La policía estadounidense ha perseguido durante 72 kilómetros a un coche conducido por un niño de siete años. El precoz conductor dice que cogió el coche de su padre porque no quería ir a misa con su familia.
El niño puso en serios apuros a los policías, que necesitaron 72 kilómetros de persecución para coger al niño rebelde. Sólo consiguieron hacerse con él cuando aparcó el vehículo y salió corriendo.
El niño declaró posteriormente que cogió el coche de su padre porque no quería ir a misa con su familia..... a éste no le comen el coco seguro !!!