El IX Congreso tuvo un coste de 74.796,48 euros sólo en comidas, salas VIP para el disfrute de unos pocos liberados elegidos...
El día que la amarilla UGT Andalucía decidió seguir hacia delante y no mover ni una coma en sus pretensiones de reducir personal aplicando la reforma laboral abrió la caja de Pandora. No sólo dejaba a más de sus 200 emplead@s con la sensación de la traición por verse despedid@s; la empresa "sindical" abría también la puerta a su cocina interior.
Entre la documentación que tienen en poder los trabajador@s despedid@s están los gastos que generó el IX Congreso de la UGT-A, celebrado entre el 9 y el 11 de septiembre de 2009, en el que salió reelegido Manuel Pastrana por última vez. Este cónclave ugetista tuvo un coste de 74.796,48 euros sólo en comidas.
Así consta en la factura que emitió la empresa Abades. Ese gasto fue cargado en gran parte a dos proyectos subvencionados con dinero público relacionados con la prevención laboral y la cooperación sindical internacional. Es decir, se utilizaron recursos aportados por las administraciones para costear gastos propios del "sindicato" reformista.
La factura que emitió la empresa responsable del servicio de hostelería fue despiezada en tres. Una, por importe de 4.200 euros a cargo de unas jornadas sobre cooperación "sindical" al desarrollo Andalucía-Latinoamérica; una segunda, por valor de 32.909 euros que se justificó, como gastos generados por la presentación de la campaña «La prevención llega hasta aquí». Sólo la tercera factura, por valor de 37.461 euros, se emitió como servicio de comidas por el IX Congreso.
La mitad del coste en este capítulo de almuerzos, cenas y desayunos no fue costeado con fondos propios del "sindicato" vendeobreros sino que fue subvencionado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional de Desarrollo. El número de comensales varía ostensiblemente de un día para otro. A esa cita estaban convocad@s unos 500 delegad@s. Sin embargo, el primer día se sirvieron 900 comidas y el segundo, 696. No sólo hubo delegad@s sentados en las mesas, sino también invitad@s, trabajador@s del "sindicato" o contratad@s para la celebración del evento, que contó con una sala VIP donde se sirvieron aperitivos, desayunos y bebidas sólo al alcance de un reducido número de liberad@s.