Entre enero y octubre de 2020 murieron en accidente laboral 595 personas. A la espera de que se publiquen los datos de los últimos meses, durante los 10 primeros meses de 2020 las muertes en accidente laboral superan las cifras de todo 2019. Cabe recordar que son sólo las cifras oficiales, en Lorca hemos tenido ejemplos en los últimos años de cómo los empresarios han tratado de ocultar las muertes de sus trabajadores que no tenían ningún tipo de garantía legal. Por hechos como estos, cabe la sospecha de que las cifras reales sean aún mayores.
Pero centrándonos en las cifras oficiales, nos resulta llamativo que en un año donde la actividad laboral se ha reducido, donde los empresarios han llamado a la solidaridad, donde los políticos nos decían que “juntos saldremos más fuertes”, las personas trabajadoras hayan muerto más en sus puestos de trabajo. ¿En qué se basa esa economía que nos piden levantar entre todxs? Desde hace siglos, vivimos bajo un modelo productivo cuyo objetivo es enriquecer a unas élites a toda costa, sin importar los daños colaterales que esto ocasione en lxs trabajadorxs o en el medio ambiente.
Cuando los medios de comunicación nos hablan de problemas económicos, nos muestran a empresarios cerrando sus fábricas, hoteles sin ocupación, concesionarios con coches sin vender… Es decir, cuando nos hablan de los problemas de la economía, en realidad nos hablan de que los ricos no van a poder aumentar su riqueza al ritmo que esperaban. Cuando nos hablan de proteger la economía, en realidad nos piden que hagamos un esfuerzo colectivo para que las fortunas de los de siempre no se vean resentidas. El modelo productivo convierte a lxs trabajadorxs en piezas sustituibles, cuyas necesidades vitales quedan subordinadas a la producción de recursos y acumulación de capital.
Lxs trabajadorxs aceptan condiciones laborales esclavistas ya que sólo pueden elegir entre eso y el hambre. Los diferentes aparatos del sistema los han convencido de esto, y de que la culpa es de esxs otrxs trabajadorxs que por su mayor necesidad o mayor vulnerabilidad, están dispuestxs a aceptar condiciones aún peores. Han conseguido así que lxs oprimidxs peleen entre ellxs por ganar un puesto en el engranaje de producción pensado por y para los opresores. Además, en los últimos años vemos cómo el neoliberalismo ha vuelto a utilizar su herramienta favorita: el fascismo. Lograr que al aplicar medidas contra la clase trabajadora, está no acuse a quienes aplican las medidas, sino a la inmigración, es uno de los mayores logros del capitalismo. Conseguir que mientras los propietarios siguen aumentando sus fortunas, lxs oprimidxs peleen entre ellxs por subsistir y busquen culpables entre quienes están más oprimidxs que ellxs aún, es una de las claves para entender cómo hemos llegado a este punto.