¿ Por qué el Ministerio que dirige Pedro Morenés calla, como hace también la Armada?, ¿Cómo es posible que entreguen 130 kilos de cocaína a tres marineritos para que los metan en un barco supervigilado ?, Quién se cree que el oficial que estaba al mando cuando cargaron la droga en el buque no detectara lo que estaba ocurriendo?, ¿Cómo acercaron hasta el barco 147 kilogramos de cocaína, con un volumen de casi dos metros cúbicos, sin que nadie se diera cuenta? ¿Con qué dinero financiaron tres marineritos con salarios relativamente bajos esa cantidad de droga?, El ministro de Defensa, Pedro Morenés, pasa del tema...¿ y le son más importante sus vacaciones?, ¿ acabará esto en "Lo siento mucho y no lo volveré a hacer más" ? ¿ No saben que somos conscientes de que los marineritos son los últimos monos?... Y por último: No se esconde el que no tiene nada que ocultar. Y esto no es una pregunta, es una afirmación.
Un todo señor buque escuela de la Armada Española en "misión internacional" con 127 kilos de cocaína ocultos en sus pañoles, sin que ninguno de sus cerca de 200 tripulantes repare en su existencia en cuatro meses de travesía. Tres marineros detenidos 60 días después de que los policías norteamericanos arresten a dos colombianos con otros 20 kilos de droga proveniente del mismo barco, y registros de la Armada y la Guardia Civil que sólo dan con la cocaína veinte días después de la detención de los supuestos traficantes en suelo español.
Un alijo que pasearon por varias capitales europeas a bordo del barco, y que a pesar de su precio - 1,87 millones de euros según el New York Post- y que presuntamente adquirieron en Colombia los tres marineritos, que también fueron capaces de esconderlo en un buque teóricamente bien vigilado, aunque la Armada no explique qué controles realiza en estas embarcaciones, y se niegue a decir cuántos registros efectuaron en el Juan Sebastián Elcano hasta dar con los paquetes de cocaína, escondidos entre las velas de respeto del barco. En fin, ya lo dijimos en otra entrada al blog, va a haber peleas por enrolarse en el barquito. Con ese cargamento ya podían volar en vez de navegar.