Estamos asistiendo en la actualidad a una conflictividad social en las calles, donde la militancia anarquista y anarcosindicalista está participando en aquellas protestas donde se producen enfrentamientos con la policía, acciones de sabotaje, daños a la propiedad capitalista, etc. Los gobiernos municipales y las empresas representantes del capitalismo, junto con la prensa, hablan de daños económicos valorados en miles de euros en tan solamente unos pocos días.
Frente a todos esos daños y pérdidas económicas, el anarcosindicalismo quiere recordar que hay una herramienta aún más eficaz, que ha atemorizado durante siglos al capitalismo y que puede llegar incluso a causar, en un sólo día, más pérdidas económicas que muchas otras. En este sentido, la huelga general juega un papel fundamental, porque no solamente genera pérdidas directas a la producción capitalista, sino que genera muchas otras, fruto del enfrentamiento social que esta produce.
El desarrollo de la lucha puede permitirnos desarrollar elementos que la clase trabajadora lleva tiempo sin poner en práctica, como el enfrentamiento con las fuerzas del orden público capitalista, el sabotaje y las acciones dirigidas a causar daños económicos al capital. Toda esta lucha no es sino el paso lógico a reconocer que la reforma y la colaboración con el capitalismo no puede de ninguna forma hacer frente al poder y que el sistema de sufragio más libre no puede hacer desaparecer las evidentes contradicciones que existen en el seno de la sociedad actual, y porque la reforma o el sistema parlamentario sólo tiene un objetivo: el de prestarle un simulacro de derecho al reino de la mentira y de las injusticias sociales.
En este sentido, el elemento determinante en la lucha social será el de pasar de la revuelta social y la huelga general a la autogestión generalizada de los medios de producción, servicios y productos de consumo, una verdadera revolución social que pone su principal razón en la existencia misma de la organización económica de la clase trabajadora.
Como los grandes revolucionarios y teóricos del anarquismo reconocieron, los elementos que conforman una revolución social no pueden ser reducidos a meras cuestiones materiales. Hacen falta elementos ideológicos, psicológicos y culturales que permitan que las revueltas sociales se conviertan en procesos revolucionarios generalizados y protagonizados por la clase trabajadora.
En este sentido, es clave dar solución a todos aquellos problemas sociales y económicos que surgen durante el proceso revolucionario tras el enfrentamiento con las fuerzas de oposición del orden público capitalista. Una vez paralizada la producción y vencidas las fuerzas de la reacción capitalista, el movimiento ha de resolver todos aquellos problemas específicos como la reorganización de la producción, la solución del reabastecimiento de suministros, principalmente alimenticios, y sobre todo el mantenimiento del orden público revolucionario.
En este sentido, en un mundo donde el territorio, debido a los insaciables deseos del Estado y del capitalismo internacional, se ha convertido en regiones interdependientes, por lo que se hace más necesaria que nunca la Asociación Internacional de Trabajadoras (AIT-IWA), no solamente por una cuestión exclusivamente internacionalista, sino por una cuestión claramente económica y de posibilidad de triunfo de la revolución social.
Al mismo tiempo, mientras que el capitalismo apunta hacia horizontes donde el internacionalismo de la producción de la economía tiene cada vez un peso mayor, los discursos que se dirigen hacia, y contra, la clase trabajadora son discursos dirigidos a consolidar el fenómeno nacionalista. El sindicalismo revolucionario rechaza todas las fronteras políticas y nacionales, arbitrariamente creadas, y declara que el llamado nacionalismo sólo es la religión del Estado moderno, tras la cual se encubren los intereses materiales de las clases capitalistas. Por idénticas razones que el sindicalismo revolucionario combate el militarismo y la guerra, que nacen y crecen al calor del nacionalismo y la razón de Estado.
Por todo ello, se hace necesaria una gran Federación de Organizaciones Obreras, impulsadas por las ideas anarquistas, desde la que impulsar la lucha contra el Estado y el capitalismo internacionalmente, y desde donde poder ganar la batalla contra todos los explotadores del mundo.
El crecimiento del anarcosindicalismo y de la AIT en Asia Pacífico ha sido uno de los acuerdos de los Congresos de la AIT, desde el Congreso de Varsovia, en el que, además, se acordó que los contactos en aquella región del mundo estarían desarrollados por la sección australiana. En poco tiempo, ASF desarrolló y desplegó una serie de actividades, junto al Secretariado de la AIT, en aquella región junto a muchas y muchos militantes en Indonesia, Malasia, Bangladesh, etc. Lo que supuso que, en el Congreso de Melbourne, se adhirieran como secciones Bangladesh Anarco Sindicalist Federation (BASF), y Persaudaraan Pejkerka Anarko Sindikalis (PPAS) en Indonesia, y como Amigos de la IWA, Muktivadi Ekta Morcha (MEM) en la India.
Tan sólo a unos pocos meses de este Congreso, que se celebró a finales de 2019, se acordó celebrar un Congreso regular en 2020, y ya había otros grupos que habían solicitado su ingreso en la IWA en aquella región de Asia Pacífico, en este caso un grupo en Pakistán llamado Iniciativa Solidaridad de Trabajadores (WSI) y otro grupo en Filipinas, Mapagpalayang Kapatiran (Hermandad Libre).
En América del Sur, el desarrollo de la AIT se debió principalmente a la solicitud de adhesión como Amigos de la IWA por parte de ULET de Colombia hace dos años, que fue aprobada y que ahora ha solicitado ser Sección de la IWA. En este momento, en Chile, el grupo de Amigos de la AIT, Grupo Germinal, había tomado la decisión, junto a la Sociedad de Resistencia de Oficios Varios de Valparaíso, de refundar Solidaridad Obrera de Chile y reorganizar la federación a nivel nacional, por lo que se discutirá en futuros Congresos de la IWA el reconocimiento de que Solidaridad Obrera sea la continuación histórica de Grupo Germinal como Amigos de la AIT, con varias secciones en Concepción-Biobío y Valparaíso.
Estamos convencidos de que en unos años el crecimiento de la AIT-IWA va a ser muy interesante en algunas regiones, por la cantidad de grupos que se encuentran interesados en la Internacional tanto en América del Sur, Centro América, Europa y Asia.
Sin embargo, para apoyar el desarrollo y extensión del anarcosindicalismo y de la lucha de clases desde la organización obrera, es necesario apoyar y apuntalar los intentos reorganizadores del anarcosindicalismo no solamente en todo el mundo, sino también y concretamente en España, donde la organización obrera anarcosindicalista está siendo atacada por la CIT.
Para la defensa del anarcosindicalismo es necesario el desarrollo de la cultura obrera anarquista y la dedicación de grandes esfuerzos en materia de propaganda y cultura en todo el mundo, poniendo la prensa confederal y anarquista al servicio de la propaganda revolucionaria e internacionalista.
Por todo ello, es necesario hacer un llamamiento a todos los anarcosindicalistas sinceros para que se adhieran a la CNT-AIT, engrosar las filas del anarquismo y la organización obrera internacional, que suponga de nuevo un obstáculo a la reacción gubernamental y al capitalismo internacional.
El proceso revolucionario y el futuro del anarcosindicalismo
Un CeNeTista. Revista "Orto", nº 200.