El nomenclátor honra a cuatro vecinos de Carmona ( Sevilla ) entre ellos José Sabín Pérez destacado por su lucha por la libertad y miembro del Comité de Defensa de la citada villa en julio de 1936. Uno de los homenajeados en el nomenclátor de Carmona es José Sabín Pérez, dirigente en la comarca de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Era un racero y operario de vías y obras, jefe de división del ejército republicano, que también sufrió la cárcel y el destierro.
"El Correo de Andalucía", diario de la prensa burguesa, en su edición del pasado día 16, decía así:" La Memoria Histórica llega al nomeclator de Carmona, Sevilla". Cierto es, que en esta ocasión se hace una breve, brevísima mención a la filiación política o sindical de los homenajeados, que queda empañada por lo más "importante" de resaltar para ellos, que son los esfuerzos de los politicuchos y quien o cual grupo votó sí o no, para llevar a cabo proyectos como éstos, así como la edición de libros con lo acaecido en la época ( esto último es ya casi obligatorio ), que si "república", "democracia" que si "bandera tricolor", que si "ejército republicano"...
José Sabín Pérez destacado por su lucha por la libertad y miembro del Comité de Defensa de la citada villa en julio de 1936. Uno de los homenajeados en el nomenclátor de Carmona es José Sabín Pérez, dirigente en la comarca de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Era un racero y operario de vías y obras, jefe de división del ejército republicano, que también sufrió la cárcel y el destierro. Esta es la historia de su unidad:
La gran unidad formada por éste líder anarcosindicalista de Carmona (Sevilla), tuvo como base inicial los elementos de la columna Andalucía y Extremadura, de la que era jefe desde comienzos del golpe militar, y que tuvo su primer bautismo guerrillero en la vega alta del Guadalquivir en la provincia sevillana.
La unidad (Brigada) tomó el nombre de “Espartaco” en honor del esclavo que desafió a Roma. Luego se le adjudicó el número 77 del Ejército de la República. Esta brigada, llegó a ser una de las grandes unidades; eficiente, disciplinada y de mejor organización de todo el Ejército.
La componían en principio: cinco batallones de infantería; una compañía de Sanidad, con magnífico cuadro de médicos y practicantes, con dos ambulancias; una compañía de zapadores; una compañía de transmisiones y otra de intendencia. Su comandante, José Sabín, introdujo en su organigrama un gabinete topográfico, con eficientes profesionales, y se rodeó de algunos oficiales militares, como asesores, que le proporcionaron libros y conocimientos de táctica y estrategia militar.
Esta brigada dio más de una vez, durante los tres años de guerra, pruebas más que sobradas, de una gran preparación militar. Creó una escuela de oficiales y otra de sargentos; además de un periódico revista, titulado “ESPARTACO”, magnífica publicación, en la que se trataban parte de los temas de carácter militar, temas de sociología, política, sanidad, científicos y culturales.
De la 77 Brigada, se organizó la 110, la 103 y otra más, que cuando los fascistas atacaban Valencia, tuvo que organizarse a toda carrera para acudir a aquel frente, al que José Sabín fue destinado para mandar la 36 división del Cuerpo del Ejército A, que mandaba el teniente coronel Ernesto Guelmes y del que era jefe de estado mayor, el teniente coronel Martín Martín.
La Brigada "Espartaco" hizo sus primeras armas en el frente de Madrid, en el llano de Comillas y Opeñel frente a Basurero, a las órdenes del Coronel Prada, cuando mayor presión ejercían las tropas fascistas sobre la capital de España.
Del frente de Madrid, pasó la 77 Brigada al frente de Jarama en el “Pingarrón” donde relevó a la 70 Brigada, que mandaba Carlos Sans, y de la que era comisario su hermano Eusebio. Aquel relevo fue un desastre, jamás realizado en frente alguno. Si el enemigo hubiera estado preparado para atacar en aquel frente, hubiesen llegado las tropas republicanas corriendo hasta Valencia.
Había llovido con intensidad días atrás. A las diez de la mañana desembarcaron la tropas de la 77 Brigada en el cortijo denominado Casasola; de ahí al frente, unos cuatro kilómetros. Nada más ver los soldados de los batallones de la 70 Brigada, la llegada del relevo, sin orden ni concierto de ninguna clase y de forma precipitada, salieron de sus trincheras y tirando los fusiles en montón sobre el fango, tomaron las de Villadiego, y a correr se ha dicho hacia los camiones que habían quedado en Casasola. Menos mal que cuando los fascistas se dieron cuenta de que se hacía el relevo y empezó a disparar, ya los hombres de la 77 Brigada contestaron al fuego con fusiles... embarrados y las ametralladoras llenas de humedad y oxidadas.
