de los repartidores, reconoció tenerlos sin contrato pero se negaba a hablar con el sindicato.
Así las cosas creía Javi que tenía el asunto solucionado, que yendo al juez se acaba la cosa y que nadie se enteraba de los impresentable que demuestra ser, tanto él como su negocio. Mala suerte, porque nosotros tenemos bien claro que estas conductas hay que afearlas en público y denunciarlas para evitar que nadie más tenga que tragar con las mismas condiciones abusivas que han sufrido nuestros compañeros.
La cuestión es clara ¿Qué tipo de sociedad queremos?
Es el caso de la Cafetería La Santina (situada en la calle Doctor Avelino González 3) y de su propietario Javier Pérez (alias “el esclavista” según parece).
Durante una década se ha comportado por como si fuera el faraón de su cafetería (Grupo Ranofer) y se ha distinguido por estafar a los trabajadores, estafar a la Seguridad Social y a todo lo que pudiera ponérsele por delante. O lo que es lo mismo, robar.
Hasta ahora le había salido bien la jugada, pero hace un mes, dos repartidores, hartos del trato que recibían en todos los sentidos (y que puedes ver explicado mas adelante), acudieron al sindicato para poner fin a esta situación. No aguantaban más el trato denigrante, las amenazas, las jornadas interminables, cobrar por debajo de convenio, las horas extras gratis, no cobrar los pluses del convenio y sobre todo, no tener tiempo libre alguno, ya que las escasas horas de descanso estaban supeditadas a que en cualquier momento tuvieran que volver a trabajar si eran requeridos por el jefe
¡En menos de 8 minutos!. Robar, robar y robar, tanto el dinero, como el tiempo libre y la alegría de la gente.
Y Javi “el esclavista” se creía y se cree, con el derecho a ningunear tanto a los trabajadores como al sindicato. Cuando éste se presentó a informarse por la situación de los repartidores, reconoció tenerlos sin contrato pero se negaba a hablar con el sindicato.
Así las cosas creía Javi que tenía el asunto solucionado, que yendo al juez se acaba la cosa y que nadie se enteraba de los impresentable que demuestra ser, tanto él como su negocio. Mala suerte, porque nosotros tenemos bien claro que estas conductas hay que afearlas en público y denunciarlas para evitar que nadie más tenga que tragar con las mismas condiciones abusivas que han sufrido nuestros compañeros.
La cuestión es clara ¿Qué tipo de sociedad queremos?
Una en la que los esclavistas y los ladrones campen a sus anchas, amargándole la vida la a la gente o una sociedad en la que este tipo de individuos no tengan cabida y en la que sean denunciados por todos los medios para evitar que su ejemplo cunda (que bastante extendido está ya).
Si queremos la primera es fácil: cerremos los ojos, miremos para otro lado y consumamos en lugares como La Santina.
Si queremos la primera es fácil: cerremos los ojos, miremos para otro lado y consumamos en lugares como La Santina.
Si queremos la segunda es fácil también: denunciemos estos hechos y no vayamos a este tipo de establecimientos.
¿De qué lado estamos?, ¿Por qué hablamos de esclavismo? Fácil, porque en esta cafetería se trabaja en las siguientes condiciones:
– TRABAJO EN NEGRO: la mayoría de los empleados trabajan sin contrato y sin dar de alta en la Seguridad Social. Los que sí tienen contrato, apenas son de unas horas a la semana. Las consecuencias son quedarse sin derechos a paro, pensión.. y sin cobrar una parte importante del sueldo. Esto es esclavismo laboral.
– JORNADAS LABORALES MARATONIANAS: se supera ampliamente las 40 horas semanales, llegando incluso a trabajar hasta 80 horas por semana y sin descanso alguno durante meses. En tu tiempo libre además, no te puedes mover, porque si te llaman, has de estar en el trabajo en 8 minutos. Esto es esclavismo laboral.
– SALARIOS IRRISORIOS: por debajo de convenio, horas extras sin cobrar, no se conocen las pagas extras, no se conocen los descansos, etc. Esto es esclavismo laboral.
–TRATO VEJATORIO: insultos de diverso tipo, amenazas de agresiones, comentarios despectivos y racistas hacia sus trabajadores. Esto es esclavismo laboral.
No es necesario añadir mucho más. Esta cafetería representa toda la ponzoña que nos podamos imaginar, tanto a nivel laboral como social y personal. La situación lleva una década estancada y ya ha llegado la hora de decir BASTA.
No colabores con el esclavismo, no consumas en La Santina, haz llegar tu malestar por estas condiciones a los responsables.
Si tú estuvieras en esta situación ¿Qué clase de respuesta te gustaría recibir por parte de la gente?
BOICOT A LA SANTINA, STOP ABUSOS