A principios de la Revolución española, un joven sacerdote de Candasnos, perseguido y acosado por una ronda de asesinos incontrolados, consiguió que un anarcosindicalista le llevara a la presencia de Durruti, al que enteró de su situación. Buenaventura Durruti, decidió:" si te atrapan y es seguro que lo conseguiran nada podré hacer para evitar que te maten. Pero si te quedas conmigo en la Columna nadie te hará nada porque estarás bajo mi protección personal." Desde aquel día, el sacerdote trabajó como escribiente en las improvisadas oficinas de la Columna establecida primero en la Casilla de Peones Camineros y luego en el Cuartel General de la Columna cuando establecieron sus oficinas en Bujaraloz. El sacerdote Jesús Arnal Pena, perteneció a la Columna Durruti hasta el final de la guerra, retirándose a Francia cuando ya la unidad confederal era llamada División 26 y, una vez franqueada la frontera, se pasó a la España franquista. ejerció su ministerio en Ballobar (Huesca) después de escapar de Candasnos, 36 años antes para salvar la vida, la que le salvó el anarquista Buenaventura Durruti, tal como siempre el mismo sacerdote siempre manifestó.