El BOE recoge hoy un Real Decreto Ley que concede dos créditos extraordinarios al Ministerio de Defensa que suman unos 914 millones de euros. Este tipo de normas, que deberían limitarse a asuntos de urgencia (puesto que esquivan el trámite parlamentario completo), son ya una tradición de las vacaciones de verano.
El Gobierno ha aprobado un Real Decreto Ley para conceder créditos extraordinarios a este ministerio en los últimos tres veranos. El de 2012, aprobado en septiembre, fue el más cuantioso: 1.783 millones. El de 2013, aprobado a finales de julio, fue de 877 millones.
El crédito aprobado hoy tiene dos partidas: gastos relativos a adiestramiento y alistamiento de la Fuerza Conjunta, de 30 millones y medio; y pago de obligaciones correspondientes a programas especiales de armamento, de 866,6 millones. Esta justificación, la de los pagos pendientes para material avanzado, es la que se ha dado de forma idéntica en la aprobación de los reales decretos de cada año, pese a que se trata de partidas que se arrastran desde hace varios ejercicios y que, aún así, no se incluyen en los presupuestos iniciales.
Así, gracias a esos créditos extraordinarios y a otras ampliaciones del presupuesto que no se justifican con detalle, el gasto efectivo del Ministerio de Defensa poco tiene que ver con lo que se presupuesta -y, por lo tanto, se anuncia- antes de arrancar el año.
En 2012 se presupuestaron 6.316 millones y se gastaron más de 9.000, con lo que el coste fue superior al de 2011 en plena ola de recortes.
En 2013 se presupuestaron 5.900 millones y se gastaron 7.860, un aumento de casi dos mil millones.
2014 partió con un presupuesto de 5.745 millones. A junio de 2014, esas cuentas han crecido ya 592 millones, a los que hay que sumarles el crédito extraordinario publicado hoy en el BOE. En total, y a cuatro meses de acabar el año, suma más de 7.250 millones de euros.