Hay decenas de ciudades donde las manifestaciones del Orgullo gay son atacadas por colectivos homófobos, 80 países en los que la homosexualidad es ilegal, y cinco estados en los que se castiga con la pena de muerte.
La última marcha del orgullo en Budapest, Hungría, ha registrado algunos incidentes. Un grupo de extrema derecha agredía a los manifestantes y acosaba a los políticos que encabezaban la marcha. Los agresores se lanzaron contra los asistentes al grito de "muerte a los pederastas", lo que obligó a la policía a intervenir y detener a unas 40 personas.
Al menos 20 personas resultaron heridas en la última marcha del Orgullo Gay celebrada en Brno, en la República Checa, cuando varios ultra nacionalistas atacaron a los manifestantes con gas lacrimógeno. Unos 150 extremistas trataron así de boicotear la marcha, que reunió a medio millar de personas.
En las calles de Sofía, capital de Bulgaria, los manifestantes fueron atacados con cócteles molotov, y la policía detuvo a unos 60 extremistas de derecha que trataban de boicotear la marcha del Orgullo.
Las autoridades no han autorizado la marcha del Orgullo Gay de Moscú, que este año coincidía con Eurovisión. A pesar de la prohibición, los manifestantes decidieron expresar su malestar en el centro de la capital rusa, y la policía trató de reprimir la marcha deteniendo a casi 80 personas.
En la última marcha del Orgullo celebrada en Zagreb, capital de Croacia, también se registraron algunos incidentes. Los manifestantes tuvieron que hacer frente a las protestas de grupos contrarios, que gritaron consignas nacionalistas y contra los gays.
La marcha del Orgullo Gay celebrada en Varsovia, capital de Polonia, vio cómo decenas de jóvenes ultraderechistas gritaron insultos a los homosexuales y trataron de detener la marcha cuando se acercaba al edificio del Parlamento. En este caso la policía logró evitar los enfrentamientos directos.
La marcha del Orgullo Gay puede celebrarse a duras penas en Jerusalén. En la última edición, que tuvo lugar en un área restringida de la capital israelí, más de 3.000 personas se manifestaron protegidas por 7.000 agentes de policía. La comunidad ultraortodoxa trató de sabotearla y, aunque no lo logró, no dejó de lanzar piedras, amenazar a los manifestantes y rezar para "evitar la ira divina".
Las 300 personas que desfilaron en la última marcha del Orgullo celebrada en Bucarest, capital de Rumania, lo hicieron protegidas por cerca de 1.000 policías. Durante la manifestación, un grupo de ultraderechistas les amenazaba mientras mostraba pancartas homófobas contra la "degeneración gay y la destrucción de la familia".
En Tel Aviv, Israel, algunos grupos religiosos y de extrema derecha trataron de prohibir el evento sin éxito. Entre los opositores a la marcha del Orgullo estaba el Ministro del Interior, Eli Ishai, y las protestas de algunos sectores de la sociedad obligaron a la policía a escoltar la marcha de principio a fin.
En la ciudad de Riga, en Letonia, el gobierno prohibía hace poco la celebración de la marcha del Orgullo Gay con el pretexto de que "constituye una ofensa para la moral pública y una amenaza a la seguridad ciudadana".
Este año iba a celebrarse en Shangai la primera marcha del Orgullo Gay, pero las autoridades chinas han anulado casi todas las actividades programadas y han advertido a los organizadores sobre las "graves consecuencias" que sufrirán en caso de seguir adelante con la celebración.
La marcha del Orgullo gay es inimaginable en decenas de países. En Irán o Sudán, por ejemplo, la homosexualidad es ilegal y su práctica se castiga con la pena de muerte.
En Arabia Saudí la homosexualidad también se castiga por ley con la pena de muerte, y nunca se ha celebrado ningún acto relacionado con la marcha del Orgullo Gay.
Mauritania también castiga la homosexualidad con la pena de muerte, y según la ley quienes realizan prácticas homosexuales son culpables de delitos de escándalo público, conducta indecente o crímenes contra la familia.
