Autor: Gallo
Edita: Confederación Nacional del Trabajo. Comité Nacional. Oficina de Información y Propaganda
Año: 1937-1938.
En este cartel el autor representa en el centro las banderas de la CNT y la UGT, unidas por un nudo para simbolizar el compromiso de ambas organizaciones en defensa de los trabajadores y de las colectivizaciones. En el fondo, tras las banderas, el artista representa los campos y las fábricas, lo cual nos dice que el cartel fué editado en el período por el cual los miembros de la CNT y la UGT mantuvieron el control de la producción bajo el sistema de las colectivizaciones.
El uso del rojo para su bandera por parte de la UGT, se debía a su afiliación temprana con la Unión Soviética y su adhesión a la Primera y Segunda Internacional Comunista. Para los anarquistas, socialistas y comunistas, el color rojo ha simbolizado tradicionalmente la sangre del proletariado. Los anarquistas comenzaron a usar una bandera de color negro sólido, alrededor de 1870, y con ello se trataba de se representar la miseria y la amargura en la cual estaba sumida la clase trabajadora, así como una expresión de su ira. Los anarquistas en España utilizan ambas banderas, negras y rojas, pero la bandera única en la que negro y rojo están separados en diagonal, como en este cartel, se adopta cuando la CNT es fundada en 1910.
Una abierta hostilidad caracteriza la relación entre la CNT y la UGT antes de sus intentos de cooperar juntos durante la Revolución española. Como sindicato del movimiento anarcosindicalista, la CNT descarta cualquier noción de clase social defendiendo la lucha de clases, y busca la completa destrucción del orden político y social existente en favor del comunismo libertario, dirigido por sus sindicatos revolucionarios. La UGT, por su parte, solicitó el cumplimiento de la dialéctica marxista en el que el proletariado supera la burguesía y las élites para controlar todos los factores de producción. Quizás debido a esta diferencia fundamental de filosofía, los dos sindicatos habían estado en constante competencia entre sus afiliados y dirigentes desde 1910, cuando se funda la Anarcosindical. Ambos sindicatos crecieron durante la II República burguesa hasta el punto de que la afiliación a UGT se elevó a un millón doscientos cincuenta mil, en 1934, mientras que la de la CNT se sitúaba superando al sindicato socialista en más de 1,5 millones de afiliados. La intensa lucha entre la UGT y la CNT fue constante durante la Segunda República burguesa y el comienzo de la Guerra Civil Española. A menudo, las diferencias entre los sindicatos, surgieron de la negativa de una central para apoyar una huelga general declarada por la otra. No era raro que los miembros de la CNT y la UGT se liasen a tiros, entre sí, en las calles, o a acusarse mutuamente de ser herramientas de Franco o Stalin.
Sin embargo, el año 1936 marca el comienzo de un nuevo intento de la dirección de los sindicatos a cooperar entre sí. La cooperación entre la CNT y la UGT en Valencia, donde se editó este cartel, fue relativamente pacífica. Numerosas empresas agrarias e industriales fueron colectivizadas conjuntamente por los dos sindicatos. A medida que avanzaba la guerra, la CNT y la UGT se vieron obligados a depender unos de otros en rechazar no sólo las tropas fascistas, sino también a combatir al Partido Comunista Español, empeñado en destruir las colectividades.