POR EL CIERRE DE LOS CIES
Cerca de siete mil personas son encerradas cada año en los centros CIE (Centro de Internamiento de Inmigrantes), donde las personas son privadas de libertad por no haber podido obtener del Estado la documentación que les permita residir o trabajar, donde persisten las acusaciones de violaciones de derechos fundamentales, donde las personas encerradas carecen del acceso a una higiene mínima, viéndose sometidas a las picaduras de chinches, y donde se dan múltiples denuncias de malos tratos, tortura, tratos vejatorios e incluso abusos sexuales. Y todo esto sin contar con los CETIs (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), centros más opacos si cabe aún que los CIEs, sin contar con cifras oficiales.
La reclusión en un CIE es un eslabón de la cadena de acciones represivas que los Estados occidentales aplican contra la población migrante que no resulta útil al mercado de trabajo: blindaje de las fronteras propias y de terceros países empobrecidos a cambio de “cooperación al desarrollo”; ausencia de derechos para quienes no disponen de permiso de trabajo o residencia; detenciones masivas en función de criterios racistas; encierro en los CIE y expulsiones al país de origen o a cualquiera que los acepte sin importar lo que dejan ni lo que les aguarda. Mientras una parte del mundo padece el hambre y la guerra sembrada por la otra mitad, esta los deja morir en el mar o los encierra en cárceles. Es de señalar la hipocresia de organismos internacionales como la ONU y el Comisionado de Derechos Humanos del Consejo de Europa que han rechazado que se vulnere el derecho a la libertad de las personas en función de su situación de inmigración o de no nacional, mientras forman parte de este sistema-mundo que provoca miseria, guerra y pobreza.
El Gobierno español anunció a mediados del pasado año que no se detendría a los extranjeros indocumentados que puedan acreditar su identidad y un domicilio, y que sólo ingresarían en los CIE las personas con antecedentes penales o policiales. Sin embargo, sigue siendo habitual que personas capturadas en plena calle por sus rasgos físicos sean recluidas en estas cárceles, truncando sus proyectos de vida, alejándolos de sus familias, amigos, trabajos...
Exigimos el fin de estas prácticas racistas e inhumanas y el cierre inmediato de los CIEs y CETIs. Animamos a la población a rebelarse contra las injustas leyes de control de flujos migratorios, por solidaridad internacional con quienes son nuestros iguales.
¡NINGÚN SER HUMANO ES ILEGAL ABAJO LAS FRONTERAS Y LOS MUROS!
¡POR EL CIERRE INMEDIATO DE LOS CIE Y CITE!
Sindicatos de Oficios Varios de Cádiz CNT-AIT
¡POR EL CIERRE INMEDIATO DE LOS CIE Y CITE!
Sindicatos de Oficios Varios de Cádiz CNT-AIT