En Casasola estaba el Estado Mayor de la División, de juerga, borrachos. Al frente de la misma Líster.
"El Correo de Andalucía", diario de la prensa burguesa, en su edición del pasado día 16, decía así:" La Memoria Histórica llega al nomeclator de Carmona, Sevilla". Cierto es, que en esta ocasión se hace una breve, brevísima mención a la filiación política o sindical de los homenajeados, que queda empañada por lo más "importante" de resaltar para ellos, que son los esfuerzos de los politicuchos y quien o cual grupo votó sí o no, para llevar a cabo proyectos como éstos, así como la edición de libros con lo acaecido en la época ( esto último es ya casi obligatorio ), que si "república", "democracia" que si "bandera tricolor", que si "ejército republicano"...
José Sabín Pérez destacado por su lucha por la libertad y miembro del Comité de Defensa de la citada villa en julio de 1936. Uno de los homenajeados en el nomenclátor de Carmona es José Sabín Pérez, dirigente en la comarca de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Era un racero y operario de vías y obras, jefe de división del ejército republicano, que también sufrió la cárcel y el destierro. Esta es la historia de su unidad:
La gran unidad formada por éste líder anarcosindicalista de Carmona (Sevilla), tuvo como base inicial los elementos de la columna Andalucía y Extremadura, de la que era jefe desde comienzos del golpe militar, y que tuvo su primer bautismo guerrillero en la vega alta del Guadalquivir en la provincia sevillana.
La unidad (Brigada) tomó el nombre de “Espartaco” en honor del esclavo que desafió a Roma. Luego se le adjudicó el número 77 del Ejército de la República. Esta brigada, llegó a ser una de las grandes unidades; eficiente, disciplinada y de mejor organización de todo el Ejército.
La componían en principio: cinco batallones de infantería; una compañía de Sanidad, con magnífico cuadro de médicos y practicantes, con dos ambulancias; una compañía de zapadores; una compañía de transmisiones y otra de intendencia. Su comandante, José Sabín, introdujo en su organigrama un gabinete topográfico, con eficientes profesionales, y se rodeó de algunos oficiales militares, como asesores, que le proporcionaron libros y conocimientos de táctica y estrategia militar.
Esta brigada dio más de una vez, durante los tres años de guerra, pruebas más que sobradas, de una gran preparación militar. Creó una escuela de oficiales y otra de sargentos; además de un periódico revista, titulado “ESPARTACO”, magnífica publicación, en la que se trataban parte de los temas de carácter militar, temas de sociología, política, sanidad, científicos y culturales.
De la 77 Brigada, se organizó la 110, la 103 y otra más, que cuando los fascistas atacaban Valencia, tuvo que organizarse a toda carrera para acudir a aquel frente, al que José Sabín fue destinado para mandar la 36 división del Cuerpo del Ejército A, que mandaba el teniente coronel Ernesto Guelmes y del que era jefe de estado mayor, el teniente coronel Martín Martín.
La Brigada "Espartaco" hizo sus primeras armas en el frente de Madrid, en el llano de Comillas y Opeñel frente a Basurero, a las órdenes del Coronel Prada, cuando mayor presión ejercían las tropas fascistas sobre la capital de España.
Del frente de Madrid, pasó la 77 Brigada al frente de Jarama en el “Pingarrón” donde relevó a la 70 Brigada, que mandaba Carlos Sans, y de la que era comisario su hermano Eusebio. Aquel relevo fue un desastre, jamás realizado en frente alguno. Si el enemigo hubiera estado preparado para atacar en aquel frente, hubiesen llegado las tropas republicanas corriendo hasta Valencia.
Había llovido con intensidad días atrás. A las diez de la mañana desembarcaron la tropas de la 77 Brigada en el cortijo denominado Casasola; de ahí al frente, unos cuatro kilómetros. Nada más ver los soldados de los batallones de la 70 Brigada, la llegada del relevo, sin orden ni concierto de ninguna clase y de forma precipitada, salieron de sus trincheras y tirando los fusiles en montón sobre el fango, tomaron las de Villadiego, y a correr se ha dicho hacia los camiones que habían quedado en Casasola. Menos mal que cuando los fascistas se dieron cuenta de que se hacía el relevo y empezó a disparar, ya los hombres de la 77 Brigada contestaron al fuego con fusiles... embarrados y las ametralladoras llenas de humedad y oxidadas.
En Casasola estaba el Estado Mayor de la División, de juerga, borrachos. Al frente de la misma Líster.