lunes, 29 de enero de 2018

Cataluña: la cárcel de Brians 1 tiene en un mismo módulo a mujeres con agresores sexuales



La cárcel barcelonesa de Brians 1 alberga desde primeros de enero un módulo mixto de hombres y mujeres entre los que hay diversos presos condenados por delitos contra la libertad sexual, uno de ellos multireincidente. La Generalitat admite los hechos, pero les restó importancia. El reglamento penitenciario permite la existencia de un módulo compartido por presos y presas, como sucede en otras cárceles españolas, pero prohíbe de manera taxativa que acojan reclusos que cumplan penas por delitos sexuales. 
 
La llamada Unidad de Medio Semiabierto (UMS) se puso en funcionamiento en la cárcel de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) el pasado 9 de enero, cuando se habilitó para mujeres un ala del pabellón que siempre había estado destinada a hombres. Ahora alberga a 148 reclusos y 12 reclusas, clasificados en diferentes grados penitenciarios

Unos y otros pernoctan en zonas diferenciadas y espacios separados con cancelas que impiden el acceso a las celdas, pero durante el día hombres y mujeres comparten espacios comunes. Es obligatoria su presencia en el comedor y queda a la elección de las mujeres si acuden o no a las zonas donde están los hombres, como el patio o la biblioteca.

Al menos ocho de los reclusos varones que están en ese módulo mixto cumplen condena por delitos contra la libertad sexual y uno de ellos es multireincidente. El departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, la única comunidad autónoma con competencias en prisiones, reconoció la presencia de esos presos en el módulo mixto. 


“El artículo 169.2 del Reglamento Penitenciario establece de manera clara: “No podrán ser destinados a estos departamentos mixtos los internos condenados por delitos contra la libertad sexual”. La puesta en marcha del módulo mixto en Brians 1 fue idea de Josep Font, el director de la cárcel que accedió al cargo hace poco más de cuatro meses, después de cerrar la prisión Modelo de Barcelona, de la que fue su último director.
 
La puesta en marcha de este módulo mixto es la primera experiencia de este tipo que se produce en una prisión catalana, aunque en otras cárceles españolas funcionan desde hace años. De lo que no existen precedentes es de la convivencia en estas unidades de presos condenados por delitos contra la libertad sexual, un hecho al que la Generalitat resta importancia e insiste en que solo pasan juntos unas horas al día y no se tiene conocimiento de que se hayan producido incidentes desde su puesta en marcha.
 
Las ocho mujeres ingresadas en esa zona están condenadas por tráfico de drogas y son latinoamericanas. Cuatro de ellas están clasificadas en tercer grado y las otras ocho en régimen abierto. Las primeras solo acuden a dormir de lunes a jueves y las otras también pasan el día fuera, pero el fin de semana están en el centro.
 
Las internas si no salen al patio o a la sala de día donde están los hombres la alternativa que les queda es quedarse en la celda y no ver el sol. No hace falta decir que se sienten muy incómodas. Es difícil que allí pase algo, pero no es una situación agradable para las mujeres. Denunciado queda.