Los anarquistas cubanos apoyan las protestas sociales en el país y condenan la represión en su contra. Se oponen tanto al embargo estadounidense contra Cuba como a las políticas dictatoriales y procapitalistas de las autoridades cubanas. Los anarquistas esperan que los hechos ocurridos les permitan abrir nuevos espacios de diálogo sobre el antiautoritarismo y la lucha social fuera de cualquier partido de izquierda o derecha.
El 10 de julio estallaron protestas sociales en varias ciudades cubanas. Manifestaciones espontáneas de vecinos indignados tuvieron lugar en San Antonio de los Baños, La Habana, Holguín, Camagüey, Santiago de Cuba y también en Matanzas, donde se ha sentido la escasez más aguda de medicinas y alimentos en los últimos años.
Cuba enfrenta una grave crisis económica. La economía colapsó un 10,9% el año pasado y otro 2% este año. Los cubanos se ven obligados a hacer cola durante horas para comprar artículos de primera necesidad. Reuters citó a una mujer de San Antonio diciendo: "Están protestando contra la crisis, la falta de alimentos o medicinas, contra el hecho de que todo tiene que comprarse en tiendas de cambio de divisas, etc." Los manifestantes exigieron medicamentos, el fin de los cortes de energía y un mejor suministro de alimentos y bienes de uso diario. Algunos corearon las consignas antigubernamentales "¡Abajo la dictadura!", "¡Libertad!" y exigió la renuncia del presidente Miguel Díaz-Canel ( https://amerika21.de/2021/07/252355/demonstrationen-kuba )
Las autoridades cubanas han intensificado las reformas de mercado y el desarrollo del capital privado en los últimos años. Todo esto ha limpiado aún más los problemas de desigualdad social y ha profundizado la brecha entre la riqueza de la élite, los empresarios y especuladores privados y la creciente pobreza de la población.
Los videos y las fotos en las redes sociales sugieren que las protestas en varios lugares han estado acompañadas de saqueos de tiendas.
Como las protestas fueron espontáneas, personas con diferentes convicciones salieron a las calles. En algunos lugares, se podían ver eslóganes antisocialistas, banderas estadounidenses o llamados a la intervención estadounidense. Pero esto no fue de ninguna manera típico para la mayoría de los manifestantes. Además, entre ellos se encontraban activistas y disidentes socialistas y "comunistas" de oposición.
Las autoridades respondieron a las protestas sociales con una ola de represión. Decenas de personas fueron detenidas. Los manifestantes fueron dispersados con gases lacrimógenos. La policía y los "ciudadanos" parapoliciales, armados con garrotes y palos, atacaron a los manifestantes, los golpearon brutalmente y les arrojaron piedras. El asustado presidente Díaz-Canel, que llegó a San Antonio, se apresuró a declarar que "comprende" los problemas de la gente común, pero inmediatamente acusó a los manifestantes de ser manipulados por enemigos externos de Estados Unidos y neoliberales. Las autoridades argumentan que las protestas en sí mismas fueron "provocadas" desde el exterior, como si la población trabajadora de la isla no tuviera razones suficientes para estar descontenta con la difícil situación social, la pobreza y la explotación.
Los anarquistas cubanos apoyan las protestas sociales en el país y condenan la represión en su contra. Se oponen tanto al embargo estadounidense contra Cuba como a las políticas dictatoriales y procapitalistas de las autoridades cubanas. Los anarquistas esperan que los hechos ocurridos les permitan abrir nuevos espacios de diálogo sobre el antiautoritarismo y la lucha social fuera de cualquier partido de izquierda o derecha.
Fuente: extraído de la web de KRAS- MAT. Sección Rusa de la AIT (IWA)