Más de mil millones de personas usan cada día Internet para comunicarse y buscar información. Decenas de Gobiernos buscan, mientras, la manera de controlarles. Existe un estudio de la prestigiosa organización OpenNet, integrada por las universidades de Oxford, Cambridge, Harvard y Toronto. En él se concluye que 25 países -entre ellos, Irán, China y Corea del Sur- ejercen la censura de webs con contenidos políticos o sociales peligrosos, e impiden el acceso a aplicaciones como YouTube o Google Maps. Además, sus métodos de censura están sofisticándose en muchos casos gracias a la colaboración de empresas occidentales.
"La censura en Internet está aumentando en escala, alcance y sofisticación en todo el mundo", dice John Palfrey, profesor de Derecho en la Universidad de Harvard. Es la primera vez que OpenNet realiza este estudio, aunque lleva analizando la situación de la libertad de expresión en Internet desde 2003. En este informe se han analizado 200.000 observaciones (diez accesos) a miles de webs, alojadas en 120 proveedores de Internet (ISP).
Los 25 países que, según el estudio, ejercen censura en la Red no lo hacen de la misma manera, ni en la misma medida. Corea del Sur, por ejemplo, sólo impide el acceso a las informaciones relacionadas con Corea del Norte. Hay quien prefiere ejercer una censura puntual, como Turquía, que impidió el acceso temporal de sus ciudadanos a YouTube por un vídeo que "ofendía" la memoria del primer presidente de la República, Mustafá Kemal Ataturk. El informe no incluye Corea del Norte ni Cuba, no porque no se ejerza la censura sino porque los investigadores aseguran que no podrían garantizar la seguridad de sus fuentes en el país.
Los autores del informe han detectado tres tipos de censura. La más común es la política, ejercida para evitar la difusión de ideas por parte de partidos de la oposición, defensores de los derechos humanos o disidentes. El peor país para la censura política es Myanmar (antigua Birmania), seguido de China e Irán. El segundo tipo de censura es la social, que impide acceder a contenidos vinculados con derechos de grupos como mujeres y homosexuales. Irán, Omán y Arabia Saudí encabezan esta lista negra. Un tercer tipo de censura se relaciona con la "seguridad nacional", es decir, se impide el acceso a webs y sitios de noticias de grupos insurgentes o terroristas. Myanmar, China e Irán repiten en los tres primeros puestos.
Aunque los autores del estudio se resisten a identificar al país del mundo que más ejerce la cibercensura, debido a las diferencias entre unas y otras prácticas, un vistazo a estas tres listas indica que es Irán. Según datos de Reporteros sin Fronteras (RsF), una veintena de bloggers han sido encarcelados en el país desde 2006 y se ha impedido el acceso a unas 10 millones de webs "inmorales". China, por su parte, ostenta el triste récord de tener mayor número de personas encarceladas por ciberdisidencia: 52, de un total de 68 en todo el mundo, según RsF.
"Internet es el mayor aliado de la libertad de expresión", explica Rafael Jiménez Claudín, secretario general de RsF. "Por eso, quienes no están interesados en que se ejerza utilizan una gran variedad de métodos para controlarla".
La técnica más común de censura es la imposición de leyes que prohíben el uso de determinados términos (en China, por ejemplo, "democracia" o "derechos humanos"). También se utilizan filtros en los servidores de los ISP. El más conocido es SmartFilter, fabricado por la compañía estadounidense Secure Computing. Tanto OpenNet como RsF denuncian la colaboración de las empresas occidentales en esta censura aunque, como dice Jiménez Claudín, "lo bueno de Internet es que, cuando se cierra una puerta, siempre hay alguien dispuesto a abrir otra".