Consejos. Advertencias. Eso es lo que más se escucha en las redes sociales de los habitantes de las favelas de Río de Janeiro desde que el presidente Michel Temer anunció que el Ejército pasaría a hacerse cargo de la seguridad del estado y controlaría a la policía civil, la militar, bomberos e instituciones penitenciarias.
"No lleves un paraguas largo por si se confunde con un arma y te disparan".
"Informa a los amigos sobre los lugares a los que vas y avisa cuando llegues a casa".
"Si llevas un objeto caro, ten encima el recibo de compra para que no piensen que lo has robado".
"Si paran tu auto, pide permiso al militar para abrir la guantera y mostrar la documentación, en caso contrario podría pensar que vas a sacar una arma".
"No salgas a altas horas de la noche".
"Y si eres mujer, homosexual o transexual no vayas solo, siempre acompañado".
Estas recomendaciones se escuchan en el vídeo “Intervención militar en Rio de Janeiro si eres negro” que publicaron el pasado fin de semana tres jóvenes de color para que los cariocas de su misma raza eviten ser detenidos o asesinados ahora que las Fuerzas Militares están a cargo de la ciudad.
"¿Quiénes sufrirán las consecuencias? Pues los habitantes de las favelas. "Quien sufre es el negro, el pobre, el afavelado", dijo el reportero y activista Edu Carvalho, uno de los tres protagonistas de la grabación, al periódico O Globo.
Sólo hay que echar un vistazo rápido a los números para ver que el temor que vive esa comunidad en Río de Janeiro tiene sustento en los datos. Según el Instituto de Seguridad Pública de Brasil, el 85% de las víctimas asesinadas a manos de la policía carioca tienen un mismo perfil: jóvenes de entre 18 y 29 años, negros y de baja escolaridad.
Esa sensación de estar en el punto de mira de la policía es generalizada entre los habitantes de los barrios más pobres de Río de Janeiro, donde algunas paredes de las casas están llenas de agujeros de bala. Pobladores en el Complejo del Alemán, no consiguen recordar el número de veces que la Policía Militar o el propio Ejército han invadido sus hogares.
"No lleves un paraguas largo por si se confunde con un arma y te disparan".
"Informa a los amigos sobre los lugares a los que vas y avisa cuando llegues a casa".
"Si llevas un objeto caro, ten encima el recibo de compra para que no piensen que lo has robado".
"Si paran tu auto, pide permiso al militar para abrir la guantera y mostrar la documentación, en caso contrario podría pensar que vas a sacar una arma".
"No salgas a altas horas de la noche".
"Y si eres mujer, homosexual o transexual no vayas solo, siempre acompañado".
Estas recomendaciones se escuchan en el vídeo “Intervención militar en Rio de Janeiro si eres negro” que publicaron el pasado fin de semana tres jóvenes de color para que los cariocas de su misma raza eviten ser detenidos o asesinados ahora que las Fuerzas Militares están a cargo de la ciudad.
"¿Quiénes sufrirán las consecuencias? Pues los habitantes de las favelas. "Quien sufre es el negro, el pobre, el afavelado", dijo el reportero y activista Edu Carvalho, uno de los tres protagonistas de la grabación, al periódico O Globo.
Sólo hay que echar un vistazo rápido a los números para ver que el temor que vive esa comunidad en Río de Janeiro tiene sustento en los datos. Según el Instituto de Seguridad Pública de Brasil, el 85% de las víctimas asesinadas a manos de la policía carioca tienen un mismo perfil: jóvenes de entre 18 y 29 años, negros y de baja escolaridad.
Esa sensación de estar en el punto de mira de la policía es generalizada entre los habitantes de los barrios más pobres de Río de Janeiro, donde algunas paredes de las casas están llenas de agujeros de bala. Pobladores en el Complejo del Alemán, no consiguen recordar el número de veces que la Policía Militar o el propio Ejército han invadido sus hogares.
Favelas como el Complejo del Alemán o el Complejo de La Maré ya saben lo que es vivir con el Ejército en la puerta de sus casas. En los últimos diez años, los militares han intervenido en trece ocasiones en la ciudad, pero siempre como apoyo a la policía, durante periodos cortos y nunca como máximos responsables. La comunidad de la Maré llegó a convivir con los hombres de verde 14 meses entre 2014 y 2015, una etapa en la que, según Amnistía Internacional, el número de muertos se disparó: “No tenemos la cifra exacta porque nunca la dieron, pero no había semana que no tuviéramos denuncia de algún asesinato cometido por los militares contra los civiles”, dicen fuentes de la ONG.
La Federación de Asociación de Favelas del Estado de Rio de Janeiro fue la primera entidad en repudiar la decisión del presidente Temer: “Estamos hartos de que el estado solo mande a nuestras casas la fuerza bruta. La favela no es un área hostil sino un espacio lleno de hombres y mujeres trabajadores que luchan por ganarse el pan cada día”.
La Federación de Asociación de Favelas del Estado de Rio de Janeiro fue la primera entidad en repudiar la decisión del presidente Temer: “Estamos hartos de que el estado solo mande a nuestras casas la fuerza bruta. La favela no es un área hostil sino un espacio lleno de hombres y mujeres trabajadores que luchan por ganarse el pan cada día”.