«Eran muchos los que, al oír hablar de un anarquista, se lo imaginaban tal y como los había retratado el ladrón primero de Cataluña, Cambó, al describir su famoso anarquista de Terrassa, con barbas, un trabuco en los hombros, un puñal en los dientes y una bomba bajo el brazo. Pero los hechos han demostrado todo lo contrario. Y es que allí donde ha habido un anarquista, ha existido un propagador de la igualdad, la fraternidad y la justicia que se ha destacado por la bondad de sus ideales y por el humanismo de que ha sido impregnado. A la vez, sin embargo, ha sido el enemigo más encarnizado contra los tiranos y las tiranías, sean del color que sean ».
Josep Maria Alomà Sanabras,( CNT-FAI ) 13-7-1937