La ONU avisa que la pandemia de coronavirus no debe servir de argumento para impedir las operaciones humanitarias de rescate en el Mediterráneo ni el desembarque de migrantes a la deriva, ante el aumento de estos casos en los últimos meses. Alertan también que se ha sabido de llamadas de socorro a centros de coordinación de rescate marítimo que no han recibido respuesta o han sido ignorados
Entre enero y marzo, las salidas de embarcaciones con migrantes de la costa de Libia se han multiplicado por cuatro en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Desde la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, alertan sobre las informaciones sobre la falta de asistencia y el rechazo de los botes con migrantes en el Mediterráneo central, que se mantiene como una de las rutas migratorias más letales del mundo. Esta entidad revela que había recibido reportes indicando que Malta pidió a barcos comerciales que empujaran a embarcaciones con migrantes y refugiados a la deriva de vuelta hacia alta mar.
La vulnerabilidad de los migrantes que intentan llegar a Europa se acentúa debido a que los barcos humanitarios que se dedicaban a rescatarlos y a buscar un puerto de desembarque están movilizados, una situación causada por cuestiones administrativas que impiden que realicen su trabajo.
Según las informaciones que maneja la ONU, al día de este viernes hay tres naves con migrantes que esperan que se les permita desembarcar, luego de que una cuarta recibiese este jueves autorización para hacerlo en Malta por razones humanitarias.
En una rueda de prensa, alertan también que se ha sabido de llamadas de socorro a centros de coordinación de rescate marítimo que no han recibido respuesta o han sido ignorados, lo que ciertamente pone en cuestión los compromisos de los países en relación a su deber de salvar vidas.
