Nos han robado todo, pero no nuestra capacidad de cambio. Nuestras ganas de lucha. Nuestro orgullo. Nuestra esperanza de vivir una vida completa sin miedo, acorde con lo que pensamos y sentimos. Como todavía nos queda esta última frontera, una capacidad de rebeldía, que compartida se convierte en una infinita capacidad de lucha, te proponemos lo siguiente:
Este 20 de noviembre no votes. Ni a grandes ni pequeños. A nadie. El sistema electoral es el problema, es el mecanismo por el cual se legítima el poder, la autoridad. Es gracias a las elecciones que la clase dirigente se presenta luego con la potestad de hacer lo que quiera.
Nosotros en cambio te proponemos otro camino: abstención activa. No legitimes su robo, no legitimes que nos pisoteen, no entres en un juego en el que siempre pierdes. Tu capacidad de decisión debe ser mucho más que sólo decidir el nombre de tu amo/a.
Busca espacios reales. La política no está ausente de la vida diaria, no se puede reducir ésta sólo a votar. Reúnete con tus vecinos, compañeros de trabajo, amigos…, habla y coordínate, desde la base, desde abajo, para buscar soluciones reales a los problemas que te importan.
No hay un sólo día en el que tu voto importe, lucha todos los días del año por tus derechos y por un presente mejor. En las elecciones que les vayan a votar sus dueños: los banqueros, los empresarios, las grandes fortunas y especuladores. Ellos no te representan. Nadie te puede representar, más que tu mismo/a.
Este 20 de noviembre no votes. Ni a grandes ni pequeños. A nadie. El sistema electoral es el problema, es el mecanismo por el cual se legítima el poder, la autoridad. Es gracias a las elecciones que la clase dirigente se presenta luego con la potestad de hacer lo que quiera.
Nosotros en cambio te proponemos otro camino: abstención activa. No legitimes su robo, no legitimes que nos pisoteen, no entres en un juego en el que siempre pierdes. Tu capacidad de decisión debe ser mucho más que sólo decidir el nombre de tu amo/a.
Busca espacios reales. La política no está ausente de la vida diaria, no se puede reducir ésta sólo a votar. Reúnete con tus vecinos, compañeros de trabajo, amigos…, habla y coordínate, desde la base, desde abajo, para buscar soluciones reales a los problemas que te importan.
No hay un sólo día en el que tu voto importe, lucha todos los días del año por tus derechos y por un presente mejor. En las elecciones que les vayan a votar sus dueños: los banqueros, los empresarios, las grandes fortunas y especuladores. Ellos no te representan. Nadie te puede representar, más que tu mismo/a.