Los medios de comunicación no dicen nada. El establishment político prefiere cerrar los ojos ante la realidad. Este fin de semana volvían a arder contenedores, la violencia se generalizaba, se asaltaban sedes políticas y despachos, el extremismo campaba a sus anchas por las calles. La crisis helena se refleja en el día a día de sus ciudadanos, amenazados por el desempleo, la subida de impuestos, los impagos y los robos.
Una serie de ataques con fusiles de asalto, bombas incendiarias y cócteles molotov se han sucedido en los últimos días en Grecia, un país que ha entrado en su sexto año de recesión y al que los ajustes y subidas de impuestos han llevado a una situación límite. La preocupación del Gobierno heleno ante esta escalada de violencia que ha afectado a políticos, a sedes de sus partidos, a partidos de la oposición, y a periodistas, ha llegado a un punto tal que incluso se habla de clima de guerra civil.
Mañana, el Parlamento griego debe votar la apertura de una investigación contra diversos políticos, entre los que se hallan los ex primeros ministros Yorgos Papandreu y Lukas Papadimos, por sus responsabilidades al haberse negado a investigar un escándalo de evasión fiscal cuyas listas, publicadas, afectan a más de 2.000 ciudadanos griegos, entre ellos varios políticos y empresarios. Un escándalo que ha conmocionado a la opinión pública y que puede desestabilizar al Gobierno.
Todo ello hace que Grecia viva unos momentos particularmente tensos. Mientras las colas del paro no hacen más que crecer, los precios energéticos convierten la calefacción en un lujo y la economía sigue hundiéndose en un paisaje sin horizontes, la aparición de la violencia armada no ha hecho más que proyectar negros presagios sobre el futuro. Mientras la mitad de la población griega rebusca entre los desperdicios, la otra mitad rechaza las subidas de impuestos, en una cruda imagen publicada por un conocido periodista. La impresión en la calle es que el Gobierno de Samarás, una coalición de Nueva Democracia, el socialista Pasok e Izquierda Democrática, como los anteriores, apenas hace nada para resolver los problemas diarios de los griegos y sólo se preocupa por mantenerse en el poder sin que las numerosas huelgas y manifestaciones de protesta hayan logrado modificar un ápice la situación. De ahí la enorme preocupación ante esta nueva escalada de violencia en el país, que ha superado todos los límites.
La crisis helena se refleja en el día a día de sus ciudadanos, amenazados por el desempleo, la subida de impuestos, los impagos y los robos.
Los griegos llevan tres años de recesión y han tenido que soportar aumentos de impuestos, valorados en miles de millones de euros, combinados con recortes del gasto público. El Gobierno prevé que el PIB se contraerá un 5,3% este año, tras caer un 4,5% en 2010. La tasa de desempleo pronto podría alcanzar el 20%.
Las empresas de seguridad, que están ganando nuevos clientes y expandiendo su negocio. Los bancos, las tiendas, las empresas en general y el propio sector público están contratando guardas de seguridad, instalando sistemas de alarma y alquilando coches blindados, a medida que aumenta el crimen, según informa Bloomberg. Entre estas compañías, destaca la inglesa G4S Plc., la norteamericana Brink’s Co. y la griega Pyrsos Security.
Los robos a mano armada habían caído a mínimos históricos en 2007, pero la cifra se duplicó en menos de dos años. En 2009, hubo 80.000 robos en bancos y domicilios particulares, casi el doble que en 2005, según informaciones el ICAP Group. Dados los frecuentes ataques con fusiles de asalto AK-47 a los furgones blindados, Pyrsos Security ha mejorado recientemente sus vehículos. Y es que, en los últimos doce meses han sufrido robos en cinco ocasiones por un valor total de 700.000 euros.
Sus ingresos aumentaron un 22% interanual en 2009, hasta alcanzar los 16 millones de euros, y prevén un aumento adicional del 25%, hasta alcanzar los 20 millones. Pyrsos, además de ofrecer servicios de transporte de efectivo a entidades financieras y sistemas de seguridad a diversas empresas, ofrece sus servicios al metro de Atenas y a otras agencias públicas. Sin embargo, ha anunciado que dejará de prestar nuevos servicios al sector público debido a la acumulación de facturas por parte del Estado heleno.
Aún así, Alison Flynn, la portavoz de la empresa de seguridad G4S Plc, avanza que “habrá un incremento de la demanda en los años venideros para este sector debido a los esfuerzos del Gobierno para externalizar los servicios de seguridad”.
En un ambiente marcado por nuevas protestas y la aprobación de más medidas de austeridad, Grecia corre el riesgo de caer en una guerra civil, si el Gobierno no declara un impago de la deuda externa.
“La salud financiera no va a cambiar en el país hasta que se den cuenta de que están en default, que están en quiebra y les digan a los bancos que tienen su deuda y a la Unión Europea y al BCE que van a anunciar un default”, destacó el periodista.
Charlie McGrath opinó que el plan de austeridad no ayudará a evitar el colapso económico en Grecia y solo generaría una ola de violencia peor de la que vemos ahora.
En ese contexto hay que recordar que Grecia ratificó durante las últimas horas el presupuesto para el período 2013-2016, que prevé una reducción de 13.500 millones de euros a cambio de otro tramo de ayuda de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Debido a nueva ola de recortes se seguirá perdiendo la esperanza. Las noticias no pueden ser peor. Por primera vez el desempleo en Grecia supera la cuarta parte de la población activa. La tasa de desempleo en agosto de 2012 fue del 25,4% frente al 24,8% en julio.
En un año casi 330.000 griegos han perdido su trabajo, es decir, casi el 8% de todos los trabajadores. Así, actualmente el país heleno cuenta con 1,3 millones de personas en paro y 3,7 millones de trabajadores. El desempleo entre los jóvenes sin formación, menores de 24 años ha batido un nuevo récord histórico, llegando al 58%. Además, la tercera parte de los jóvenes de entre 25 y 34 años no puede encontrar trabajo.
En medio de las protestas sociales, el Parlamento de Grecia ratificó este miércoles el presupuesto para el período 2013-2016, que prevé una reducción de 13.500 millones de euros a cambio de otro tramo de ayuda de la UE y del FMI.