Yemen también engrosa la lista de los países que castigan las prácticas homosexuales con la pena de muerte.
La última marcha del orgullo en Budapest, Hungría, ha registrado algunos incidentes. Un grupo de extrema derecha agredía a los manifestantes y acosaba a los políticos que encabezaban la marcha. Los agresores se lanzaron contra los asistentes al grito de "muerte a los pederastas", lo que obligó a la policía a intervenir y detener a unas 40 personas.
Al menos 20 personas resultaron heridas en la última marcha del Orgullo Gay celebrada en Brno, en la República Checa, cuando varios ultra nacionalistas atacaron a los manifestantes con gas lacrimógeno. Unos 150 extremistas trataron así de boicotear la marcha, que reunió a medio millar de personas.
En las calles de Sofía, capital de Bulgaria, los manifestantes fueron atacados con cócteles molotov, y la policía detuvo a unos 60 extremistas de derecha que trataban de boicotear la marcha del Orgullo.
Las autoridades no han autorizado la marcha del Orgullo Gay de Moscú, que este año coincidía con Eurovisión. A pesar de la prohibición, los manifestantes decidieron expresar su malestar en el centro de la capital rusa, y la policía trató de reprimir la marcha deteniendo a casi 80 personas.
En la última marcha del Orgullo celebrada en Zagreb, capital de Croacia, también se registraron algunos incidentes. Los manifestantes tuvieron que hacer frente a las protestas de grupos contrarios, que gritaron consignas nacionalistas y contra los gays.
La marcha del Orgullo Gay celebrada en Varsovia, capital de Polonia, vio cómo decenas de jóvenes ultraderechistas gritaron insultos a los homosexuales y trataron de detener la marcha cuando se acercaba al edificio del Parlamento. En este caso la policía logró evitar los enfrentamientos directos.
La marcha del Orgullo Gay puede celebrarse a duras penas en Jerusalén. En la última edición, que tuvo lugar en un área restringida de la capital israelí, más de 3.000 personas se manifestaron protegidas por 7.000 agentes de policía. La comunidad ultraortodoxa trató de sabotearla y, aunque no lo logró, no dejó de lanzar piedras, amenazar a los manifestantes y rezar para "evitar la ira divina".
Las 300 personas que desfilaron en la última marcha del Orgullo celebrada en Bucarest, capital de Rumania, lo hicieron protegidas por cerca de 1.000 policías. Durante la manifestación, un grupo de ultraderechistas les amenazaba mientras mostraba pancartas homófobas contra la "degeneración gay y la destrucción de la familia".
En Tel Aviv, Israel, algunos grupos religiosos y de extrema derecha trataron de prohibir el evento sin éxito. Entre los opositores a la marcha del Orgullo estaba el Ministro del Interior, Eli Ishai, y las protestas de algunos sectores de la sociedad obligaron a la policía a escoltar la marcha de principio a fin.
En la ciudad de Riga, en Letonia, el gobierno prohibía hace poco la celebración de la marcha del Orgullo Gay con el pretexto de que "constituye una ofensa para la moral pública y una amenaza a la seguridad ciudadana".
Este año iba a celebrarse en Shangai la primera marcha del Orgullo Gay, pero las autoridades chinas han anulado casi todas las actividades programadas y han advertido a los organizadores sobre las "graves consecuencias" que sufrirán en caso de seguir adelante con la celebración.
La marcha del Orgullo gay es inimaginable en decenas de países. En Irán o Sudán, por ejemplo, la homosexualidad es ilegal y su práctica se castiga con la pena de muerte.
En Arabia Saudí la homosexualidad también se castiga por ley con la pena de muerte, y nunca se ha celebrado ningún acto relacionado con la marcha del Orgullo Gay.
Mauritania también castiga la homosexualidad con la pena de muerte, y según la ley quienes realizan prácticas homosexuales son culpables de delitos de escándalo público, conducta indecente o crímenes contra la familia.
Yemen también engrosa la lista de los países que castigan las prácticas homosexuales con la pena de muerte.