El Sindicato de Oficios Varios de la CNT-AIT de Granada mantiene un conflicto laboral con Restaurantes Hacienda Plaza, situada en la céntrica plaza de Plaza Nueva. Esta empresa está dirigida por un chulesco jefe que según sus propias palabras “hace lo que le da la gana y despide a quien quiera porque es el jefe”, cuando se refiere a las quejas de las trabajadoras por el trato recibido, y si estas contestan, son acosadas y finalmente despedidas. Esto es una constante en esta empresa, hasta que una trabajadora ha resuelto no permitirlo, y junto a otras compañeras ha plantado cara al patrón.
De esta forma el Sindicato y varias antiguas trabajadoras se concentraron el pasado sábado 10 de Octubre enfrente del Restaurante, informando a los clientes y a los viandantes de lo que ocurre, recibiendo una buena acogida, que dejó al Restaurante, tiempo después y en hora punta, prácticamente vacío.
Las trabajadoras denunciaron el maltrato, el acoso y los despidos improcedentes cometidos por el dueño de Restaurante Hacienda Plaza, algunos aún pendientes de juicio, y con el sindicato reclamando lo que corresponde a las compañeras, así como la reivindicación del cumplimiento del Convenio y de mejoras en las condiciones laborales, sobre todo relativos a la higiene y la seguridad laboral.
No faltó la presencia policial que, junto a un gran número de vecinos, presenciaron en sus propias narices las provocaciones, insultos y chulería del jefe hacia el piquete, que le respondió como nunca había escuchado un chulo de por vida que abusa de su posición para abusar de la gente, y nunca se ha esperado que hubiera alguien que no se asustara por sus amenazas y actitudes de gamberro de poca monta. La ofensiva patronal demostró a todos los clientes la veracidad de nuestras denuncias, lo que facilitó el trabajo de dejar vacío el Restaurante, ante la impotencia de alguien que esperemos que se le baje los humos, por su bien, y el de los demás.
La CNT-AIT de Granada seguirá realizando las acciones oportunas para reivindicar y conseguir el dinero y la indemnización que les corresponden a nuestras compañeras, así como la regularidad laboral en Restaurante Hacienda Plaza, el cese del acoso a los trabajadores, las mejoras en las condiciones de seguridad laboral y de salud en el trabajo, y el cumplimiento del ya por sí miserable Convenio de la Hostelería, que es lo mínimo que se debe hacer.
De esta forma el Sindicato y varias antiguas trabajadoras se concentraron el pasado sábado 10 de Octubre enfrente del Restaurante, informando a los clientes y a los viandantes de lo que ocurre, recibiendo una buena acogida, que dejó al Restaurante, tiempo después y en hora punta, prácticamente vacío.
Las trabajadoras denunciaron el maltrato, el acoso y los despidos improcedentes cometidos por el dueño de Restaurante Hacienda Plaza, algunos aún pendientes de juicio, y con el sindicato reclamando lo que corresponde a las compañeras, así como la reivindicación del cumplimiento del Convenio y de mejoras en las condiciones laborales, sobre todo relativos a la higiene y la seguridad laboral.
No faltó la presencia policial que, junto a un gran número de vecinos, presenciaron en sus propias narices las provocaciones, insultos y chulería del jefe hacia el piquete, que le respondió como nunca había escuchado un chulo de por vida que abusa de su posición para abusar de la gente, y nunca se ha esperado que hubiera alguien que no se asustara por sus amenazas y actitudes de gamberro de poca monta. La ofensiva patronal demostró a todos los clientes la veracidad de nuestras denuncias, lo que facilitó el trabajo de dejar vacío el Restaurante, ante la impotencia de alguien que esperemos que se le baje los humos, por su bien, y el de los demás.
La CNT-AIT de Granada seguirá realizando las acciones oportunas para reivindicar y conseguir el dinero y la indemnización que les corresponden a nuestras compañeras, así como la regularidad laboral en Restaurante Hacienda Plaza, el cese del acoso a los trabajadores, las mejoras en las condiciones de seguridad laboral y de salud en el trabajo, y el cumplimiento del ya por sí miserable Convenio de la Hostelería, que es lo mínimo que se debe hacer.