Los cómplices del Holocausto siguen cayendo con cuentagotas, pero se hace justicia. La Fiscalía de Fráncfort ha imputado este viernes a un hombre de 96 años, acusado de ejercer de guardián en el campo de exterminio de Lublin-Madjanek, en Polonia, y de ser cómplice del asesinato de 17.000 judíos. Las ejecuciones masivas de Madjanek constituyen uno de los crímenes más salvajes del genocidio nazi, en el que fueron asesinados seis millones de judíos. Esta acusación se enmarca en el esfuerzo de la justicia alemana por juzgar a los cómplices del Holocausto antes de que fallezcan.
Corría el año 1943. El acusado tenía entonces 22 años y era uno de los oficiales de las SS encargado de la seguridad del campo de Madjanek. Debía vigilar a los presos que luego morirían ejecutados, según detalla el comunicado de la Fiscalía de Fráncfort.
La Fiscalía concluye que el acusado conocía la crueldad de los planes de asesinatos colectivos y debía saber que las personas que acababan recluidas en Madjanek lo hacían “sin poderse defender, en contra de su voluntad y por motivos raciales”. En concreto, se le acusa de participar en el llamado “Festival de la cosecha” que tuvo lugar el 3 de noviembre de 1943 en el campo de Madjanek y en el que 17.000 judíos fueron ejecutados. Previamente, habían sido obligados a cavar sus tumbas.
Después de haber cavado al tierra, los presos fueron reunidos en la parte trasera del campo, junto al crematorio y les obligaron a desvestirse. Desnudos, les obligaron a meterse en sus tumbas boca abajo donde un comando de ejecución les disparaba en la cabeza, según la información que publica el museo del campo de Madjanek.
En 1941, Heinrich Himmler visitó Lublin, cerca de la frontera con Ucrania y ordenó levantar un campo con capacidad para decenas de miles de personas. El objetivo inicial era que allí se entrenaran policías y oficiales de las SS que sirvieran de mano de obra al régimen nazi.
La mayoría de los reclusos que allí murieron eran polacos, pero hubo también rusos, ucranianos y judíos procedentes de decenas de países. De los 150.000 presos que pasaron por Madjanek, se estima que 80.000 —de entre ellos 60.000 judíos— fueron asesinados, según detalla el museo del campo de concentración. Algunos murieron víctimas de las terribles condiciones de vida y otros en cámaras de gas.
El nonagenario acusado reside en Fráncfort, al oeste de Alemania. Su acusación es el resultado de las pesquisas y los documentos históricos obtenidos por la Administración de Justicia de Ludwisburg, encargada de la investigación de los crímenes nazis.
Otros casos
Un conocido guarda nazi, John Demjanjuk condenado a cinco años de prisión por participar en la muerte de 27.900 judíos en 1943 en el campo de Sobibór, no fue encarcelado debido a su avanzada edad y su estado de salud. Su proceso se había demorado más de 40 años.
En octubre de 2016, otro guarda casi centenario, Oskar Groening, conocido como “el contable de Auschwitz”, fue condenado en una sentencia considerada histórica, después de haber reconocido que fue testigo de crímenes en los que físicamente no participó. Aquella sentencia contradijo un precedente jurídico que establecía que formar parte del personal de Auschwitz no era motivo suficiente para ser condenado. "En términos morales, mis acciones me hacen culpable", dijo Groening durante el juicio.