La huelga de 72 horas prevista para el 15 de febrero se mantiene y afectará la normalidad de las actividades en el puerto de Barcelona. El paro se concentra en el sector de amarradores, donde la empresa Mooring&Port Services S.L. mantiene un conflicto laboral abierto con el anarcosindicato convocante, la CNT-AIT, tras el despido de tres de sus afiliados.
A principios de semana, fuentes tanto del sindicato como testigos de las negociaciones entre empresa y trabajadores aseguraban la existencia de un preacuerdo con Mooring para readmitir a los despedidos con unas condiciones concretas, pero finalmente dicho acuerdo no se ratificó.
Enrique Costoya, de la CNT-AIT, y Sebastián Huguet, representante en el conflicto de la Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios y testigo presencial en dichas reuniones, acusan a la empresa de cambiar a última hora las condiciones del preacuerdo. En un inicio, según su versión, se pactó la readmisión de los tres trabajadores con una rebaja de “muy grave” a “grave” de la falta por la que fueron cesados.
Desde la anarcosindical se sostiene que el despido se produjo por la negación de los tres amarradores afiliados a la CNT-AIT a avituallar un barco durante su jornada laboral, algo que por convenio no entra dentro de sus competencias y para lo cual no están ni equipados a nivel de seguridad, ni formados. La empresa no ha querido realizar declaraciones al respecto.
La desobediencia de una orden no está explícitamente especificada en el convenio colectivo de amarradores, que sí que concretan la sanción de una falta “muy grave”, que es la suspensión de empleo y sueldo de uno a dos meses o el despido. En cambio, la falta grave no autoriza el despido e impone una suspensión de dos a treinta días.
Enrique Costoya sostiene que el poder recurrir la sanción ante la justicia para que sea un juez quién dirima si la falta está correctamente aplicada o no ha sido el punto determinante que ha evitado el acuerdo. Según su versión, Mooring exigía como condición para la readmisión que la falta fuera considerada “muy grave” con la sanción mínima, es decir, un mes sin empleo ni sueldo, y el compromiso a no llevar el caso ante los tribunales.
La CNT-AIT, por su lado, pedía reconsiderar la falta como “grave” y una sanción de 30 días, aunque con la posibilidad de recurrir ante el juez. El director de Mooring no ha querido comentar nada a dicho respecto.
La solicitud de servicios mínimos presentada por la autoridad del puerto de Barcelona ha sido de mantener en cada turno de 12 horas a siete amarradores y un patrón, cuando en una guardia normal la plantilla es de siete amarradores y tres patrones.
En lo que empresa y sindicato coinciden es en que en dos semanas la plantilla de Mooring iniciará una formación para capacitarse de cara al avituallamiento de barcos y el transporte de personas.
La CNT-AIT lo atribuye a una consecuencia del conflicto laboral actual, provocado por la negación a realizar tales actividades de sus afiliados, dada la falta de formación y reconocimiento en convenio. Por su parte, la empresa niega causalidad entre ambos hechos.
La CNT-AIT lo atribuye a una consecuencia del conflicto laboral actual, provocado por la negación a realizar tales actividades de sus afiliados, dada la falta de formación y reconocimiento en convenio. Por su parte, la empresa niega causalidad entre ambos hechos.