Recuperemos la huelga, la acción directa de los propios implicad@s sin representantes que hablen por nosotr@s.
La normalidad reina en nuestras vidas. Nos hemos acostumbrado a soportar las consecuencias de la crisis, a soportar recortes, despidos, privatizaciones. La obediencia, la sumisión, la reducción de nuestras expresiones al voto a este u al otro partido de turno o al nuevo lidercillo de moda. A aceptar el discurso de los dirigentes, del sistema, como el único posible. La represión, las detenciones, los palos o la cárcel forman parte de lo cotidiano. Todo eso y mucho más se ha convertido en lo “normal”. Ya no nos sorprende la muerte. Y solo sentimos miedo, rabia o indignación cuando los medios nos lo ordenan. Y, lo que es peor, solo simulamos “luchar” cuando partidos políticos o sindicatos del sistema nos llaman a la movilización.
En este último caso se encuentra el Sindicato de Estudiantes y sus huelgas. Como nos tienen acostumbrados, convocan de forma vertical desde sus despachos una huelga simbólica de uno, dos o tres días que justifique su propia existencia. Los medios de comunicación hacen el resto, mostrando las manifestaciones donde los estudiantes no son sino una “masa” que viene a legitimar la existencia del Sindicato de Estudiantes como interlocutor reconocido por el Estado, como representante válido de unos estudiantes que callan, obedecen, se manifiestan y vuelta a la normalidad (y todo sigue igual).
Es hora de que recuperemos la huelga. La huelga como herramienta de lucha, como confrontación donde se paraliza TODO hasta conseguir que se cumpla lo que se pide. Ni un estudiante expulsado de la universidad por no poder costearse los estudios, tirar las leyes que avanzan en la definitiva conversión de la enseñanza en un instrumento del mercado, fin de los despidos y la externalización de servicios… O la victoria o la derrota. Nada de huelgas desconvocadas antes de empezar. Nada de negociaciones: la fuerza de la lucha en la calle y no en los despachos. La huelga unida al sabotaje, a la total ruptura de la normalidad del capitalismo en carreteras, ciudades, campus e institutos. La huelga que parta de las asambleas de institutos y facultades horizontalmente por parte de toda la comunidad educativa. La huelga que barra a representantes estudiantiles y aspirantes a políticucho profesional. La huelga que no pierda de vista los objetivos a corto plazo y contemple la destrucción del sistema de enseñanza estatal o privado basado en la obediencia, la competitividad, la preparación de mano de obra cualificada para las necesidades del mercado y la formación de los futuros dirigentes; y, sobre todo, la destrucción del sistema en la que se inserta. Que de sus ruinas florezca una nueva forma de aprender en solidaridad, colectivamente y sin ningún tipo de autoridad.
Recuperemos la huelga, la acción directa de los propios implicados sin representantes que hablen por nosotras. Barramos al Sindicato de Estudiantes, a partidos políticos y a cualquiera que quiera apropiarse de nuestras luchas. Recuperemos nuestras vidas, rompamos el tedio y la normalidad de la obediencia como escenario de circulación del Capital y el orden del Estado que se fundamente en la explotación y la opresión. A la huelga como ataque a la normalidad de la muerte, a la huelga a poner patas arriba este miserable sistema, a sus representantes, a sus defensores y a sus falsos críticos.
Juventudes Libertarias de Madrid – FIJL