martes, 12 de agosto de 2014

Podemos, Ganemos... ¿manguemos? voluntarios, trepas y otras yerbas de la selva política.


Podemos, Ganemos... ¿manguemos? Voluntarios, trepas y otras yerbas de la selva política.

La súbita existencia de un filón electoral sin estructura ni ideología está agitando las aguas de la izquierda. Políticos en paro y aspirantes de nuevo cuño debaten hasta la extenuación como preservar el “espíritu” de Podemos entre dos peligros existentes, según ellos; asambleas manipuladas por “militantes viejos” que no asumen prácticas de democracia interna, y el desembarco de trepas secundados por camarillas que pretenden encabezar el movimiento una vez emprendido “quemando” a la gente que lo inició.

Este experimento político cuenta con alguna superestructura, apoyada en cobertura mediática que ha permitido emerger la figura de Pablo “I´ve got the power” Iglesias. Su sólida preparación como profesor de Ciencias políticas le ha permitido imponerse sin contemplaciones a cuanto periodista y politiquillo le ha tosido en sus comparecencias televisivas, lanzar sin despeinarse la coleta una estrategia inédita; ya que Podemos no puede crear una estructura que le permita presentar candidaturas municipales con un mínimo de coherencia, optan por no presentarse y animar a sus simpatizantes a participar en candidaturas alternativas.

Simple, pero efectivo, Los denominados “paracaidistas” son enviados a trepar a otra parte, los ayuntamientos, cuyo asalto por candidaturas improvisadas tiene ciertos visos de éxito siguiendo la iniciativa de Ada Colau, Guanyem Barcelona. Una fiebre municipalista se extiende por la izquierda peninsular. Se avecina una vuelta de tortilla, y los aspirantes a trincar algún despojo empiezan a arremolinarse.

Por nuestra parte, los anarco-sindicalistas vemos con escepticismo la vía política para conseguir mejoras en nuestras vidas, pero a quien lo quiera intentar no se lo vamos a impedir. Es más, nos están haciendo un favor, pues la plaga de trepas, mangantes y vividores que están intentando vivir del sindicalismo y que todavía asolan las estructuras de la CNT se ha visto superada en mucho por la nueva izquierda, que hasta va a crear un sindicato. La estrategia reformista de copar estructuras para forzar convergencias en las que poner en venta la CNT a cambio de suculentos beneficios se ha visto caducada. Nadie compra etiquetas gastadas y arrastradas por el fango.

A los anarco-sindicalistas nos queda mucho por limpiar en casa antes de dar lecciones a nadie. Y en eso estamos, en lucha sin cuartel contra los trepas, politiquillos, corruptos y demás mangantes que inevitablemente pretenden medrar en organizaciones obreras. Ahora los mandamos a trepar a Podemos, que para eso es una convergencia interclasista con el propósito manifiesto de reemplazar a la Casta, y por tanto reemplazar a la actual élite extractiva. Corruptos vocacionales no les van a faltar.

Los pasos recientes del equipo de Pablo conforman una estructura stalinista caída del cielo con comité central, red decisoria de 80 miembros, y los demás a participar en asambleas virtuales ad infinitum adorando al encumbrado líder filósofo.

Al nuevo del PSOE no le ha quedado más remedio que hacerse notar de alguna manera, y ha ordenado a sus eurodiputados que no voten por Juncker para la comisión europea, aunque era el consensuado por el PPSOE europeo, y esta ha sido su estrategia durante años. Pero el nuevo amo del chiringo coge el teléfono y obliga a sus eurodiputados a hacer un papelón para dar un golpe de efecto que contrarreste su presencia en consejo de administración de Bankia.

La súbita politización de Ada Colau le permite ascender al Olimpo de la nueva izquierda, donde hasta ahora reinaba Pablo en solitario. A pesar del olímpico ayuntamiento, el precedente más claro no son los dioses del Olimpo, sino el gobierno de la secta pitagórica en Síbaris. Al final, los sibaritas mataron a palos a Pitágoras y sus secuaces, que eran unos pejigueras y unos aprovechados. A quienes quieren participar en instituciones, les recordamos las palabras de Fermín Salvochea; no se puede esperar nada de la política. Nada bueno, claro está.

Extraído de la publicación mensual "Cádiz Libertaria" Nº 50, Agosto 2014