miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los abuelos de la Pajín


Los abuelos paternos de Pajín eran los jefes del Movimiento Nacional en Sabero, en León. Según los vecinos, "los Pajín eran de la florecilla del pueblo".
Aurelia Echevarría era la jefa de la Sección Femenina de la Falange leonesa y ejercía su labor en la zona minera del municipio en el que residía el matrimonio. Él, Teófilo Pascual Pajín Tejerina, recibió un premio de los Sindicatos Verticales franquistas como administrativo de una mina. En julio de 1972, se le otorgó el diploma al trabajo "Sanz Orrio", recibido también por José Gallego Aracil.

Fermín Sanz Orrio y Sanz fue ministro de Trabajo durante el régimen de Franco, de 1957 a 1962. Pajín Tejerina, además, también combatió en la Guerra Civil como falangista voluntario en la Segunda Bandera de Falange, adscrita a la octava división franquista.
Pero la actividad sindical del abuelo de Pajín no se limitó a la mina, sino que también fue vocal de la Sección Local, vocal nacional de la Sección Social, representante obrero en el Consejo de Administración, jurado de empresa, miembro del primer Consejo Nacional de Trabajadores y presidente del Sindicato Local del Combustible.

Según las fuentes consultadas cercanas al Sindicato Vertical, se nombraba jurado de empresa a los que estaban próximos al movimiento y estaban dispuestos a controlar y vigilar a los trabajadores.
"Más que por convicción, el abuelo de Leire fue falangista porque laboralmente le venía muy bien". Pascual, que en la actualidad tiene 92 años, trabajó como administrativo en la mina de Sabero, un puesto desempeñado habitualmente por personas "volátiles y acostumbradas a bailar al son de sus amos".

"Pascual tenía fama de señorito. Los Pajín eran de la florecilla del pueblo. Pertenecían a los de la corbata". Ese es el nombre con el que los habitantes de la zona nombran a "la clase media de Sabero, formada por profesionales a los que se les exigía ir con traje de chaqueta".
Chema Pajín, en fin, militó en la OJE, la Organización Juvenil Española, constituida por juventudes franquistas. Y de hecho, "presumía delante de sus camaradas de poseer su carnet de afiliación plastificado", ya que el de sus compañeros era de cartón.