La Iglesia católica mexicana lanzó una dura critica a la moda actual y llamó a las mujeres, sobre todo a las más jóvenes, a dejar de lado prendas pequeñas, escotadas y ajustadas a fin de recuperar el pudor para evitar agresiones sexuales.
En una reflexión con miras al Encuentro Mundial de las Familias que se llevará a cabo en México en enero de 2009, la página de la Arquidiócesis Primada hizo un análisis de la moda actual entre las mexicanas y cómo, en su opinión, ha atentado contra el pudor.
Esta reflexión, firmada por el sacerdote Sergio G. Román, explica que antaño las jóvenes mexicanas llevaban faldas largas y que los varones sólo alcanzaban atisbar sus piernas cuando llovía.
"Ya no se necesita esperar a que llueva para ver los tobillos de las muchachas: ahora usan minifaldas, ombligueras, mayones (calzas) y biquinis. Las revistas y los periódicos muestran, como si fuera la cosa más natural, mujeres sin ropa, y no se diga el cine y la televisión. ¿Ya no hay pudor?", cuestionó el religioso.
Más adelante, aseguró que muchas jóvenes "educadas en el valor del pudor", se sienten incómodas con las ropas de moda y a menudo se les ve bajarse la falda o taparse el escote y evitar "ser objeto sexual para los mirones que las rodean, 'violándolas' con la imaginación".
"El pudor es reservar para el ser amado esos incentivos sensitivos y placenteros que llevan a tener hijos. (...) El pudor se aprende en el hogar. El pudor también es un valor que se debe enseñar a los niños, no sólo a las niñas", añadió la reflexión.
Por último, para evitar ser blanco de "agresiones sexuales", la Iglesia recomendó a las mujeres no usar "ropa provocativa", cuidar "miradas y gestos", no permanecer a solas con un hombre, "aunque sea conocido", no admitir "pláticas o chistes picantes", no permitir familiaridades del sexo masculino y pedir ayuda cuando se sospeche de una "mala intención"... de puta pena.
En una reflexión con miras al Encuentro Mundial de las Familias que se llevará a cabo en México en enero de 2009, la página de la Arquidiócesis Primada hizo un análisis de la moda actual entre las mexicanas y cómo, en su opinión, ha atentado contra el pudor.
Esta reflexión, firmada por el sacerdote Sergio G. Román, explica que antaño las jóvenes mexicanas llevaban faldas largas y que los varones sólo alcanzaban atisbar sus piernas cuando llovía.
"Ya no se necesita esperar a que llueva para ver los tobillos de las muchachas: ahora usan minifaldas, ombligueras, mayones (calzas) y biquinis. Las revistas y los periódicos muestran, como si fuera la cosa más natural, mujeres sin ropa, y no se diga el cine y la televisión. ¿Ya no hay pudor?", cuestionó el religioso.
Más adelante, aseguró que muchas jóvenes "educadas en el valor del pudor", se sienten incómodas con las ropas de moda y a menudo se les ve bajarse la falda o taparse el escote y evitar "ser objeto sexual para los mirones que las rodean, 'violándolas' con la imaginación".
"El pudor es reservar para el ser amado esos incentivos sensitivos y placenteros que llevan a tener hijos. (...) El pudor se aprende en el hogar. El pudor también es un valor que se debe enseñar a los niños, no sólo a las niñas", añadió la reflexión.
Por último, para evitar ser blanco de "agresiones sexuales", la Iglesia recomendó a las mujeres no usar "ropa provocativa", cuidar "miradas y gestos", no permanecer a solas con un hombre, "aunque sea conocido", no admitir "pláticas o chistes picantes", no permitir familiaridades del sexo masculino y pedir ayuda cuando se sospeche de una "mala intención"... de puta pena.