
En el momento en que escribimos, hay guerras en Libia, Costa de Marfil, Irak  y Afganistán, revueltas en el Magreb y Oriente Medio y los trabajadores de todos  los continentes están resistiendo los intentos de imponer medidas de austeridad.  Los poderes capitalistas están peinando desesperadamente todos los rincones del  globo en busca de un aumento de beneficios y por el control del mercado,  mientras se mantienen unidos en su determinación de declarar la guerra a la  clase obrera. Ésta es la verdadera realidad del capitalismo global ¡muerte,  destrucción y ataques implacables a los derechos y condiciones salariales de la  clase trabajadora!
 
Mientras celebramos el Primero de Mayo debemos recordar que la globalización  no es nada nuevo. Entre 1870 y 1914 el capitalismo atravesó un periodo similar  de expansión global. Entonces, como ahora, el capitalismo usó las fuerzas de la  globalización para atacar a los trabajadores, lo que condujo a una revuelta  mundial por parte de la clase obrera. El origen del Primero de Mayo data de hace  125 años. En Estados Unidos, el 1 de mayo de 1886, se lanzó una huelga en apoyo  de la jornada de 8 horas. Durante esta campaña, una bomba fue lanzada a una  manifestación en Chicago, la policía arrestó a varios anarquistas que habían  destacado en la lucha por la jornada de 8 horas.
 
Los arrestados eran claramente inocentes, pero cuatro de ellos fueron  ejecutados por el estado mientras otro murió en su celda, presuntamente  suicidándose. La ejecución de los cuatro hombres, que llegaron a ser conocidos  como los Mártires de Haymarket, hizo saltar la chispa de las protestas obreras  masivas por todo el mundo, lo que hizo que el Primero de Mayo fuera declarado  día internacional de los trabajadores, en conmemoración del sacrificio de los  cuatro hombres asesinados. En este Primero de Mayo, no debemos simplemente  recordar el sacrificio de los Mártires de Haymarket, sino también celebrar el  internacionalismo del primer movimiento obrero que llevó a protestas masivas  contra su ejecución.
 
Y, en el día internacional de los trabajadores, podemos poner el corazón en  el hecho de que el espíritu de la revuelta está emergiendo de nuevo en la clase  obrera. Los trabajadores de Oriente Medio y del Norte de África se levantaron  contra las dictaduras, el paro en aumento y la creciente pobreza. En Winsconsin  (EEUU) la lucha contra el intento de destruir la negociación colectiva ha  llevado a una protesta internacional. En Bolivia hay en la actualidad una huelga  general contra las reformas neoliberales y en demanda de un aumento de salarios.  También por toda Europa ha habido protestas contra los recortes, ocupaciones en  Londres, huelgas y protestas en Grecia, Francia, España, Italia, Portugal,  Irlanda, etc.
 
Estas movilizaciones están demostrando una vez más el poder que tiene la  gente común para producir un cambio a través de la auto-organización y las  acciones propias. Puede haber luchas de futuro si van más allá de cambiar un  régimen y/o gobierno por otro. Los gobiernos por su propia naturaleza intrínseca  están ahí para servir a los intereses de la dictadura económica capitalista. ¡El  cambio real vendrá cuando los trabajadores organicen sindicatos libres y  luchadores, que reten a todo el sistema capitalista de explotación y  opresión!
 
El capitalismo, impulsado por la codicia, se adapta constantemente y  evoluciona para proteger sus intereses. Por todo el mundo, el capitalismo está  imponiendo el trabajo a tiempo parcial, contratos de empleo flexible y horario  flexible para los trabajadores. La necesidad de ajustar constantemente la  producción es lo que guía al capitalismo, creando un ejército de trabajadores a  tiempo parcial que pueden ser contratados y despedidos a voluntad y que harán  cola para pedir trabajo. Esto ha llevado a un aumento en todo el mundo de las  Empresas de Trabajo Temporal, atraídas por los beneficios masivos que se pueden  lograr a través de la explotación de trabajadores que no pueden encontrar un  empleo permanente.
 
La globalización convierte al proceso de producción en vulnerable de ataque.  La resistencia de la clase obrera en un país interrumpe la cadena de producción,  lo que conlleva resultados de pérdidas en otros países. Esta vulnerabilidad está  forzando un cambio en el pensamiento militar. Al igual que el capitalismo se  hace más internacional, otro tanto debe ocurrir con el poder militar que lo  defiende. Bajo la globalización, los ejércitos del estado ya no son fuerzas  estáticas que están allí para proteger las fronteras. El ejército capitalista  moderno debe ser altamente movible, estar preparado para responder con rapidez,  y con abrumadora brutalidad, a cualquier “interrupción” sin que importe el país  en que ésta pueda ocurrir.
 
El Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN acordó el año pasado establecer cómo  occidente puede combatir todas las amenazas, y no solamente las “militares”… Y,  tal como estamos viendo ahora, cuando la tragedia de Japón está afectando a la  producción de compañías como Toyota por todo el planeta, la amenaza del  capitalismo global no se limita simplemente a incomodar a los obreros. El  documento de la OTAN delinea cómo se pueden neutralizar amenazas potenciales,  sea en la forma de ciber-ataques, ataques terroristas, los efectos del  calentamiento global o el riesgo derivado de catástrofes naturales.
 
Para alcanzar su propósito, el capitalismo global busca extender el poder del  estado a todos los aspectos de nuestras vidas. El dominio privado no es  “privado”, y todos son sospechosos hasta que se demuestre lo contrario. Este  capitalismo cada vez más totalitario aún necesita organizaciones leales,  subvencionadas, así como partidos políticos parlamentarios, para mantener una  ilusión de “democracia”.
 
La opresión en el interior va de la mano de la expansión en el exterior. La  globalización conduce a una competición creciente entre los bloques  capitalistas. Y la competición entre las naciones en desarrollo y el, una vez,  todopoderoso capitalismo occidental va en aumento. Como el poder económico de  Estados Unidos se encuentra en decadencia, este país se irá haciendo incluso más  dependiente de su masivo poder militar para mantener su dominio, incrementando  así la amenaza de guerras capitalistas.
 
Al confrontar al capitalismo global, la clase trabajadora internacional no  solamente debe luchar contra la explotación capitalista y la opresión del estado  –se debe oponer a todas las guerras del capital. Las guerras capitalistas ponen  a un trabajador contra otro trabajador y llevan a una total carnicería de la  clase trabajadora. En la lucha de los trabajadores debe ser central el  anti-militarismo, el espíritu de oposición a la máquina de guerra  capitalista.
 
Como anarcosindicalista, la AIT está comprometida con la organización contra  los males de la explotación y la opresión y tiene una larga tradición en  anti-militarismo. Nuestro internacionalismo está basado en la lucha de clases y  el apoyo mutuo. Rechazamos la idea del estado nacional y lo consideramos un  medio de dividir a los trabajadores en interés del capitalismo. Estamos a favor  de la auto-organización; nuestro esfuerzo como trabajadores procede de nuestra  capacidad de organizarnos, de la solidaridad de clase y de la acción directa que  empleamos contra el capitalismo y el estado.
 
La AIT rechaza la colaboración de clase en todas sus formas. Los comités de  empresa y otros cuerpos corporativos, basados en la cooperación social, son  medios para socavar la lucha de clases. Las subvenciones del estado están  diseñadas para socavar la acción y la organización independientes por parte de  la clase trabajadora. Nuestra forma de organizarnos se expresa a través de  estructuras federalistas democráticas, basadas en delegados revocables.
 
Para la AIT, la lucha de clases no es una abstracción teórica, sino un hecho  de la vida diaria de los trabajadores. En los últimos años, la AIT ha organizado  incontables campañas internacionales en apoyo de los trabajadores en todas  partes del mundo. En la fase previa al Primero de Mayo de este año, la AIT ha  lanzado unos “Días anarcosindicalistas internacionales de lucha contra las  fronteras y en solidaridad con los trabajadores inmigrantes”. Es una campaña  contra la explotación brutal de los trabajadores inmigrantes por parte del  capitalismo.
 
Y en la medida en que la AIT crezca y se difunda, nuestra lucha contra el  capitalismo se intensificará. Para nosotros, la única relación posible entre  trabajador y jefe, es la lucha de clase. Y la lucha de clase debe ir en aumento  hasta que el estado sea barrido por la solidaridad de la clase obrera  internacional ¡para ser sustituido por la federación libre de asociaciones  obreras basadas en el comunismo libertario!
 
¡Es en este espíritu de verdadero internacionalismo que, en el Primero de  Mayo, la AIT envía sus saludos y apoyo a todos los trabajadores comprometidos en  la lucha contra la explotación y la opresión!
 Contra la explotación y opresión capitalista - ¡Acción Directa y  Solidaridad!
¡Viva la AIT y el Anarcosindicalismo!
Oslo, 26 de abril  de 2011
Secretariado de la AIT