El gran sueño de Ascaso y Durruti era fundar editoriales anarquistas en todas las grandes ciudades del mundo. La casa matriz tendría su sede en París, el centro del mundo intelectual, y si era posible en la plaza de la Opera o de la Concorde. Allí se publicarían las obras más importantes del pensamiento moderno de todas las lenguas del mundo. Con ese propósito se fundó la Biblioteca Internacional Anarquista, que edito numerosos libros folletos y revistas en varias lenguas. El gobierno Francés persiguió esa actividad con todos los medios policiales y represivos a su alcance, al igual que el gobierno español y los demás gobiernos reaccionarios del mundo. No les gustó que el dúo Durruti-Ascaso atrajera también la atención en el plano cultural. Ordenes de detención, persecución y destierro causaron finalmente la ruina editorial. Estos hijos de Don Quijote tuvieron que enterrar al momento su sueño favorito. Volvieron a echar mano a las armas, como el Caballero de la triste figura había empuñado su lanza, para ¨deshacer los entuertos, salvar a los menesterosos e instaurar el reino de la justicia en la tierra¨.