L@s anarquistas, entiéndas también por ácratas o libertari@s, como se prefiera, nos oponemos a la centralización, pues no desarrolla la unión entre las personas, sino que organiza la división. L@s anarquistas, queremos la integración federal y libre de todos los pueblos, mujeres y hombres sin distinción alguna. El principio federalista conduce lógicamente al internacionalismo, o sea, a la organización federativa a nivel mundial, en una "confederación de confederaciones" en la más grande y fraternal unión internacional humana.
El internacionalismo verdadero se basa en la autodeterminación y su corolario: el derecho a secesión.
Las "construcciones sociales" en el anarquismo parten siempre del individuo; y no sacrifican al mismo en nombre de la nación, el Estado o el pueblo. El anarquismo tiene como centro la individualidad la cual se preserva de todo tipo de uniformización o masificación. Si el individuo no es libre, la sociedad jamás podrá ser libre.
El Estado es quien uniformiza matando la variedad. En una sociedad organizada mediante el federalismo libertario no hay centros de poder. Esto quiere decir que en una sociedad anarquista en cada localidad, en cada barrio, en cada casa, cada persona utilizará la lengua, las costumbres y la cultura que ell@s mism@s decidan.