En su Resolución Internacional de 17 de marzo de 2006 la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa denunció públicamente el "Balance de Crímenes" de la Dictadura franquista, señalando entre otras cosas:
"77. La Iglesia católica de España, estrechamente unida al régimen, participó en la persecución de los vencidos; los sacerdotes denunciaban a sus parroquianos republicanos ante los tribunales del Estado. También jugó un papel muy importante al proveer el personal de numerosos establecimientos penitenciarios, siendo los más tristemente célebres las prisiones de mujeres y los reformatorios para jóvenes cuyos antiguos detenidos han denunciado públicamente los malos tratos físicos y psicológicos que sufrieron por parte del personal religioso."
Dentro del inmenso escenario de impunidad que continúa siendo hoy España, ninguna "investigación oficial efectiva e independiente", en el sentido del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha sido emprendida todavía a este respecto, ante lo que puede representar el primer escenario contemporáneo de participación directa de agentes de la Iglesia Católica, jerarquicamente supeditados, en distintos crímenes contra la humanidad y violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario, y de responsabilidad del Estado Vaticano en virtud del principio de derecho penal internacional de "responsabilidad por el mando" consagrado en los juicios de Nuremberg.
"77. La Iglesia católica de España, estrechamente unida al régimen, participó en la persecución de los vencidos; los sacerdotes denunciaban a sus parroquianos republicanos ante los tribunales del Estado. También jugó un papel muy importante al proveer el personal de numerosos establecimientos penitenciarios, siendo los más tristemente célebres las prisiones de mujeres y los reformatorios para jóvenes cuyos antiguos detenidos han denunciado públicamente los malos tratos físicos y psicológicos que sufrieron por parte del personal religioso."
Dentro del inmenso escenario de impunidad que continúa siendo hoy España, ninguna "investigación oficial efectiva e independiente", en el sentido del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha sido emprendida todavía a este respecto, ante lo que puede representar el primer escenario contemporáneo de participación directa de agentes de la Iglesia Católica, jerarquicamente supeditados, en distintos crímenes contra la humanidad y violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario, y de responsabilidad del Estado Vaticano en virtud del principio de derecho penal internacional de "responsabilidad por el mando" consagrado en los juicios de Nuremberg.